Párroco comparte tres aspectos fundamentales para lograr que los hijos no huyan despavoridos de la Iglesia y se olviden de Dios por el resto de sus días…
Blanca A. Martínez/ Claudia Iveth Robles
Lograr que los hijos permanezcan en la fe católica puede parecer todo un desafío en
en este tiempo en el que los medios de comunicación comunican principalmente antivalores.
Sin embargo, lograrlo no es una tarea imposible, tal y como lo explica el padre Hugo Muñoz, párroco de San Lucas Evangelista, quien describió tres puntos fundamentales para mantener a los hijos en la fe católica.
“Vivimos en un tiempo en que todo está erotizado y donde los medios de comunicación nos bombardean con cosas que parecen perfectas”, dijo para explicar los motivos por los cuales muchos adolescentes y jóvenes han perdido la fe y se han alejado de la Iglesia.
Pero, para evitar que esto suceda, el padre Hugo Muñoz, recomendó:
- Coherencia en la fe de los padres. (predicar con el ejemplo)
El padre Hugo afirma que papá y mamá deben ser coherentes con la fe que dicen predicar. “Por que yo como papá ¿cómo puedo exigir a un pequeño que asista al curso de su primera Comunión, a Confirmaciones o a la misa, si yo mismo no lo hago?”, cuestiona el sacerdote.
“Eso es básico: la coherencia de la fe en los padres de familia”, sentenció.
- Las restricciones.
El sacerdote invita a los padres a moderar en el tiempo que permiten a sus hijos dedicar a los medios electrónicos, como los juegos, Internet, redes sociales o uso de la televisión, que de alguna manera quitan el tiempo porque se la pasan ‘tonteando’.
Para el padre Hugo, los muchachos deben dedicar su tiempo en actividades productivas y no sólo perderlo en este tipo de distracciones sin ninguna regla o restricción.
- Ofrecer espacios atractivos
El tercer punto, y quizá el más importante para el sacerdote, es que se ofrezcan espacios en la Iglesia, propios para el adolescente o joven.
“Hay veces que como Iglesia no proponemos nada, ya sea porque estamos ocupados en otras cosas, buscando los proyectos personales, pero no buscamos llamar la atención del adolescente, ni nos interesa que se sienta acogido”, expresó.
Dijo que en su experiencia, lo primero que debe hacer el sacerdote es “bajarse al nivel de ellos, verlos como amigos, conocer sus prioridades y entretenerse igual que ellos.
«Cuando lo he hecho así los muchachos se sienten acogidos, solitos buscan su fe solitos, e incluso hay vocaciones en la parroquia porque les gusta, han encontrado un espacio y procuran permanecer en su fe» dijo.
Una experiencia parroquial
El padre Hugo ha experimentado en su comunidad estos consejos que da, principalmente el tercero, pues en la parroquia instaló un gimnasio al cual acuden los adolescentes y jóvenes que hayan asistido a misa y lleven buenas calificaciones en la escuela.
“Empecé el gimnasio junto con otro sacerdote que después lo dejó. Pero los jóvenes comenzaron a ver y pidieron poder usar el espacio así que pensé en permitirles usar este espacio como una forma de atraerlos y mantenerlos en la Iglesia”, dijo.
Luego creó un salón de juegos, con Nintendo y juegos de mesa.
«En vacaciones el que me presentaba una boleta con promedio arriba de 8 tenía permiso de ingresar al salón de juego, después quité los juegos y puse el gimnasio. Los muchachos saben muy bien que asistiendo a misa puedes ir al gimnasio, si no, no, Ese es un requisito”, dijo.
Dijo que así logra que no se pierda la conexión entre la fe y la diversión.
Además, es en esos espacios donde, dijo, los jóvenes pueden compartir sus dudas, e inquietudes en la fe para aclarar distorsiones que pueden ver en la televisión o en las redes sociales y que los apartan de la Verdad.
Preparar a los guías
“Hay muchas dudas, sobre todo de la fe por lo que los muchachos ven o leen. Sus papás son practicantes, van a misa, pero no tienen formación. Entonces ahorita en el joven hay una necesidad muy grande”, dijo el entrevistado tras considerar que lo que los muchachos viven o aprenden en los grupos de Confirmaciones, no es suficiente, además porque incluso a los coordinadores les falta preparación.
Por ello opinó que en las parroquias se debe brindar a los coordinadores mejor preparación, que tengan bases teológicas o que estén tomando alguno de los cursos que se ofrecen en la diócesis para que puedan atender adecuadamente esas inquietudes de los muchachos hoy en día.
“Si nosotros como sacerdotes, no les exigimos a los muchachos formación para que puedan formar a los otros, entonces estamos dando lástima”, dijo.