Comunidad celebra a su santa patrona y recuerda las apariciones en Portugal
Ana María Ibarra
Con un corazón alegre y confiando en su intercesión, la comunidad de la capilla Nuestra Señora de Fátima, perteneciente a la parroquia Cristo Redentor, celebró a su santa patrona el pasado 13 de mayo, día en que se recuerdan las apariciones de la Santísima Virgen María a tres pastorcitos en Fátima, Portugal.
Colocando las intenciones de los miembros de la comunidad en el altar, el padre Leonardo García, decano del Decanato Cristo Rey y quien funge como administrador de la parroquia Cristo Redentor, inició la celebración, visiblemente contento, dando la bienvenida a los asistentes.
Consuelo de la Virgen
En su homilía, el sacerdote resaltó la bondad de Dios, misma que comparte con su pueblo. “Eligió a la Virgen María, una mujer extraordinaria. Su relación con el Señor lo llevó a hacer de lo ordinario una manera extraordinaria. Cuando lo ordinario de nuestra vida lo hacemos con amor, lo hacemos extraordinario como lo hizo la Virgen María. Dios la eligió porque sabe que ella va a poder con la tarea que va a conceder”, expresó.
Agregó que la Virgen María no sólo engendró a Jesús en su seno, sino también en su corazón, y es así donde se procrea el amor.
“El Señor no sólo se engendró en la Virgen María, sino que nos la dejó como madre. María es asunta al cielo y regresa con nosotros para sentirnos amados, por eso se aparece como en Fátima”, dijo el celebrante.
A lo largo de la historia, expresó el padre Leonardo, se pueden contemplar las apariciones de la Virgen, quien “viene a consolar a sus hijos”.
“En estos tiempos que nos ha tocado vivir violencia en la ciudad, una situación de salud difícil, muchos se han quedado sin trabajo. Ante muchas cosas podemos caer en la desesperanza. Cuando vivimos situaciones difíciles, el Señor envía a su madre para que nos enseñe y nos consuele”, resaltó.
Rezar el Rosario
“Hoy celebramos con alegría a nuestra Señora de Fátima, a nuestra madre”, expresó el sacerdote para concluir su homilía e invitar a la comunidad a rezar el Santo Rosario y a consagrarse diariamente a María.
“En cada momento no duden en dirigir su mirada a la Virgen María porque de ella podemos alcanzar gracia y bendiciones. Como en las bodas de Caná, la Virgen sigue intercediendo por nosotros”, concluyó.
Después de su reflexión, el sacerdote invitó a la comunidad a dirigir la oración del Ave María a la Virgen de Fátima. “Los invito a cerrar los ojos y abrir el corazón a la Virgen María. Ella como madre amorosa está con el corazón abierto para consolarte. Pongamos en manos de la Virgen nuestras necesidades”.
Coronación
En un momento especial y emotivo, el padre Leonardo invitó a la comunidad a cruzar por el pasillo para que les fuera colocada unos segundos la corona de la Virgen de Fátima.
Enseguida, el sacerdote subió por una escalera y coronó a la virgen, lo que mereció aplausos y vivas. En ese momento, se escucharon los acordes de Las Mañanitas interpretadas por el mariachi que entró al templo por la puerta principal. La comunidad acompañó los cantos dedicados a María y posteriormente compartieron una cena.