Ana María Ibarra
Estar atentos a Jesús, responder a su llamado y dejarlo todo para seguirlo, fue el mensaje que el padre Pablo Hernández, procedente de Estados Unidos, dejó en su predicación a los miles de fieles que se dieron cita en el pasado Congreso Diocesano Católico en su edición XXXI, mismo que se realizó los días 5 y 6 de septiembre.
En una de sus predicaciones, basada en la cita bíblica de Lucas 5, 31 “No necesitan médico los que están sanos sino los que están enfermos, no vine a llamar a los justos sino a los pecadores”, el padre Pablo habló de la “parálisis espiritual”.
“Este texto es la conclusión a la vocación, al llamado de Jesús a uno de sus apóstoles que se llamaba Leví o Mateo”, dijo el padre Pablo quien leyó la cita donde Mateo es llamado por Jesús.
Mateo, dijo, era un hombre despreciable. Ese hombre al que Jesús llamó para ser su discípulo era un gran pecador. Aparentemente no hacía nada, solo se encontraba sentado trabajando, creyendo que era una vida normal.
“El gran problema de nosotros que somos servidores decimos que no tenemos pecado.
Dice la palabra de Dios que todos hemos pecado alguna vez. El texto que hoy estamos leyendo está encaminado a que reconozcamos que sí, que hay veces que tenemos una parálisis en el corazón”, expresó.
Añadió que la gente hoy vive “normal”, y mucha normalidad en la vida destruye y hace daño.
El padre Pablo motivó a los asistentes a seguir tres pasos sencillos para dejar de ser personas “normales”.
“Les voy a dar tres pasos para que dejes de vivir lo que estás viviendo y para que descubras una felicidad que nunca has vivido”.
“Primero: hay que estar atentos porque Jesús está pasando. Dios te está llamando…segundo: responder a la llamada de Jesús. Mateo le creyó a Jesús. Dejó todo…tercero: Traer a Jesús a mi vida. Si queremos realmente ser felices debemos dejar de hacer las cosas como siempre las hemos hecho y empezar hacer las cosas como Jesús quiere que las hagamos”, expuso.
Prepararse para el Año de la Misericordia
La primera celebración eucarística del Congreso la presidió el padre Jorge González, después de la primera intervención del padre Pablo. Como asesor del Movimiento de Renovación, el padre Jorge agradeció la participación del sacerdote invitado, quien llegó de Washington, DC, así como reiteró su compromiso de cumplir con la encomienda de encabezar el Movimiento de la Renovación, que le dio el obispo tras el lamentable fallecimiento del padre Carlos Márquez (qepd).
En su homilía, el padre Jorge reflexionó la lectura del día e hizo referencia al Año de la Misericordia que el Papa Francisco ha decretado para iniciar en diciembre próximo.
“Este congreso viene a servir para irnos preparando, a otros para irnos metiendo en ese espíritu en el que hemos de vivir la reconciliación plena. Que este congreso a todos nos anime a estar siempre cercanos al amor de Dios. Porque este año de la Misericordia digamos hay familias reconciliadas que vayan al encuentro de Dios”, añadió.