El ayuno es entrar en meditación, en la oración, respaldados con la Palabra de Dios para reflexionar en qué necesito crecer, a qué gustos o preferencias debo renunciar para fortalecer el espíritu y manifestarlo en la caridad…
El ayuno es una práctica espiritual que la Iglesia enseña y que, unida a la oración, ayuda al cristiano a someter la voluntad para fortalecer con virtudes su vida y favorecer los ejercicios de caridad, especialmente en el tiempo de Cuaresma.
Así lo explicó el padre Marcelino Delfín Del Pozo, párroco de San José de Lomas y liturgista de la diócesis, para quien la influencia del relativismo ha provocado que muchos cristianos hayan dejado de vivir el verdadero sentido del ayuno.
Aquí la entrevista.
1.- ¿Por qué debemos ayunar en Cuaresma?
- La Iglesia propone un proyecto en este tiempo de Cuaresma: el ayuno, la oración y la caridad que, unidos de la mano, se resaltan especialmente en Cuaresma para purificarnos de los vicios, las esclavitudes, y así liberarnos de aquello en lo que nos hemos anclado. Reducir (este proyecto) al ayuno es reducir la riqueza espiritual que la Iglesia nos propone. Cuaresma es un tiempo especial de reflexión. El ayuno necesariamente tiene que ir acompañado de la oración, si no, no tiene sentido, caeríamos en una vanidad humana, en un orgullo humano. El prefacio cuarto de cuaresma nos dice: con el ayuno corporal refrendas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas. Es decir, el ayuno acompañado con la oración nos hace meditar en qué nos hemos esclavizado, en qué hemos puesto nuestras pasiones: en el comer, en el carácter, en el sexo…cómo hemos desordenado la vida. El ayuno es tener dominio de aquellas inclinaciones que nosotros tenemos hacia las cosas desmesuradamente. No somos moderados, por eso el ayuno es entrar en meditación, en la oración, respaldados con la Palabra de Dios para reflexionar qué necesito, en qué necesito crecer, en qué necesito madurar, a qué gustos o preferencias debo renunciar para ayunar de ello, fortalecer el espíritu y manifestarlo en la caridad.
2.- ¿Considera que se ha relajado la normativa sobre el ayuno?
- La Iglesia sigue enseñando el aspecto del ayuno del miércoles de ceniza y el Viernes Santo. No se ha relajado, los cristianos lo hemos tomado a nuestro modo de ver, de pensar, influenciados por la filosofía del relativismo: yo soy la medida, yo soy el que quiero, yo soy el que deseo, pero el principio sigue siendo igual. El modelo a seguir de ayuno y oración es Cristo, como meditábamos el primer domingo de Cuaresma, Cristo va al desierto, ayuna durante cuarenta días, está en ayuno y oración. El ayuno y la oración nos hacen vencer las tentaciones. Sigue siendo latente la enseñanza de la Iglesia basada en la enseñanza de Cristo.
3.- ¿Cómo debe ser el ayuno en la Cuaresma y cómo se diferencia de un ayuno en otra época del año?
- Lo importante en la práctica del ayuno es darle su sentido verdadero. Por una parte, someter la voluntad para fortalecer la vida con virtudes como la templanza, la voluntad, la humildad, y favorecer los ejercicios de caridad pues todos los sacrificios que se hacen deben apuntar a un bien y al servicio del prójimo como dijo el Papa Francisco en la Misericordiae Vultus, sin excluir a nadie, el bien se hace a todos. El ayuno parte de ese aspecto espiritual: fortalecer la vida espiritual y las virtudes. Todos los viernes del año se nos recomienda la abstinencia. A nivel espiritual se nos recomienda que ayunemos durante el año, pero específicamente en la Cuaresma hay que intensificar porque nos preparamos para la Pascua. Más que una diferencia se acentúa porque la Cuaresma es un tiempo fuerte, intenso, donde debemos darle más importancia a los tres aspectos que ya mencionaba: el ayuno, la oración y la caridad. Es para hacer un alto en la vida y reflexionar cómo hemos vivido estos aspectos a lo largo del año. Los directores espirituales recomiendan a sus dirigidos que durante la semana ayunen una vez para tener un dominio de esas pasiones que ya mencionaba.
4.- ¿Cómo nació el precepto del ayuno de la carne?
- R. Más que nacer un precepto, el ayuno de la carne está basado en la cuestión de la Escritura porque somos dados a buscar nuestras apetencias. Podemos ayunar de la carne, de la televisión, del chisme…es algo mucho más amplio, aunque a muchos nos gusta la carne. El ayuno lo hemos reducido a no comer carne pero nos comemos al hermano, maltratamos a nuestros seres queridos, nos mantenemos horas en el “face”, no ayunamos del “face”, y se trata de refrenar las pasiones.
5.- ¿Existe alguna práctica con lo que se pueda sustituir un ayuno?
- La Conferencia del Episcopado Mexicano dijo que se puede suplir la abstinencia de carne, excepto el miércoles de ceniza y el viernes santo, por una obra de caridad, por una obra de piedad, por un sacrificio voluntario que podamos tener. Lamentablemente somos más dados a acomodarnos, seguimos teniendo un desorden. El Episcopado Mexicano pone esto para cuando no podamos realmente privarnos de la carne. Por ejemplo, cuando no tenemos otra cosa qué comer y solo quedó carne, pues me la como. Pero se trata más bien de tener una disciplina espiritual porque “catafixiamos” fácilmente una cosa por otra con tal de no esforzarnos… aquí lo importante es el esfuerzo, el dominio de las pasiones, como dice el prefacio cuarto de Cuaresma.
6.- ¿Algún mensaje que desee agregar?
R.- Invitarlos a intensificar estos tres aspectos de la vida espiritual que nos presenta la Iglesia; el ayuno, la oración y la caridad. Ojalá que esto nos ayude a todos los cristianos a vivir con alegría la resurrección del Señor, que resucitemos con Cristo, pasar del hombre viejo al hombre nuevo, pasar de la esclavitud a la libertad de los hijos de Dios. Con ese sentido el ayuno tiene su plenitud y su significado más próximo: Resucitar con Cristo.
Edad para ayuno
- Todos los que han cumplido 18 años hasta el comienzo de los 60 años.
- Pueden hacer el esfuerzo personas de hasta 70 años.
Tipos de ayuno.
- Completos (todo el día sin alimento)
- En la mañana pan y agua, café o leche. A mediodía una comida sobria y en la noche como en la mañana.
- Ayuno sólo en la mañana, comer en la tarde y cenar en la noche
Edad para la abstinencia de carne.
- Todos los que han cumplido 14 años
- La ancianidad por sí sola no exime de esta ley de la abstinencia.
- En ancianos, por situación personal o especial puede haber excepción.
“Lo importante es darle su sentido pleno al ayuno, el dominio de uno mismo. Ayunar para encontrar en la oración al Señor y me ilumine con su espíritu. El ayuno me ayuda a desapegarme y a crecer en virtudes”.