Habla el padre Omar Alemán Chávez, obispo electo para la Diócesis Cuauhtémoc-Madera, en entrevista telefónica que concedió a Presencia, a dos semanas de ingresar al Orden episcopal.
Diana Adriano
El pasado 7 de diciembre el Papa Francisco nombró a un nuevo obispo para la diócesis mexicana de Cuauhtémoc-Madera. Se trata del padre Jesús Omar Alemán Chávez, un oriundo de la zona que creció bajo el influjo de los mensajes del primer obispo de Ciudad Juárez don Manuel Talamás y cuya influencia lo marcó de forma definitiva en su vocación.
Hoy, el padre Omar se prepara con humildad y sencillez para recibir el tercer grado del Sacramento del Orden el próximo sábado 4 de marzo, en el Poliforo Cuauhtémoc, de la ciudad que lo vio nacer, igual que a su vocación. El juramento de fidelidad será en la Catedral de San Antonio de Padua de esa ciudad.
Su primer amor
En la entrevista, el padre Omar relató que fue en 1986, al cumplir 16 años, cuando decidió ingresar al Seminario Menor en la Diócesis de Ciudad Juárez, donde, según sus propias palabras “creció a los pies de don Manuel Talamás”, primer obispo de Ciudad Juárez.
“Me encantaba escuchar sus homilías, así duraran dos horas. En mi estancia en el Seminario siempre lo buscaba para escucharlo… Puedo resaltar que la Diócesis de Ciudad Juárez fue mi primer amor”, dijo el ya muy próximo obispo en la entrevista que aquí presentamos.
¿Cómo se siente con el nombramiento que le ha dado el papa Francisco?
Me siento sorprendido por Dios, no me lo esperaba, no me lo imaginaba, nunca lo busqué, y sin duda, Dios me sorprendió. Acabo de celebrar los 25 años de vida sacerdotal, pensé que ya había terminado todo lo que tenía que hacer, pero Dios dice que no, apenas fue el comienzo. Fue una buena preparación estos 25 años, pero ahora viene algo más intenso. Me siento como el profeta Jeremías: muy indigno, pero al igual que al profeta, el Señor me dice que Él irá por delante, que no tenga miedo porque Él está conmigo, Él pondrá las palabras en mi boca. Así me siento en este momento.
¿Cuánto tiempo tiene trabajando en Chihuahua?¿Cómo ha sido su experiencia en el servicio ministerial?
Ingresé al Seminario de la Tarahumara en 1989, y fui ordenado sacerdote en el 1997. El señor obispo don José Llaguno nos proponía siempre una motivación, y decía así, ‘nuestra vida cerca de Dios y cerca del pueblo’, y este binomio nos hacía entender que el pueblo es el que debe nutrir, alimentar y corregir nuestro caminar sacerdotal.
Creo que la Sierra Tarahumara es un santuario, en cualquier lugar en el que te pones puedes contemplar a Dios en la naturaleza, en los rostros de la gente, en el silencio, en el sonido de los violines, en la alegría, etcétera.
No es difícil estar cerca de Dios. En esta vida sacerdotal he tenido la fortuna y la responsabilidad de coordinar la Pastoral Juvenil, al principio de mi sacerdocio. En esta cercanía con los jóvenes aprendí su energía, su alegría, su sentir ante el mundo, su sentido de búsqueda por construir un mundo mejor y una Iglesia sin miedos para anunciar el Evangelio.
Después de ello, siento que lo mejor que me ha pasado como sacerdote es ser párroco. Estar con la gente, constatar el crecimiento de las personas y las comunidades, ser factor de consuelo en los momentos difíciles, y vaya que ha habido momentos difíciles, por aquello de la violencia.
Es algo muy hermoso ser parte, y que al final del día, de las muchas actividades y del cansancio, eres recompensado con el cariño y la generosidad de la gente. Yo creo que ser párroco es algo muy bonito. Yo he sido párroco de tres parroquias: Cristo Rey, en Creel; Nuestra Señora del Carmen, en Batopilas y Santa Inés, en Chínipas.
¿Cómo se definiría usted como sacerdote?
Yo me definiría como un hombre agradecido, limitado, muy pecador y que le gusta el trabajo. Agradecido porque Dios me eligió a ser su hijo amado, así me siento, su hijo muy amado, y desde ahí, cuando tienes muy claro que eres hijo amado, puedes ver la vida diferente, en el sentido de que todo es gratuidad.
Me siento limitado y pecador, pues Dios me llama cada día a la conversión, a conquistar los cielos nuevos, y así, desde mi límite y mi pecado, Dios me utiliza de instrumento para hacer maravillas. Dios no puso de obispo a un sacerdote de una gran diócesis, que venga de una gran universidad, sino que me eligió a mí, allá en los límites del Estado de Chihuahua, en una parroquia marginada. Creo que Dios elige a lo pequeño para actuar a lo grande.
