El grupo “Pozo de Sicar” colabora para retomar el proyecto de Cáritas Diocesana…
Ana María Ibarra
Como fruto de la visita del Papa Francisco a Ciudad Juárez, se formó el grupo “Pozo de Sicar” conformado por personas de Ciudad Juárez y El Paso que participaron en una de las vallas y que, con inquietud de servicio a la comunidad, unieron sus talentos y dones para ayudar a los más necesitados.
Este grupo rentó una oficina en el CECADE y se puso a disposición de la diócesis a través de la Pastoral Social dirigida por el padre Luis Escudero, con quien iniciaron un proceso de formación para poder dar impulso a Cáritas Diocesana.
Compartir la caridad
Carlos Armando Díaz y su esposa Guadalupe tuvieron a su cargo a un grupo de personas en una de las vallas humanas que resguardaron una avenida por donde pasó el Papa Francisco, el pasado 17 de febrero.
En ese espacio interactuaron y descubrieron que tenían algo en común: su deseo de ayudar.
“El padre Beto Luna, de la parroquia Corpus Christi, nos da una responsabilidad amplia donde tenemos contacto con mucha gente y a partir de eso nace la necesidad de crear algo binacional. El padre Beto me sugirió que hiciéramos un grupo y él mismo nos dio el nombre”, compartió Carlos.
Desde entonces, el Pozo de Sicar se reúne en el CECADE, desde donde realizan una labor de caridad ayudando a migrantes, personas con discapacidad y a cualquier persona que tenga alguna necesidad.
“Brindamos ayuda de cualquier tipo y estamos enfocados a la caridad, a la misericordia viendo a Jesucristo en el rostro de cada hermano que se encuentra con necesidad, todo esto gracias a donativos de nuestras amistades y familiares y con nuestros propios recursos”, señaló el entrevistado.
Trabajo diocesano
Carlos se acercó con el padre Luis Escudero, coordinador de Pastoral Social en la diócesis para que los asesorara y en ese encuentro el sacerdote vio en “Pozo de Sicar” un grupo para empezar un trabajar a nivel diocesano.
“En Ciudad Juárez hay mucha necesidad. Para este proyecto buscaremos que nos ayuden psicólogos, médicos, toda persona que tenga su corazón abierto para darle la mano al hermano”. invitó Carlos.
El padre Luis Escudero decidió vincular al grupo con las redes de grupos de caridad de las parroquias.
“El Pozo de Sicar será un departamento de la Pastoral Social Diocesana enfocado a la tarea de asistencia social, atender las necesidades básicas de la persona, pero también integrarla a su comunidad y a un proceso de liberación, ese sería su papel”, explicó el sacerdote.
Pastoral Social y el Pozo de Sicar se hicieron presentes en el pasado Congreso Eucarístico, donde invitaron a la comunidad a sumarse a su labor.
“La diócesis es rica en el trabajo social, pero en pastoral social se necesitan carismas y personas concretas que quieran unirse al trabajo diocesano para fortalecer y edificar las tareas que se llevan a las parroquias. Invitamos a todos los que se sientan llamados en esta vocación: ser Iglesia en esta encomienda”, puntualizó.
“Invitamos a todas las personas interesadas en este proyecto a que se unan como voluntarios en cualquier especialidad que tengan para servir a nuestro Señor. Sólo necesitamos el amor al prójimo”.