Ana María Ibarra
Por la gracia de Dios y la imposición de manos del obispo diocesano, don J. Guadalupe Torres Campos, la comunidad diocesana cuenta con dos nuevos diáconos transitorios, Hiram Roberto Fernández Llanas y Joel Eduardo Chairez Flores.
La celebración en la que estos dos jóvenes recibieron el sacramento del Orden se llevó a cabo el pasado 14 de septiembre en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
Momento emocionante
Expectante y en silencio, la comunidad reunida en el recinto observó la entrada de Hiram y Joel en la procesión solemne.
Los jóvenes tomaron su lugar junto a sus familias y después de ellos, ingresaron los diáconos permanentes, presbíteros y el señor obispo Guadalupe Torres Campos.
Con alegría, el obispo dirigió su oración y sus palabras especialmente a Hiram y a Joel, quienes después de la proclamación del evangelio subieronal presbiterio, no sin antes recibir la bendición de sus padres.
Unidad y servicio
El padre rector, Jesús Manríquez pidió al obispo el orden de los diáconos para los
jóvenes. Él los aceptó y dirigió su homilía.
En su reflexión, el obispo resaltó dos aspectos importantes de la palabra de Dios: la unidad y el servicio.
“Unidad, sentido de Iglesia, de comunidad, de pueblo de Dios. Hoy todos hemos sido convocados entorno a Cristo por este acontecimiento. El otro aspecto es el servicio. Una Iglesia convocada para servir. Un diácono es convocado para servir”, señaló el obispo.
Agregó que ambos aspectos deben ser reflexionados y puestos en práctica.
“Hiram y Joel, hay que servir con alegría. Hay muchas circunstancias que nos entristecen, que nos preocupan en nuestra vida personal, pero siempre hay que mantener la alegría. Nunca pierdan la alegría, no la alegría del mundo, sino la alegría de Dios”, enfatizó el obispo.
Asimismo los invitó a caminar junto con Cristo y con la Iglesia particular de Ciudad Juárez.
“Hiram, Joel, vayan por todo el mundo a anunciar el evangelio; a servir al altar con el presbítero, con el obispo. Hay muchas necesidades, sirvan en los ministerios de caridad, en Pastoral Social, con los migrantes, encarcelados, enfermos. Vivan su diaconía en el amor y en la caridad”.
Para concluir, el obispo reiteró su confianza en los jóvenes ministros, así como su cariño y bendición, y agradeció a sus padres por darle un hijo a la Iglesia.
Rito de ordenación
Después de la homilía, inició el rito de ordenación con el interrogatorio del obispo hacia Hiram y Joel. Pidió de ellos la promesa al celibato y el respeto y obediencia a él y a sus sucesores.
El momento más significativo de la celebración fue cuando los jóvenes se postraron rostro en tierra, mientras el obispo, los sacerdotes y el pueblo entonaron las letanías de los santos.
Enseguida, el obispo oró e impuso las manos sobre los jóvenes, a su vez que el pueblo oraba en sagrado silencio.
Los nuevos diáconos fueron revestidos como tal por sus padres y sus padrinos. El padre Julián Badillo, como padrino de Joel; y el padre René Acosta, padrino de Hiram.
Con la entrega del evangelio y el saludo de paz, concluyó el rito, y los ahora diáconos Hiram y Joel, asistieron al obispo en el resto de la celebración.
Familias agradecen
Un momento muy especial vivieron las familias de Hiram y Joel al ser testigos de este hecho.
“Me siento muy agradecida con Dios, primeramente, por haberse fijado en esta familia, por haberllamado a mi hijo.Es una bendición muy grande.Mi agradecimiento también a la comunidad por apoyarloy a nuestra Iglesia por acogerlo.Es una emoción enorme”, expresó Margarita Llanas, mamá de Hiram.
Añadió que, como mamá terrenal, fue difícil desprenderse de su hijo, pero acotó:
“Ha tenido que dejarnos para atender las necesidades de la Iglesia, de las comunidades.Eso ha sido difícil, pero la comunidad lo ha acogido muy bonito y para mí es más que suficiente, es su nueva familia a partir de este momento”, dijo.
Con un nudo en la garganta, Roberto Fernández, padre de Hiram solo pudo decir: “Gracias”.
Guadalupe Flores, madre deJoel, expresó que dan gracias a Dios por el llamado que ha hecho a su hijo.
“Nos sentimos grandemente bendecidos. Le ruego sus oraciones por estos dos jóvenes que consagran su vida a Jesucristo. No solo la familia está de fiesta, sino toda la familia juarense por tener dos nuevos diáconos. Este proceso ha sido emocionante y maravilloso”, dijo.
“Es un momento muy hermoso.El mérito completamente es de mi hijo, pero nosotros, como sus papás,lo hemos apoyado, buscando ser un soporte para él.Esta bendición es para todos los católicos.Nos hacen falta sacerdotes y estamos muy contentos por nuestro hijo. Sigamos pidiendo por las vocaciones”, invitó Carlos Chaires, padre de Joel.