José Ignacio Frausto Ojeda/ Lic. en Historia y Arquitecto
Segunda parte
En el siglo XIX, el día de Todos los Santos había toda una inclinación a venerar las reliquias de los mártires y santos (fragmentos o huesos completos), los cuales eran presentados a los fieles este día en las iglesias. Era posible visitar todos los templos posibles en ese día, para conocer presencialmente a las reliquias y hacerles peticiones, ya que se tenía la creencia de que eran milagrosas. Las reliquias llegaban de España a México, desde su arribo por el puerto de Veracruz acompañadas con música y cantos, en los pueblos las recibían con arcos de flores.
¡Lo mexicano!
Cuando la Nueva España se independiza y deja de ser colonia de España, se convierte en Federación y por lo tanto en un Estado-nación, así surge la República Mexicana. Y si bien, algunas leyes tardaron en ser plenamente entendidas y aplicables, que se puede decir de las tradiciones, sobre todo las religiosas, porque aquí por naturaleza ya no procedía lo español, lo criollo, lo mestizo, ya era ¡lo mexicano! Y en lo nacional es donde surge una bandera, un escudo, un himno, pero también llegará la charrería, las fiestas patrias, las navideñas y por supuesto, ¡el Día de Muertos!
Entre la aplicación de las leyes de Reforma con Benito Juárez en el siglo XIX y las acciones políticas y culturales postrevolucionarias ya en el siglo XX, dan un giro a esta tradición generándole incluso un toque aún más mexicano, sobre todo con la propuesta de los artistas sublimes del arte nacional como José Guadalupe Posada y Diego Rivera, sobre todo porque hacen aparecer un personaje que se empoderará de esta fiesta en el siglo XXI y que le ganará la batalla a tradiciones extranjeras, ¡la Catrina!
Los Altares
En la actualidad en una fiesta de Día de Muertos, de las manifestaciones más representativas sin duda son los altares dedicados para recordar y convivir con los seres queridos que ya fallecieron y en los cuales se colocan ofrendas, las que adquieren cierto simbolismo ya sea por su condición material, moral o espiritual. A continuación, explicamos el significado de las principales ofrendas en un altar:
*El agua, representa la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen o sacien su sed después de su largo recorrido y también para que se fortalezcan a su regreso. Es la que da vida y energía para el camino. Algunas personas creen que al verla el alma se moja los labios resecos por el largo viaje desde el más allá.
*La sal, es un elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa, en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año; Velas y veladoras, Los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote. En la actualidad se usa el cirio en sus diferentes formas: velas, veladoras o ceras. La flama que producen significa «la luz», la fe, la esperanza. Sirve como una guía, con su flama titilante para que las ánimas puedan ver mejor su camino, llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. Si se ponen cuatro cirios en cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino y su casa.
*El copal, era ofrecido por los indígenas a sus dioses, es el elemento que sublima la oración o alabanza y una fragancia que era un signo de reverencia. Se dice que se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro. También el humo del Copal simboliza el paso de la vida a la muerte. Se utilizan incensarios, anafres o braceros, con ocote en rajas y o carbón para activarlo.
*Las flores, son la bienvenida para el alma, la flor blanca representa el cielo, la flor amarilla, la tierra, la morada el luto, y la roja significa la expresión de la sangre de Cristo, así como la vida humana y animal. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se cree se irá contenta. Las flores de cempasuchil recuerdan el alma del difunto, ya que es la tradicional flor de muertos, su color amarillo o anaranjado representa la fuerza de la luz del sol y de la vida: viene del náhuatl cempoalxochitl que quiere decir “flor de 20 o más pétalos”.
*Caminos de pétalos, Es costumbre poner caminos de pétalos con flor de cempasúchil deshojada, desde la puerta de la entrada hasta el altar que sirven para guiar al difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa. Representa así el camino del color y olor que trazan las rutas a las ánimas, que por su color encendido como el sol sirve para iluminar y orientar el alma del muerto para que no se extravíe.
*El pan, Es un símbolo que funge como un ofrecimiento fraternal. La iglesia lo presenta como el «Cuerpo de Cristo». Recuerda el alma del difunto y simboliza toda una tradición. La pieza tiene forma redonda, para simbolizar una tumba; el núcleo, en la parte superior, representa la base del cráneo, los adornos laterales, los huesos de las extremidades; y es adornado con azúcar roja que simboliza la sangre.
*Retrato o fotografía del difunto, el de la persona a quien se dedica el tributo y cuya ánima nos visitará. Es un recordatorio de nuestros seres queridos. En algunos sitios se dice que éste debe quedar escondido y no a la vista, de manera que solo pueda verse con un espejo, para dar a entender que al ser querido se le puede ver, pero ya no existe. Imágenes religiosas, de santos de la devoción tanto del difunto como de la familia. Se colocan para que sirvan como medio de interrelación entre muertos y vivos, ya que en el altar son sinónimo de las buenas relaciones sociales. Además, simbolizan la paz en el hogar y la firme aceptación de compartir los alimentos.
*El platillo o la comida favorita, la buena comida tiene por objeto deleitar al ánima que nos visita. Con estos alimentos se trata de agradar el difunto compartiendo los que más le gustaban y ser gratos a su buena voluntad. En el Altar está constantemente presente una estela de aromas, representando el banquete de la cocina en honor de los seres recordados. Los platillos varían de acuerdo a las regiones del país en donde se esté celebrando esta festividad.
*Las calaveras de dulce, son una costumbre indígena. Ya los pueblos mesoamericanos tenían presente el símbolo de la calavera como un recordatorio de la muerte como parte del proceso de vivir y no representaban en absoluto para ellos un símbolo que les causara terror, sino más bien reverencia y respeto. Papel picado, es un adorno para el Altar que da colorido y representa la alegría de vivir. Muchos de sus diseños son artesanales y en ellos están estampados motivos relacionados con la muerte. Algunas personas las ponen como cortinas, carpetas o manteles para adornar las paredes cercanas al Altar y/o cubrir las mesas o los niveles del altar. Los colores usados en estos adornos tienen su significado: El color morado o rosa oscuro se usa en señal de duelo. El color morado es representativo del luto cristiano y el color naranja del luto azteca.
*Los arcos de caña, en algunos lugares de la República, como aquí en ciertas comunidades de Oaxaca el Altar es adornado principalmente por un arco de carrizo o de caña de azúcar cubierto con flores multicolores de cempazúchil; y el arco sostiene hilos de los que cuelgan mandarinas, naranjas, limas y plátanos. La cantidad de arcos varía de dos arcos a cuatro; a este conjunto suele llamársele portada o retablo. El arco habla del deseo, de quienes viven en la tierra, de unirse a los que ya habitan en el cielo, a los que ya no morirán otra vez.
Para concluir…
Señalaremos que el futuro de las tradiciones de un pueblo, dependerá del grado de conservación de su propia cultura. La transculturización no cambia, sino mata las tradiciones de un pueblo. Sí, podemos usar otras tradiciones (Halloween), pero nunca sobre las nuestras (Día de Muertos), para eso nos sirve tener bien arraigada nuestra identidad nacional.