Ana María Ibarra
Aunque en su momento no pudieron palparlo, Maribel y Rogelio hoy están convencidos de que conocerse y formar una familia fue parte del plan de Dios, a pesar de vivir en distinta ciudad: ella nació en Ciudad Juárez y su marido, en la Ciudad de México.
La pareja se conoció hace trece años a través de un chat grupal, cuando comenzaban a tomar un mayor auge las redes sociales, y después de días de plática, decidieron iniciar un ciber noviazgo que culminó en matrimonio.
Plática virtual
Maribel Carreón y Rogelio Saavedra se conocieron en agosto 2008 por medio de la página Esmas.com que contaba con chats grupales organizados por categorías según las edades de los usuarios.
“Entré al chat de una edad menor a la mía. Eran chats públicos para compartir en grupo. En caso de querer una plática con alguna persona, se iba uno al chat privado, dentro del mismo portal”, compartió Rogelio, quien es 12 años mayor que Maribel.
Un “hola, buenas tardes”, fue el inicio de la plática entre Rogelio y Maribel, ya en un chat privado, desde el cual comenzaron una comunicación cordial.
“Fue su charla amena lo que me llevó a querer una plática más personal”, dijo Maribel.
En menos de una semana Rogelio y Maribel ya estaban intercambiando sus correos electrónicos para comunicarse de manera más directa, y tras pasar unos cuantos días más, sus números telefónicos, “tanto el celular como de nuestras casas”, expresó Rodrigo.
Cara a cara
Luego de algunas llamadas y videollamadas, nació la intención de conocerse personalmente para descubrir qué surgía de ese encuentro cara a cara.
“El que me diera más información de su familia, me dio más confianza. Fui sincera desde el principio”, dijo Maribel.
Para el 5 de septiembre, la pareja acordó un ciber noviazgo, pero Rogelio ya estaba deseoso de conocer a la joven que le estaba robando el corazón, así que planeó un viaje a Ciudad Juárez para conocerse en persona.
“El 3 de octubre nos vimos en persona y nos dimos cuenta que había una química”, dijo Maribel.
“Le dije: ya estoy aquí, ¿queremos seguir lo que acordamos y pasar a novios o ahí la dejamos?”, compartió Rogelio.
Para el primer encuentro, eligieron un restaurante de comida rápida y Maribel puso al tanto de esto a una amiga, previendo una situación inesperada.
“Al día siguiente que lo conocí lo invité a mi casa a conocer a mis papás y a dos de mis hermanos. Mi mamá, como detective, le hizo un interrogatorio, pero le dieron buen recibimiento”, relató Maribel.
“Vine con mucha ilusión y con mis mejores intenciones. Mi tía me mandó con toda la corte celestial, pero con mucho ánimo. Mis hermanos también me animaron a venir”, dijo por su parte Rogelio, cuyos padres ya habían fallecido para este momento.
Rumbo al matrimonio
Motivados a que la relación no quedara solo en una amistad, en noviembre Maribel visitó la Ciudad de México para conocer a la familia de Rogelio y luego organizaron que él pasara la Navidad en Ciudad Juárez, y ella fuera a la Ciudad de México para fin de año.
“En mi familia surgió la pregunta de qué era lo que teníamos pensado hacer, si casarnos y formar una familia. En ese diciembre decidimos que sí nos queríamos casar”, dijo Rogelio.
Maribel y Rogelio se casaron en Ciudad Juárez y se fueron a vivir a la Ciudad de México.
“Era maestra en una escuela particular y tenía una carrera concluída. Platiqué con mi directora, terminé el ciclo escolar y nos casamos en julio”, recordó Maribel.
Cambio de residencia
El matrimonio tuvo su residencia en la Ciudad de México por tres años, allá nació su primera hija, hoy de once años. Su segundo hijo nació en Ciudad Juárez, ya que decidieron regresar a la frontera por las largas distancias entre su hogar y sus puntos de trabajo, lo que ocasionó que tuvieran poco tiempo de convivencia.
“Mientras estábamos solos todo iba bien, pero ya cuando llegó la niña se nos complicó porque teníamos desfases en los horarios y días de trabajo. La niña pasaba en guardería doce horas y empezamos a ver que eso no era correcto”.
De tal forma que optaron por residir en Ciudad Juárez.
Maribel compartió que fue complicado adaptarse por la diferencia cultural, pero al profesar ambos la fe católica, confiaron a Dios su matrimonio y familia.
“Nos casamos convencidos de que Dios está en nuestro matrimonio y no nos hemos alejado de Él. Ha habido momentos complicados, pero agarrados de su mano hemos podido salir adelante”, afirmó Maribel.
El matrimonio incluso estuvo de servicio en el MFC, y aunque hoy no están activos, han platicado la posibilidad de tomar algún servicio en la parroquia.
Con Dios en su vida
“Si me hubieran dicho que aquí viviría (en Juárez) y formaría una familia, les hubiera dicho que estaban locos. Pero al final de cuentas Dios sabe por qué pasan las cosas. El que nos hayamos conocido en ese chat y haber dado los pasos que dimos, creo que es cosa de Él porque siempre procuramos tener a Dios en nuestras vidas,”, reconoció Rogelio.
Ahora que las redes sociales se han multiplicado, son de contenido más amplio y todas las personas tienen el acceso a estas, Maribel y Rogelio aconsejaron a la comunidad tener precaución, y por supuesto no descartan que a través de este medio se pueda encontrar a la pareja de vida, y llegar al matrimonio, como fue su caso.
“Hay que ser muy persuasivos, tener mucha confianza en su familia y amigos…hay que tener mucho cuidado y no dejarse llevar por la apariencia. Estén muy alertas, nunca vayan solos a las citas, y confíenle a alguien los datos de la persona van a conocer”, aconsejó Maribel.