Tras reactivarse el Protocolo de protección a migrantes, aquí un recuento del trabajo que ha representado para la Iglesia la atención a los hermanos migrantes en proceso de asilo…y siguen los esfuerzos…
Ana María Ibarra
Una luz de esperanza se visualiza para los migrantes que se encuentran en esta frontera al darse a conocer que Estados Unidos reactiva el Protocolo de Protección de Migrantes (MPP por sus siglas en inglés), lo que significa que, después de casi dos años, quienes fueron obligados a permanecer en México en espera de asilo político, podrán continuar con su trámite en Estados Unidos.
Hace apenas tres semanas se anunció que los migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzarán a cruzar gradualmente a Estados Unidos con la finalidad de acudir a las audiencias que quedaron pausadas a causa de la pandemia por Covid-19.
“Se reactiva tomando Tijuana, Baja California; Matamoros, Tamaulipas; y Ciudad Juárez”, compartió en entrevista el padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante.
La Iglesia, en la batalla
Como se recordará, la Iglesia católica ha realizado un trabajo importante en medio de la crisis humanitaria generada por el desplazamiento de miles de centroamericanos y personas de diferentes países, que llegaron de distintas formas a esta frontera, desde 2018.
El padre Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante, recordó que fue hace casi dos años fue cuando se detuvo el proceso para tramitar las solicitudes de asilo en Estados Unidos. Entonces, la Casa del Migrante quedó habitada por poco más de 150 familias del programa MPP.
“Vino una organización de El Paso para ofrecer su ayuda y se utilizó la Casa de Ejercicios para albergar a la mitad de los migrantes que estaban hospedados con nosotros y atenderlos como lo hacemos aquí. Algunas otras personas se han desesperado y se han ido. En este momento contamos con 50 familias”, dijo.
Diócesis organizada
En este tiempo de espera, como lo ha venido haciendo desde hace tres décadas, la diócesis local, a través de la Pastoral de movilidad humana colocó algunos puntos de atención y ayuda a migrantes.
“Estuvimos en Catedral, en parroquias apoyados por los sacerdotes Francisco García, Roberto Luna, Roberto Ramos, Istibal Valenzuela, algunas religiosas. También Rubén García, de Casa Anunciación de El Paso vino a trabajar con casas de acogida como la Casa Papa Francisco, parroquias como Corpus Christi en Anapra y San Carlos Borromeo ayudaron”, enumeró.
Dijo que mucho del trabajo que se realizó localmente, se hizo en colaboración con la Diócesis de El Paso y con el apoyo del obispo Mark Seitz.
Además de en la crisis generada en estos últimos meses, el padre Calvillo destacó que la Iglesia Diocesana tiene ya 35 años de trabajo con los migrantes, mientras que la ayuda de la Iglesia Universal en este tema, no es de tiempos actuales.
“La Iglesia tiene 106 años trabajando a nivel mundial por la pastoral de la movilidad humana… más ahora, que hablamos no sólo de una migración en América Latina, sino también en Medio Oriente, en Europa y en muchos otros lugares”, aclaró.
Un fenómeno cambiante
El padre Javier explicó que el fenómeno de la migración va cambiando, pues cada día son más los retos y los sistemas políticos se han vuelto más crueles, hasta llevar a la gente a emigrar.
“La Iglesia Católica siempre ha tenido la misión de ayudar al migrante. Tenemos esa encíclica que nos indica que la Iglesia es madre y maestra. Siempre, donde hay humanidad, la Iglesia debe estar presente e ir más allá, pues una madre rebasa los límites y acompaña de alguna manera”.
El sacerdote reconoció que en la labor de ayuda al migrante, especialmente con la llegada de las caravanas, también han apoyado iglesias de otras denominaciones, así como personas de buena voluntad.
“La sensibilidad de Juárez fue creciendo y no pasó como en otras fronteras que se levantó la gente para reclamar por la llegada de migrantes. En Chihuahua y Casas Grandes también están abriendo casas. La misma realidad va despertando estos deseos de apoyar”, aclaró.
Pequeño puente de esperanza
Haciendo un recuento de las políticas migratorias estadounidenses, el padre Calvillo dijo que el sufrimiento se ha hecho presente de una u otra forma, pero esperan que todo esto finalmente cambie para bien.
“Con Obama hubo cosas tremendas por deportaciones aéreas, con el Plan Mérida. Llega el señor Trump con lo del muro: más discriminación; luego el programa Quédate en México, junto con el acuerdo del presidente de México. Y a la mera hora, los migrantes son los que sufren y las fronteras tienen que salir adelante”, dijo.
Sin embargo, dijo, se ve una esperanza con estos cambios que inicia el nuevo gobierno de Estados Unidos.
“Ahora vemos un poco de cambio y ante tantos muros mentales y de acciones, empieza a verse una pequeña luz, un pequeño puente de esperanza para esta gente que está esperando el MPP por un año y seis meses”, dijo para luego hablar de lo que representa esta oportunidad, luego de tantos meses de encierro, crisis y depresión de los migrantes.
“Nosotros encantados de que, en lugar de muros, se empiece un puente, aunque sea muy delgado, esperemos que pronto sea más ancho, más seguro, más digno. Hay mucha gente que sufre, en sus países las políticas son cada vez más crudas y no les queda más emigrar”.
El padre Javier compartió que los migrantes se encuentran contentos, nerviosos y con la ilusión de que realmente Dios pueda tocar el corazón de las autoridades y puedan ser escuchados y tomados en cuenta.
“Para nosotros como Iglesia es importante que se vaya desahogando porque siguen llegando muchas familias nuevas, muchas embarazadas, entonces qué bueno que pueda salir esta gente, nos alegramos por ellos y por nosotros porque necesitamos espacio para recibir a los demás”, finalizó.
Procedimiento
* La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) son las encargadas de la logística para el cruce de migrantes en MPP, para continuar su proceso de asilo en Estados Unidos
* ACNUR creó una plataforma para que el migrante ingrese e introduzca toda la información que se le solicita.
* El Centro de Derechos Humanos de la Casa del Migrante, ayuda a los migrantes del programa MPP a llenar los formularios de ACNUR.
* Cuando se tiene toda la información se envía a ACNUR. Luego ellos deciden y dan la fecha de cruce.
* En Ciudad Juárez, operan aproximadamente 19 albergues con migrantes MPP, entre ellos la Casa del Migrante.
* El centro general de recepción de migrantes es el albergue Leona Vicario. Ahí se les realizarán exámenes médicos, protocolos de higiene y se les darán instrucciones para su ingreso a Estados Unidos.
* OIM y Grupo Beta acompañana a los migrantes en el cruce.
* En Estados Unidos, los migrantes serán hospedados en albergues, entre ellos de la Iglesia católica, donde les ayudarán a contactarse con familiares.
* Cuando la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) otorgue el permiso, el migrante se podrá trasladar.
Frase..
“Para nosotros como Iglesia es importante que se vaya desahogando porque siguen llegando muchas familias nuevas, muchas embarazadas, entonces qué bueno que pueda salir esta gente, nos alegramos por ellos y por nosotros porque necesitamos espacio para recibir a los demás”, finalizó.