Planned Parenthood –Paternidad Planificada– ya era una casa del horror, pero ahora se está descubriendo que se trata de una retorcida organización con sospechas de estar protegida por el gobierno de Estados Unidos. Maquillada con tintes de bondad, de ayuda a la planificación familiar, de cuidado por la salud y la familia, esta organización, apoyada con millones de dólares por el gobierno federal norteamericano, es la mayor organización que promueve el aborto en el mundo, con sucursal en México a través de Mexfam.
En los últimos días ha quedado desenmascarado el abominable comercio de fetos humanos que la institución pone en práctica. La realización de los abortos era ya, de por sí, gravemente inmoral, pero ahora algunos videos han revelado que incluso han extraído fetos del vientre materno y los han dejado morir por asfixia para comerciar con ellos en la industria de la experimentación con embriones. Esto no sólo es un fraude para las mujeres que se procuran el aborto con Planned Parenthood, sino que es un delito grave, penado por la ley.
Fue el Centro para el Progreso Médico, una organización pro vida, la que durante años realizó esta investigación. Ellos afirman que tienen los pelos de la burra en la mano, con entrevistas grabadas y videos, para comprobar que Planned Parenthood vende los órganos fetales o los fetos completos. Sin embargo –y esto es lo más extraño– un juez federal ordenó al Centro para el Progreso Médico dejar de emitir estos videos. A pesar de la protección que brinda la ley en Estados Unidos a la libertad de expresión, el magistrado mandó callar al Centro para el Progreso Médico e investigarlos a ellos, y proteger a Planned Parenthood. No es todo. Esta semana el Senado norteamericano, en vez de recortar los fondos, decidió otorgar los 500 millones de dólares que cada año entrega a Planned Parenthood para su financiamiento.
No podemos menos que sentir asco y horror por la industria del aborto de la que es líder mundial Planned Parenthood con su satélite en México, la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (Mexfam). Si esta organización ya era oscura, ahora conocemos su lado más negro.
Es curioso, pero más espanto y repudio mundial suscitó Walter Palmer, quien pagó 50 mil dólares por cazar a un león en Zimbabue. Su casa y consultorio fue cubierta con letreros de odio que decían, entre otras cosas, ‘asesino de leones’ y ‘púdrete en el infierno’. La cacería de las especies en extinción debe ser fuertemente penada, pero la macabra organización de las aborterías en el mundo debe ser desaparecida.