Ana María Ibarra
Inspirado por el Salmo 83: “Hasta el gorrión ha encontrado una casa y la golondrina un nido donde poner sus polluelos”, el padre Francisco García, párroco la comunidad San Juan Apóstol y Evangelista, se ha dedicado junto con sus colaboradores y su comunidad, a ofrecer un espacio digno para mujeres migrantes embarazadas y con hijos.
Refugio para mujeres
Como parte del proyecto, el pasado 9 de septiembre se inauguró una sala de usos múltiples para beneficio del proyecto.
Antes de la inauguración, el padre Francisco presidió una misa de acción de gracias a la que asistieron sus colaboradores, así como miembros de la comunidad y las beneficiarias.
De manera especial se hicieron presentes representantes de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) que apoyó este proyecto.
Tanto en la celebración eucarística como en el evento de inauguración, el padre Francisco resaltó las palabras del Salmo 83, reflexionando cómo las mujeres llegaron en busca de un hogar para ellas y sus hijos.
“Este Salmo a mí me inspiró mucho desde un principio que abrimos el albergue. Las hermanas migrantes llegaban con cuatro o cinco meses de embarazo, para mí se comparaba con las golondrinas que encuentran un nido, pero aquí veíamos a las mujeres que llegaban a dónde tener sus bebés”, expresó el padre Francisco.
Espacio de paz
Un representante de la OIM dijo que se encuentran contentos de ver el proyecto concretado.
“Nosotros somos trabajadores humanitarios, y cuando llegué a aquí vi en este lugar la oportunidad de tener un espacio de paz. Este es un espacio de protección, un espacio seguro para las mujeres y sus niños, niñas y adolescentes que después de una larga jornada pueden llegar aquí y tener una casa”, señaló.
El representante de la OIM resaltó las situaciones de riesgos que padecen las mujeres al emigrar, y que muchas veces son sobrevivientes de violencia que salen de sus hogares con historias muy tristes.
Cabe mencionar que las mujeres migrantes y sus hijos cuentan con un techo, alimento, una sala dónde los pequeños pueden jugar sin correr peligro, y ahora se agrega el espacio de la sala de usos múltiples, por lo cual se muestran agradecidas con el sacerdote y su comunidad.