Diana Adriano
La llegada de la Cuaresma es una invitación a los fieles a reconocer sus debilidades y combatirlas, como una preparación para la Pascua.
En este tiempo de reflexión, preparación espiritual, penitencia y conversión, uno de los temas que Jesús enseña, es a descubrir la trampa de la tentación que lleva al pecado, y que se hace presente en muchos aspectos de la vida.
Como se sabe, en los tiempos modernos el pecado también se hace presente en el uso del Internet y las redes sociales.
Presencia consultó con el equipo de Guardia Net, una empresa familiar mexicana que trabaja para ayudar a las familias a tener una navegación segura en Internet, sobre cuáles son las tentaciones y pecados que más comúnmente acechan a los usuarios de Internet.
Contenido digital adictivo
Robin Mata, director de GuardiaNet, dijo que entre los peligros más preocupantes en ese espacio destaca la pornografía, considerada una de las amenazas más dañinas para el desarrollo personal y familiar.
Esto debido a que el consumo de este contenido puede generar adicción, distorsionar la visión de las relaciones interpersonales y afectar la salud mental y emocional de quienes lo consumen.
Aseguró que en la actualidad, el acceso a Internet ha hecho que los hijos estén expuestos a contenidos dañinos desde una edad muy temprana.
“La pornografía ya no es algo que solo encuentran los adultos; ahora está al alcance de cualquier niño con un dispositivo en la mano. Como madres y padres de familia, tenemos la responsabilidad de educar, orientar y proteger a nuestros hijos en este aspecto, ayudándolos a desarrollar una visión sana de la sexualidad”, afirmó.
Impacto de la pornografía
De acuerdo a GuardiaNet, muchos padres creen que este problema no afecta a su familia, pero la realidad es que la mayoría de los niños ven pornografía antes de los 12 años, algunas veces por accidente.
“No se trata solo de imágenes o videos explícitos; los niños están expuestos a contenido que distorsiona la sexualidad, refuerza estereotipos dañinos y promueve relaciones sin compromiso ni respeto”, dijo Robin, quien ennumeró los devastadores efectos de la pornografía en los niños:
* Crea una visión irreal del amor y la intimidad.
* Afecta el desarrollo emocional y las relaciones interpersonales.
* Puede generar adicción desde una edad temprana.
* Debilita los valores familiares y la autoestima.
“Por eso, como padres, debemos estar preparados para hablar con nuestros hijos antes de que el mundo lo haga por nosotros”, expuso.
Mencionó que uno de los mayores desafíos para los padres es saber cómo hablar sobre la pornografía sin despertar más curiosidad o causar rechazo.
“La clave es prepararse bien y generar un ambiente de confianza donde nuestros hijos se sientan seguros de hablar sin miedo a ser juzgados”, dijo.
Luego ennumeró algunos pasos para abordar el tema:
*Informarse y reflexionar antes de hablar. No se trata de una conversación improvisada, sino de algo que debe planificarse con calma. Conocer cómo la pornografía afecta a los niños ayuda a explicarles con claridad los riesgos.
*Elegir el momento adecuado. No es recomendable abordar el tema en medio de un conflicto o como castigo. Buscar un momento de tranquilidad en el que el niño se sienta en confianza.
*Escuchar antes de hablar. Hacer preguntas abiertas como: ¿Alguna vez has visto imágenes que te hicieron sentir incómodo? ¿Tus amigos han hablado sobre este tema? No reaccionar con enojo ni sorpresa si el niño admite haber visto contenido inapropiado.
*Explicar con claridad sin alarmismo. Decirles que hay contenido en Internet que no es saludable para su mente y su corazón. Enfatizar que nuestro objetivo no es castigarlos, sino ayudarlos a tomar mejores decisiones.
*Ofrecer herramientas para que tomen buenas decisiones. Enseñarles a reconocer y evitar contenido dañino. Explicarles que el verdadero amor se basa en el respeto, la entrega y el compromiso. Proporcionar alternativas sanas de entretenimiento y formación.
El hogar: primer espacio de protección y educación
De acuerdo a los expertos de Guardia Net, los padres de familia no deben depender de la escuela o la Iglesia para educar a los hijos en temas de sexualidad.
“El hogar es el primer lugar donde se construyen valores sólidos y donde se debe formar una visión sana de la tecnología”, afirmó Robin, para luego citar medidas concretas para proteger a la familia de la pornografía y de los otros pecados que acechan en el Internet.
Control parental en los dispositivos
Implementar filtros de contenido y restricciones de navegación. Supervisar el uso de dispositivos electrónicos, especialmente en la noche. No permitir el uso de celulares o tablets en la habitación sin supervisión.
Uso responsable de la tecnología
Establecer horarios para el uso de internet y redes sociales. Enseñar a los niños a discernir entre contenido saludable y dañino. Fomentar actividades offline como deportes, arte y lectura.
Filtrado de contenido en todos los dispositivos
La prevención es clave. Puedes descargar un instructivo gratuito sobre cómo instalar filtros de contenido en computadoras y celulares.
Diálogo y seguimiento continuo
No basta con una sola conversación. Este debe ser un tema recurrente en la educación familiar. Preguntar regularmente sobre sus experiencias en Internet sin hacerlos sentir vigilados. Reforzar los valores de respeto, amor y dignidad humana.
El ejemplo de los padres
Los hijos aprenden más de lo que hacen sus padres, que de lo que dicen.
Evitar contenido inadecuado en el hogar y mostrar un uso saludable de la tecnología.
“Criar hijos en la era digital es un reto y un compromiso de amor que no podemos enfrentar solos. Necesitamos formación y herramientas para educarlos en el uso sano de la tecnología. Tomemos acción hoy para guiarlos con sabiduría en esta era digital”.
Para saber…
Guardia Net cuenta con la Escuela para Padres Digitales, donde ofrecen orientación práctica sobre cómo proteger a la familia del impacto negativo del mundo digital.
Información e inscripciones en:cwww.guardianet.com.mx/escuelaparapadresdigitales
Según Reid Hoffman, co fundador de Linkedin, las redes sociales tienen más éxito cuando aprovechan un pecado capital. Fuente: The Atlantic