¿Cuándo tomará posesión y cómo se está preparando todo?
Con el favor de Dios, el 4 de marzo será la ordenación episcopal. La diócesis con mucho cariño se está preparando desde el día del nombramiento. Han estado orando mucho por la diócesis, por el nuevo obispo y han estado trabajando incansablemente para que el día 4 de marzo sea una fiesta diocesana, y una fiesta de la Iglesia en la cual nos alegramos con el nuevo obispo.
Yo dejé la parroquia el 22 de enero, y este tiempo ha sido para prepararme espiritualmente e intelectualmente. En este momento estoy con mi familia, pero la próxima semana me iré a ejercicios espirituales para estar listo el 4 de marzo. Todos estamos entusiasmados y con mucha esperanza.
¿Cuáles son los principales retos que enfrentará al asumir la diócesis?
Yo nací en Ciudad Cuauhtémoc, tengo 36 años que salí de ahí y ahora regreso, y claro que Cuauhtémoc está muy cambiado. Creo que hay muchos desafíos. En primer lugar, es mantener la unidad en la que se ha trabajado todo este tiempo que es diócesis. Don Juan Guillermo, el obispo anterior, dejó una carta muy hermosa y que con mucha claridad, expone el reto de la diócesis, lo cual asumo y pondré todo mi empeño para que como Iglesia podamos ir trabajando en esos retos sinodalmente.
Los desafíos son la renovación espiritual, ser una comunidad viva y alegre de Jesús, y que nos sintamos discípulos y misioneros de Jesús, para desde ese enfoque podamos aportar para la paz, la justicia, el respeto a la vida, la dignidad humana teniendo en cuenta los grandes grupos como la niñez, los jóvenes, la familia, los pobres, los campesinos, los indígenas y los migrantes.
¿Cómo será el trabajo con sus hermanos obispos de la provincia?
Gracias a Dios los señores obispos y el señor arzobispo de la Provincia me recibieron como un hermano. Me externaron todo su apoyo, y pienso que podemos trabajar mucho en comunión.
Veo que son obispos jóvenes y entusiastas, pero ya con experiencia, de los cuales puedo aprender mucho. Agradezco su apoyo, pues creo que nuestro Estado de Chihuahua necesita esto, la unidad, y que podamos juntos como Iglesia, juntos como provincia, tocar los grandes temas como la educación, la paz, la ecología, la migración, etcétera.
¿De qué manera nuestra Diócesis de Ciudad Juárez podrá ayudarlo en el trabajo pastoral que está por iniciar?
A la Diócesis de Ciudad Juárez, mi profunda gratitud. Juárez es mi primer amor, ahí inicié mi formación sacerdotal, allá por 1986. Soy compañero del padre Patricio, del padre Beto, del padre Ricardo, del padre Oscar que actualmente trabaja en la Diócesis de Phoenix.
Expresó mi profunda gratitud porque ahí en Juárez aprendí muchísimo al participar en la pastoral de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, así también como en el kilómetro 21, soy parte de Cursillos De Cristiandad por esta diócesis, fui muy acompañado y bendecido por muchas parejas que pertenecían al Encuentro Matrimonial. Mi respeto y mi admiración siempre a los sacerdotes de Ciudad Juárez, en especial para el padre Pancho Herrera, a monseñor René Blanco, al padre Toñito, al padre Lozoya. Sé que en Ciudad Juárez tengo muchos amigos y sé que están orando por mí y por Cuauhtémoc, y eso es lo que les pido ahorita, que no dejen de orar por nosotros, porque nosotros estamos orando por Ciudad Juárez.
Diócesis Cuauhtémoc-Madera
47 sacerdotes
29 parroquias
11 congregaciones religiosas
Un Seminario Diocesano
5 decanatos: San Antonio de Padua, San Pedro Maldonado, Madera, Papigochi y Santa María.
Su territorio se extiende a lo largo de más de 37,405 Kms. cobijando a los municipios de Bachíniva, Cuauhtémoc, Cusihuiriachi, Gómez Farías, Guerrero, Madera, Matachí. Moris, Namiquipa, Ocampo, Riva Palacio y Témosachic.
El nuevo obispo
Jesús Omar Alemán Chávez
Hijo de José Refugio Alemán Rodríguez y María Teresa Chávez,
Nació el 1 de julio de 1970 en Cuauhtémoc
Estudios:
1986 Seminario Menor Diócesis de Ciudad Juárez.
1989 Seminario Misionero de la Tarahumara.
1990 Filosofía en el Seminario de Santa María Reina en la Diócesis de Torreón.
1993-1997 Teología en el Seminario Regional del Norte en Chihuahua.
Concluye estudios teológicos en el Seminario de Monterrey.
1997 (7 de octubre) Ordenado sacerdote por los obispos Don José Luis Dibildox Martínez, Obispo de Tarahumara y Don Juan Guillermo López Soto, Obispo de Cuauhtémoc-Madera.