Junto con otros cuatro seminaristas graduados, Eliezel Martínez Medrano será ordenados diáconos el próximo 10 de septiembre, en Catedral. Estaremos compartiendo sus historias vocacionales, comenzando con Eliezel..
Diana Adriano
La vocación de Eliezel Martínez nació de una forma especial.
“Yo era un adolescente que había acumulado varios vacíos, descubría que en mi vida no tenía sentido. Era la etapa de la preparatoria en la que muchos compañeros ya estaban en algún grupo parroquial, por lo tanto, eran jóvenes evangelizados, que compartían la alegría y la esperanza de haberse encontrado con Cristo”, explicó.
Pero a Eliezel le molestaba al verlos felices.
“Recuerdo que después de un fin de semana de retiro o de haber estado en algún congreso, ellos regresaban el lunes a clases muy felices y motivados, a mí eso me disgustaba porque de manera inconsciente yo anhelaba lo que ellos tenían”, reconoció Eliezel.
El llamado
Gracias a esos amigos, Eliezel fue motivado para entrar, prepararse y recibir el sacramento de la Confirmación. Y después de eso vinieron los retiros en los que pudo encontrarse de manera personal con Jesús.
“Reconozco que me llama por mi nombre, que me invita a seguirlo, y mi vida se parte en un antes y un después, en lo cual yo ya no pude concebir otro camino para mi vida y para la felicidad, más que estar en el seguimiento de Jesucristo”, explicó.
Después de una Jornada Vocacional en el año 2014 Eliezel decidió responder al llamado y entrar al Seminario, motivado por su párroco y algunos amigos.
“Mi familia no estuvo muy de acuerdo al principio. Ellos también vivieron un proceso gradual de conversión y de adhesión a la Iglesia”, compartió.
Camino bello
Ya en el Seminario, Eliezel ha encontrado un camino “muy bello”, aunque con momentos de mucha dificultad, con pruebas en la perseverancia y en la fe.
“Ha sido un camino en el que la comunidad, los lazos de fraternidad y comunión han jugado un papel muy importante. La formación en general y la experiencia pastoral han fortalecido y convertido lo que al principio era una inquietud, en una verdadera convicción, que es ser sacerdote”, subrayó Eliezel.
Hoy, el futuro diácono transitorio confirmó la emoción que siente en este momento de su camino.
“Me siento muy feliz porque sé que estoy donde Dios quiere que esté”, dijo para dirigirse a los jóvenes que tienen inquietud por ingresar al Seminario:
“Tienen que aventurarse y ser muy valientes…lanzarte con la fe de que Él sostiene tu inquietud, tu vocación, no vas solo”, dijo.
“Eso fue lo que yo hice, reconocí la inquietud, me dejé acompañar por un sacerdote, me dejé orientar y aconsejar, y confíe en que el Espíritu de Dios nunca me abandonaría”, agregó convencido de que ha sido la mejor decisión “ante los miedos e inseguridades que pueden venir cuando sientes una inquietud vocacional”.
Frase
“Estoy dispuesto a servir con fidelidad y amor a mi amada Diócesis de Ciudad Juárez. Quiero ser un sacerdote santo, un sacerdote que pueda ayudar como Cristo, Buen Pastor… Ojalá pueda contar con la oración de toda la diócesis”.