El 19 de junio de 2023, Avigail Arellano Arrellano, miembro activo de la comunidad de Camino al Cielo, partió de este mundo tras una valiente batalla contra el cáncer. Aunque su partida dejó un vacío en los corazones de quienes la conocieron, su legado de servicio y entrega hacia los enfermos perdura en la memoria de la comunidad.
Naty Sáenz y Tula Varela, también integrantes de Camino al Cielo, compartieron sus recuerdos sobre Avigail y destacaron su dedicación incansable hacia aquellos que más lo necesitaban.
“Fuimos afortunadas en convivir con una persona tan llena de oración y trabajadora, incansable para los demás”, expresaron.
Avigail era conocida por su devoción y su capacidad para movilizar a otros en la ayuda a los enfermos. Sirvió primero en la Legión de María, y luego se integró a Camino al Cielo.
Llevaba siempre consigo un frasco de aceite de San Charbel, con el que rogaba por la pronta salud de los enfermos, y cada semana acompañaba a rezar y hacer oración por ellos, recordaron Naty y Tula.
Recordaron que la labor de Avigail incluyó luego la visita a los enfermos mentales, llevándoles comida y despensas, y eventualmente organizando la construcción de un comedor digno para ellos, que pronto se hizo realidad.
Además, organizaba sesiones de oración en su casa, invitando a las familias a unirse en el rezo del rosario, sin descuidar su compromiso con Camino al Cielo.
Las entrevistadas también recordaron que con el apoyo del padre Salvador Magallanes, anterior párroco de San Judas Tadeo, Avigail lideró un grupo de oración que se reunía los viernes primero y segundo de cada mes para rezar por la juventud.
E incluso durante su enfermedad, Avigail continuaba rezando la Coronilla, y mostraba su su confianza en la voluntad de Dios.
Servicio desinteresado
Para las entrevistadas, ver a Avigail en acción, aún en su enfermedad terminal y sabiendo que en cierto tiempo moriría, era digno de admiración.
“La pérdida de Avigail dejó un vacío en la comunidad, pero su legado perdura en el corazón de quienes la conocimos”, expresó Naty.
“Su ejemplo enseñó a todos que no se necesita ser joven (o sano) para servir a Dios y que siempre hay mucho por hacer en Su nombre.
Hoy, en medio del duelo, la comunidad de Camino al Cielo encuentra consuelo y a la vez ánimos al recordar a Avigail como un ejemplo de amor y servicio.
Y ese recuerdo las compromete a seguir su ejemplo, sirviendo en el nombre del Señor y de la Santísima Madre.
“Que su memoria continúe siendo una inspiración para todos nosotros, recordándonos el verdadero significado de la fe y el servicio cristiano con los enfermos, aún siendo un enfermo”, concluyeron Naty y Tula.