Alejandra Corona Carbajal/ Caridad y Verdad
Una vez más el Evangelio nos ha regalado esta Pascua de Resurrección, Palabra valiosa de la boca del Resucitado: «La paz esté con ustedes» ¡Cuánta falta nos hace escuchar esas palabras!, pero tantos ruidos nos roban no sólo la paz sino la capacidad de escuchar el susurro reiterado de Jesús, donde su saludo se convierte en invitación.
Pero seamos honestos, resulta difícil escucharle entre gritos de terror que claman de nuestra tierra, en nuestra ciudad tan estigmatizada y acostumbrada a la violencia, dónde en lo que va del año más de 260 muertes violentas han sido registradas y sin contar la violencia diaria en nuestros hogares, disfrazada consciente o inconscientemente, que incluso esta pandemia ha recrudecido, y qué decir de aquella que vamos librando dentro de nosotros mismos.
Hace algunos años mientras estaba de misión en Cuba, la pregunta obligada era: ¿De dónde eres? yo orgullosa decía ¡Soy mexicana!, el orgullo se me caía al suelo cuando la respuesta inmediata era: ¡Caballero, qué pena… allá matan! Una parte de mí dejó de contestar y debatir, porque no tenía caso discutir… pero en el fondo, sabía que la violencia sí era una realidad de mi tierra, me sentía desarmada.
Hoy sigo viendo las cifras, los titulares, las marchas y la cotidianidad, y creo que es necesario qué ante la ausencia de paz nos sintamos desarmados, forzosamente la ausencia de Reino tiene que desarmarnos, ¡sacudirnos!, sin embargo, también creo que la realidad puede ser transformada desde abajo, desde dentro y cerca, como dice Benjamín González Buelta, S.J «Si el hombre dijese: un gesto de amor no puede salvar la humanidad, nunca habría justicia, paz, dignidad ni felicidad sobre la tierra»
Y son justo esas semillas de justicia, humanidad y dignidad las que traen la paz que Jesús nos ofrece en el Evangelio, y quizá una paz insospechada. Pero es bien sabido que después la Resurrección los apóstoles se ponen a andar sin descanso, ese sentimiento y esa opción son las que a lo largo de la historia nos ha dispuesto a tener esos gestos de amor que restauran, hoy nuestra ciudad necesita paz y que cada uno podamos decir «no me resigno a que, cuando yo muera, siga el mundo como si yo no hubiera vivido» como diría el Padre Arrupe, S.J
Si tú como tantos, no te resignas a que el mundo no tenga tu huella de vida, si te sacude nuestra normalidad y es la paz la invitación que Jesús te susurra al oído, ¡Te invitamos a que seas parte de las semillas de amor! En Fe y compromiso social, te invitamos al
Qué: ENCUENTRO SEMILLA: CULTURA DE PAZ
Cuándo: Sábado 24 de abril de las 9:00 am a la 1:00 pm
Dónde: Parroquia de Nuestra SeñorA del Sagrado Corazón
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