Ana María Ibarra
Convencidos de que se avecina una dura lucha contra las drogas ante la llegada del fentanilo a esta frontera, Eduardo Tovar, director de Barrios Unidos por Cristo y José Luis Galván, director clínico del Centro de Rehabilitación Ave Fénix, reconocieron la necesidad de una preparación para poder prevenir su consumo, y en su caso atender y ayudar a los jóvenes que lleguen a caer en la droga.
No es droga de inicio
De acuerdo al director de Ave Fénix, una obra de inspiración católica, el consumo de fentanilo ha ido en aumento en este 2024, sin embargo, en Ciudad Juárez no se consume solo, sino que es mezclado con otras drogas.
José Luis informó que fue en el 2021 cuando el fentanilo se adentró en la frontera, siendo el incremento más fuerte en este último año.
“El fentanilo es un analgésico que alivia el dolor, se utiliza como anestésico y es muy potente, más que la morfina y la heroína. Es un derivado del opio, pero se realiza en forma sintética. Los consumidores lo disuelven en agua para tener un acceso. Una vez hecho polvo, lo mezclan con cristal o heroína para consumirlo”, explicó.
Agregó que esta droga produce un efecto relajante, como una anestesia y la persona queda totalmente desconectada de la realidad.
“Por eso se le llama la droga zombi. Los consumidores quedan como sedados y les da mucha confusión mental, somnolencia, mareos, náuseas y vómitos, dependiendo de las cantidades consumidas. También ocasiona problemas de retención urinaria, las pupilas se contraen y puede venir un paro respiratorio, si hay una sobredosis”, alertó.
El entrevistado señaló que el fentanilo no es una droga de inicio, sino que se usa cuando el consumidor de heroína o cristal busca algo más fuerte.
“Es muy difícil que una persona sea consumidora de fentanilo directo. Hemos tenido diez casos de personas consumidoras de fentanilo que vinieron de Estados Unidos a internarse voluntariamente. En Juárez se maneja como un agregado, ya sea al cristal, a la heroína o la cocaína”, dijo.
Esto debido a la situación económica, ya que el fentanilo es más caro, mientras que el cristal es más barato y se puede elaborar en laboratorios caseros.
“En Estados Unidos sí se maneja el fentanilo solo”, informó.
Barrios Unidos
Eduardo Tovar, de Barrios Unidos por Cristo, compartió que el año pasado, en el Centro de Formación Santa María de Guadalupe, donde atienden algunos casos, les dejaron un joven que procedía de Estados Unidos, con una adicción fuerte al fentanilo.
“Prácticamente lo aventaron. Llegó una camioneta, se abrió, lo bajaron y se fueron”, compartió Eduardo.
Dijo que este joven tenía recursos económicos fue a Europa y allá “se enganchó” con esta droga.
“La droga se usa en el tratamiento a pacientes con cáncer. Estas personas toman parches que los hospitales desechan después de utilizarlos contra el cáncer. Los toman de la basura y se los ponen. De ahí les venían incluso las sobredosis, porque es muy potente”, relató.
La condición del joven, dijo Eduardo, les hizo saber que se enfrentaban a una droga que no habían tratado antes, pues el joven no podía contener sus necesidades fisiológicas.
“No sabíamos si se burlaba de nosotros, si lo hacía a propósito. No reía, no tenía ninguna gesticulación. Literalmente parecía un zombi. Lo tuvimos que llevar al médico y al psiquiatra. Nos dieron un medicamento para que se lo administráramos poco a poco, hasta que empezó a hablar, a hacer sus necesidades. Le dábamos muchos dulces y mucha comida, estaba casi muerto”, recordó.
Recientemente, dijo Eduardo, el joven le mandó un mensaje diciendo que se encontraba bien, residiendo en Chihuahua.
“Ha sido el único caso que hemos tenido. Con éxito, logramos que despertara. No hemos visto otros casos como este”, afirmó.
Necesario capacitarse
Al igual que José Luis Eduardo indicó que la venta y uso de fentanilo se concentra por el momento mayormente en Estados Unidos.
