Lectio Divina correspondiente al 31 de octubre, Domingo XXXI del Tiempo Ordinario… Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/Instituto Bíblico San Jerónimo
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Marcos 12, 28-34
Un maestro de la ley que había oído la discusión y había observado lo bien que les había respondido se acercó y le preguntó: ¿Cuál es el primer mandamiento de todos? Jesús contestó: El primero de todos es éste: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más importante que éstos. El maestro de la ley le dijo: Muy bien, Maestro. Tienes razón al afirmar que Dios es único y que no hay otro fuera de él; y que amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo vale más que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús, viendo que había hablado acertadamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el texto del evangelio y para una mejor reflexión hagámonos las siguientes preguntas:
¿Quién es el que cuestiona a Jesús? ¿Qué pregunta es la que le hace?
Jesús hace referencia a los dos mandamientos más importantes que existen ¿Cuál es el primero?
El segundo mandamiento que nos menciona Jesús ¿Cuál es?
El maestro de la ley, al escuchar la respuesta de Jesús, reconoce que esos dos mandamientos tienen más valor que todos los holocaustos y sacrificios; viendo que era acertado en su comentario ¿Qué le dice Jesús?
Breve Estudio Bíblico
En la lectura del Evangelio, Marcos nos muestra a alguien cuestionando a Jesús; era un maestro de la ley, alguien experto en la Escritura que había escuchado a Jesús y al parecer pensó en ponerlo a prueba haciéndole una pregunta sobre cuál era el principal de los mandamientos de Dios. En esa época los rabinos judíos contaban con un listado de 613 preceptos o mandatos por cumplir, por lo que solían confundir su importancia. Jesús le responde citando la Escritura, el libro del Deuteronomio (6, 4-5), mismo que escuchamos en la primera lectura, dejando de manifiesto que no había venido a abolir la Escritura, sino a darle plenitud. En su respuesta Jesús une el amor a Dios y el amor al prójimo; el maestro de la ley (también conocidos como escribas) elogia esta respuesta subrayando que es mejor el amor que los holocaustos y sacrificios, como se menciona en otros libros del Antiguo Testamento (Amós 5,21-22; 1Samuel 15,22; Salmo 40,7-9). Por último, Jesús le dice que no está lejos del Reino de Dios, ya que este es, en esencia, amor filial y fraternal.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
¿Me esfuerzo en cumplir el mandamiento doble del amor (amar a Dios y al prójimo)?
¿Mi amor al prójimo se ve reflejado en mis acciones, en mi comportamiento diario?
¿Estoy consciente de que más que en sacrificios, Dios se complace en que seamos obedientes a su Palabra?
¿Trato de conocer su Palabra? ¿Con qué frecuencia leo la Biblia?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Señor,
envía tu Espíritu sobre mi
para que pueda cumplir tu doble mandato de amor;
que tu Espíritu me guíe y pueda ser dócil a tu Palabra.
Señor,
enséñame a amar,
enséñame a reconocerte en mi prójimo y amarlo,
enséñame, pues solo no puedo.
Amén.
- Contemplación:
Para favorecer la contemplación podemos repetir varias veces un versículo de la Sagrada Escritura para que entre e ilumine nuestro corazón.
« Amarás a tu prójimo como a ti mismo » (Mc 12, 31 )
Hagamos el propósito de repetir este versículo durante la semana.
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
El evangelio nos centra en la importancia del amor, dando especial énfasis en el amor al prójimo y colocándolo a nivel de mandato. Debemos pues, esforzarnos por darle cumplimiento; para ello no estamos solos, podemos realizar acciones en conjunto con nuestra comunidad para expresar ese amor, en especial por los más necesitados y olvidados.
Propuesta: El programa diocesano “Todos en la Misma Barca” es una forma de ayudar al prójimo y hacerle sentir el amor de Dios y el nuestro a través de la ayuda que recibe. Tenemos hermanos que no tienen recursos ni siquiera una alimentación digna. Esta es una oportunidad de mostrar nuestra obediencia a la Palabra de Dios y honrar nuestra fe.
Primera Lectura: Deuteronomio 6, 2-6
Salmo 17
Segunda Lectura: Hebreos 7, 23-28
Color: Verde