Diana Adriano
Convencido de que se trata de un proyecto que dará oportunidad a los fieles de conectarse con la paz y la gracia divina, el obispo de Ciudad Juárez don José Guadalupe Torres Campos decidió incluir a toda la diócesis en el esfuerzo que se realiza para el nuevo Centro de Espiritualidad Reina de la Paz que se ubicará en Guadalupe, Distrito Bravos.
Entrevistado por Presencia, el obispo compartió que cuando el padre Eduardo Mendoza fue a presentar el plan del centro espiritual, se trataba de un esfuerzo parroquial, con apoyo del decanato.
“Sin embargo, al ver que es un centro muy amplio, decidí incluir a toda la diócesis”, dijo.
El obispo resaltó la amplitud del proyecto, describiéndolo como “ambicioso en el buen sentido de la palabra”, y señaló algunos de sus componentes principales: “una gran capilla, cuartos suficientes, salones, espacios recreativos”.
Dijo que decidió darle un enfoque más amplio con la idea de fortalecer la fe y la espiritualidad en toda la comunidad diocesana, pues “este centro representa una oportunidad para que los fieles se conecten con la paz y la gracia divina”.
“Estoy contento por esta iniciativa, pues en la diócesis necesitamos espacios de encuentro para nuestros jóvenes, matrimonios, incluso para que los sacerdotes tengamos un espacio para retirarnos de la ciudad, y estar allá un fin de semana, un día, cinco días de ejercicios muy buenos, por ejemplo”, dijo.
Resaltó la importancia de este centro como un lugar de encuentro y retiro espiritual para diversos grupos de la comunidad diocesana.
“Estoy muy ilusionado, va a costar económicamente mucho dinero, así que apoyamos la iniciativa y esperemos que todos cooperemos de una u otra manera”, dijo, para luego hacer un llamado a la colaboración, reconociendo que este ambicioso proyecto requerirá el esfuerzo de muchos.
“Vamos a darle seguimiento y es bueno que los medios de comunicación diocesanos demos a conocer este proyecto y todos apoyemos”, puntualizó.
Ayuda para muchos
Algunos sacerdotes de la diócesis también se expresaron en torno al proyecto de la comunidad de Guadalupe, en El Valle de Juárez.
El padre Jesús Salinas Lucero, párroco de El Señor de los Milagros en Riberas del Bravo destacó la densidad poblacional de la zona, con más de 27 mil habitantes, mayoritariamente niños y jóvenes, lo que -dijo- subraya la necesidad de espacios amplios para el crecimiento espiritual y desarrollo personal.
“Bienvenido este proyecto ya que en este sector requiere algo así. Necesitamos espacios amplios para el buen crecimiento espiritual y personal de muchos”.
E hizo hincapié: “El padre Eduardo tendrá todo el apoyo de Riberas del Bravo en este plan, que es de todos”.
Para el párroco de El Señor de los Milagros, el trabajo que se ha iniciado por esta obra, es un testimonio conmovedor de solidaridad y fe compartida.
Fuente de esperanza
Por su parte el padre Martín Magallanes, párroco de San Pedro y San Pablo y anterior párroco de la comunidad San Ignacio de Loyola, en Praxedis, manifestó su apoyo entusiasta al futuro Centro de Espiritualidad Reina de la Paz.
“Si toda la comunidad asumimos esto como propio, como algo de la diócesis, y apoyamos en todos los sentidos, va a ser algo muy bueno”, dijo.
El sacerdote enomió la generosidad del Ejido al donar el terreno y destacó el potencial del centro, sugiriendo que “incluso pudiera ser la casa de ejercicios que está faltando en la diócesis, porque todos los grupos saturan lo existente”
Por otro lado, reflexionó sobre el significativo impacto que el centro tendrá en la comunidad.
“Es muy bueno porque, primero, habrá un espacio para retiros, para el encuentro con Dios.
Segundo, será un espacio y una fuente de empleo para la gente de ahí, porque siempre andan buscando de todo”, dijo.
Finalmente expresó su optimismo en la acogida del proyecto por parte de la comunidad y su esperanza en que crezca y beneficie a una amplia gama de personas.
“Me parece algo muy bueno que beneficiará a la comunidad, no solo en Guadalupe, sino en todo El Valle y en la diócesis”, finalizó.