Ana María Ibarra
Una misión espiritual y no solo geográfica es lo que realiza Sor Raquel Coss Negrete, religiosa misionera de la congregación de Hermanas Dominicas de la Doctrina Cristiana, desde hace más de siete años en comunidades hispanas de Estados Unidos.
La hermana Raquel compartió su experiencia como misionera en tierras estadounidenses y señaló que su congregación está celebrando el Año misionero.
Salir de la zona de confort
Con más de cuatro años de haber profesado, la hermana Raquel explicó que su congregación es misionera, algo a lo que ella no estaba acostumbrada y que supo al ingresar a ella.
“Me enamoré del carisma de la congregación, que es la predicación. No sabía que la predicación conllevaba salir de sí mismo, de la zona del confort, y esta salida es ir de misiones”, expuso la entrevistada.
Añadió que desde que llegó a la congregación se le han designado misiones con los más pobres, pero no solamente económicamente, sino de pobreza espiritual, emocional, física.
“Ha sido para mí una riqueza. Dentro de la comunidad he descubierto que cada misión específica tiene una misión espiritual. Dentro de la misión geográfica también está la misión espiritual, una misión personal porque el Señor nos llama a ir y llevar el evangelio, pero además llama al misionero a algo más”, señaló.
El lugar de misión que sor Raquel ha pisado es Estados Unidos y en la frontera: Tijuana, Mexicali, Carolina del Norte, Wichita, Chaparral, Nuevo México; Virginia y Carolina del Sur.
“Han sido experiencias complejas y ricas. Muchas veces limitamos la misión a zonas geográficas, pero la misión inicia en nuestra propia casa, en nuestras comunidades. Ahí nos preparamos para irnos a la misión geográfica”, puntualizó.
A diferencia de lo que muchos pudieran pensar, la misión en Estados Unidos no es una misión cómoda, pues, dijo, la comunidad hispana está muy necesitada, incluso los mismos estadounidenses.
“No solamente es el racismo y la discriminación sino también la necesidad de ser comunidad”.
Con la comunidad hispana
A la religiosa todas sus misiones le han dejado algo para su vida, sin embargo, lo que realizó en el verano en Carolina del Norte, la ha marcado.
“Tuve la oportunidad de conocer y trabajar con nuestros hermanos hispanos desde la necesidad de sentirse aceptados, porque hay mucho racismo”, dijo la entrevistada, quien
se encontró con esa actitud de rechazo incluso hacia ella y sus hermanas de congregación.
“Encontré en esta misión la necesidad de la Palabra en español. Que me vieran como hispana y su deseo de escucharme fue una experiencia muy especial”.
Otra experiencia fuerte para Sor Raquel fue redescubrirse como religiosa, ya que en tiempo de pandemia no pudo salir a misionar.
“Fue un redescubrir mi sentido misionero. Sobre todo, como decía mi fundadora que en paz descanse, se le da a la gente la palabra envuelta en pan, porque la mayoría de las veces fue compartir la palabra alrededor de la mesa durante la comida. Fue una experiencia muy fuerte, pero muy bonita”.
Actualmente la hermana Raquel se encuentra en una iglesia pequeña llamada Santa Clarita, cerca de Los Ángeles, California colaborando con el ministerio hispano.
“Somos el puente para la comunidad hispana que los ayuda y fortalece ante los sacerdotes y la comunidad anglosajona. Sin la congregación no se podría vivir la fe de una manera más plena”.
DOMUND y Rosario
La hermana Raquel recordó que en octubre, a la par del DOMUND, se celebra también el mes del Rosario y de María por lo que invitó a la comunidad diocesana a encomendarse a ella y pedirle un espíritu misionero, no solo este mes, sino siempre.
“Ciudad Juárez es una comunidad de mucha misión, de mucha hambre de Dios. Cuando aprendamos a no limitar la misión a otros continentes, vamos a aprender a misionar en nuestras propias comunidades y como consagrados y sacerdotes podremos encontrar el sentido espiritual de esa misión”, expresó.
Y agregó:
Frase…
“Desde nuestra experiencia apostólica también estamos misionando. Todos somos participes de la misión desde nuestra propia oración”.