“El fentanilo puede matar en un instante. A diferencia del cristal, que daña los órganos, el fentanilo va directo al cerebro, los hace ver como un zombi, esa es la palabra”, señaló.
El entrevistado dijo que, si bien en México ya entró esta droga, la distribución es un poco lenta, por lo agresiva que es.
“A los laboratorios no les conviene una distribución descarada, no quieren acabar pronto con los consumidores, sino que la idea es que duren un tiempo consumiendo”, reflexionó.
Y coincidió con el director de Ave Fénix en que es necesario que en Ciudad Juárez haya una preparación para atender estos casos.
“Nosotros estamos asistiendo a cursos en Guadalajara para prepararnos, pero vamos muy lento. Es muy caro y no podemos darle continuación. Pasan hasta cuatro meses para que volvamos a integrarnos”, reconoció Eduardo.
Por su parte, José Luis Galván dijo que los médicos deben estarse capacitando constantemente a través de la Coordinadora de Atención de las Adicciones, con el fin de recibir entrenamiento para una mejor atención a este tipo de casos.
Informó que en Ave Fénix, alertados por el daño que hace el fentanilo, ya se cuenta con un responsable médico que se va actualizando y preparando para atender casos nuevos.
“Cada caso es diferente, depende de la edad, el género, el tiempo de consumo. El fentanilo, aunque es más poderoso, afecta lo físico y mental y hay que trabajar la ansiedad, la depresión y hay que tratar con medicamento controlado. Las enfermeras están al pendiente de la persona en su etapa de abstinencia”, expuso.
Las verdaderas causas
Para José Luis, el problema principal no es el consumo de la sustancia, sino el por qué lo están consumiendo.
“Ellos están buscando un placer que no tienen, buscan amortiguar un dolor, por eso en atención y prevención de adicciones conviene trabajar con las familias. Muchos de nuestros jóvenes salen huyendo de casa, algunos físicamente, otros a través de las sustancias, porque lo que viven no les gusta”, dijo.
Entre las alertas que deben atender las familias, José Luis dijo que cuando la persona deja de ser funcional es una señal de que está consumiendo alguna sustancia.
«Dejan de trabajar, de bañarse, dejan de atender a sus familias, tienen alucinaciones, dejan de comer, pierden peso, pierden la realidad, prefieren vivir en la fantasía y buscan las sustancias para ello”.
Entre los efectos secundarios, numeró la migraña, mareos, vértigo, piel escamada.
“Es importante que la familia esté al pendiente de sus hijos e hijas y pongan mucha atención”, dijo.
Cabe mencionar que Ave Fénix trabaja con personas que llegan de manera voluntaria, aceptando su problema.
“Es importante que el consumidor se dé cuenta de que tiene un problema, pero también que la familia tome conciencia que hay una raíz”, expuso.
Actualmente el centro es mixto, atendiendo a hombres y mujeres, ofreciendo, además de la desintoxicación, atención académica, espiritual y alimentaria, así como trabajo con la familia.
Trabajo en prevención
Por su parte Eduardo afirmó: “El fentanilo es una droga muy difícil que vamos a tener que enfrentar tarde o temprano. El sector salud debe reforzar la prevención desde niños de primaria, ser más abiertos a esto para llegar a más jóvenes. Los centros de rehabilitación debemos buscar más estrategias, nuevas técnicas”, dijo Eduardo.
Igualmente invitó a los católicos a orar y ser más comprometidos con los niños y jóvenes.
“Debemos escuchar a nuestros hijos, creerles. Los invito y me invito a salir de nuestra comodidad para empezar a hacer comunidad. Hay gente que sufre el flagelo de la droga, del alcohol, es una enfermedad progresiva, mortal, en ocasiones incurable, en nosotros está el dar un giro a la historia”, expresó.
Para saber…
Barrios Unidos prepara el evento Jóvenes por la paz, en lucha a favor de la paz y contra las drogas, el alcohol y la violencia. Los interesados pueden llamar al celular 656 603 9283.
Ave Fénix está integrando una biblioteca y requiere en donación libros de superación personal, de escuela, para que los usuarios sigan superándose. Contactar al centro al tel. 656 682 1717