Lectio Divina correspondiente al 19 de septiembre, Domingo XXV del Tiempo Ordinario… Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Marcos 9, 30-37
Se fueron de allí y atravesaron Galilea. Jesús no quería que nadie lo supiera, porque estaba dedicado a instruir a sus discípulos. Les decía que el Hijo del hombre iba a ser entregado en manos de los hombres, que le darían muerte y que, después de morir, a los tres días, resucitaría. Ellos no entendían lo que quería decir, pero les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntó: ¿De qué discutían por el camino?
Ellos callaban, pues por el camino habían discutido acerca de quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo: El que quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Luego tomó a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: El que recibe a un niño como éste en mi nombre, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, no es a mí a quien recibe, sino al que me ha enviado. (Texto tomado de la Biblia de América)
Meditar la Palabra
Después de haber leído el texto del evangelio y para una mejor reflexión hagámonos las siguientes preguntas:
Cuando Jesús atravesó Galilea ¿por qué no quería que la gente se enterará que estaba ahí?
¿Qué era lo que los discípulos no entendían?
¿Qué discutían en el camino los discípulos?
Después de llamar a los Doce ¿qué les dice Jesús?
Jesús les instruye poniendo a un niño al centro de los Doce ¿Qué enseñanza les dio?
Breve Estudio Bíblico.
Ya en el Antiguo Testamento estaba presente la muerte, el sacrificio de Jesús; en la primera lectura del libro de la Sabiduría vemos prefigurada la Pasión de nuestro Señor Jesucristo. En el Evangelio de Marcos, desde que Pedro confiesa a Jesús como Hijo de Dios (8,31) hasta su llegada a Jerusalén, el Maestro busca la soledad para preparar a los Doce sobre lo que habría de suceder en Jerusalén. Los Doce, aún bajo la enseñanza directa del Maestro, no logran entender el anuncio de su pasión, muerte y resurrección en ese momento. La posterior enseñanza se centra en cómo se debe aplicar la autoridad; no como quien domina, sino como quien sirve a los demás. De esto nos da ejemplo su vida pues el vino, no ha ser servido sino a servir. Después el Maestro termina con otra enseñanza que les trasmite utilizando a un niño que representa la fragilidad, la debilidad de nuestra humanidad y así nos deja para siempre a los cristianos la enseñanza de reconocerle a él no solo en los niños, también en el necesitado, en el enfermo, el huérfano, la viuda, en el migrante.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
¿A veces, como los discípulos, abandono las enseñanzas de Jesús por tratar de ser yo el primero?
¿Me comporto regularmente como un servidor de los demás, de mi familia, mis amigos, de mi comunidad?
¿También yo guardo silencio cuando Jesús me cuestiona a través de la Escritura?
¿Alguna vez he pensado que recibir a un niño es como ayudar al desvalido, apoyar al necesitado, al migrante?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor,
ayúdame a no pretender ser el primero,
enséñame a servir a los demás,
infunde en mí un espíritu como de niño.
Señor,
envía sobre mí tu sabiduría para ser tolerante, compasivo,
que sea capaz de sembrar justicia,
que sea yo un instrumento de paz.
Amén.
- Contemplación:
Para la contemplación podemos repetir varias veces un versículo de la Sagrada Escritura para que entre e ilumine nuestro corazón.
« El que quiera ser el primero, que sea el último de todos » (Mc 9, 35)
Hagamos el propósito de repetir este versículo durante la semana.
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
El Evangelio del próximo domingo lleva directamente al servicio a través de la enseñanza de Jesús a los Doce. La carta de Santiago nos previene, nos invita a no descuidamos para no caer en la envidia y la ambición para no ser motivo de injusticias y alejarnos de la tolerancia y la compasión.
Propuesta: El servir a los demás deberá ser mi propósito durante esta semana y esto me convierte en un sembrador de justicia para que florezca la paz. Me esforzaré en ser tolerante y paciente con quienes me rodean. Una forma de servir es también ayudando a los necesitados y para ello cuento con el programa diocesano “Todos en la Misma Barca”.
Primera Lectura: Sabiduría 2,12.17-20
Salmo 53
Segunda Lectura: Santiago 3,16-4,3
Color: Verde