Experto del Instituto Juan Pablo II para la Familia, con sede en la Ciudad de México, habló a Periódico Presencia sobre lo más relevante de la nueva exhortación del Papa Francisco…
El aspecto pastoral es la gran originalidad de la nueva exhortación apostólica del Papa Francisco sobre las familias, afirmó el doctor Oscar Perdiz Figueroa, responsoble nacional de formación y difusión, del Instituto Juan Pablo II para la familia.
El doctor en teología y autor del libro “Amor: Misterio y proyecto. Antropología y teología del amor”, habló en entrevista telefónica con Periódico Presencia sobre algunos temas incluídos en el nuevo documento del Magisterio del Papa Francisco.
Explicó el gran reto que enfrentan las diócesis de difundir y explicar adecuadamente este nuevo documento papal, así como en la formación de sus seminaristas, sacerdotes y laicos, para que se atienda adecuadamente la realidad que viven las familias en el mundo actual.
Aquí la entrevista:
1. ¿Qué le parece la exhortación del Papa Francisco ‘La alegría del Amor’? ¿qué destaca de ella?
Es un documento que trata un tema urgente en la sociedad actual, la familia, pero detrás de la familia está también el amor, y la vocación humana más importante, que es tener sentido en la vida, y que no se puede hacer sino a traves del amor. Este documento es el fruto de todo un trabajo, la reunión de los obispos del mundo, trata temas fundamentales como, creo que el más importante, la urgencia que hay actualmente, primero de saber qué es el matrimonio y segundo, prepararse realmente a él, porque lo que más ruido ha hecho en los medios de comunicación, es lógicamente las situaciones particulares, la Comunión, el trato pastoral a las personas homosexuales, el divorcio, en fin. Pero muchas de estas cosas se podrían evitar con una buena preparación, en general al amor, y en particular al matrimonio; de hecho esa formación se hace en las familias, en la segunda y tercera parte el papa habla de eso, y muchas veces dejamos la educación a las escuelas, y las escuelas dan educación sexual y no educación al amor, que es muy diferente.
Este documento no se puede entender sin la famosa Familiaris Consortio. Todo esto viene en parte de la gran preocupación que tiene Juan Pablo II por el tema de la familia. De hecho Juan Pablo II es “el papa de la familia”, quienes es el fundador de este Instituto, el 13 de mayo de 1981 y comenzó su pontificado hablando precisamente de la importancia que hay para amar, y que el amor tiene su espacio natural en el matrimonio, y que el matrimonio es lo que forma la familia, y la familia es lo que construye la sociedad. Y de hecho ya hubo un Sínodo sobre la familia en 1981, del cual salió como documento oficial la Familiaris Consortio. Este documento, como en aquella ocasión, es fruto de un Sínodo, pero ya han pasado mas de 30 años y la problemática se ha multiplicado, hay nuevos tipos de familia, eso ha creado desorientación de lo que es familia y de esto tratan precisamente los primeros capítulos son sobre eso.
2. Era una un documento muy esperado ¿Cual es la novedad más importante?
La novedad más importante que nos presenta es pastoral. Hasta ahora el tema de la familia en la Iglesia había sido, por parte de los papas sobre todo, un poco más doctrinal y moral, entonces este papa lo que quiere hacer, y esta es la gran originalidad, es la traducción desde la preocupación de la Iglesia, a la pastoral, en dos claves: en clave de misericordia y en clave de conversión. La misericordia, es decir, acoger a todas las personas, que cada vez son más las que se encuentran en situaciones vulnerables, y por otro lado de conversión, porque la vida cristiana es una lucha, una ascesis, no es nada más dejarse llevar por el instinto, por las ganas o la flojera, entonces esa es la cosa más original.
Doctrinalmente, con decepción hay que decir que no tiene nada nuevo, menos ha cambiado alguna cuestión doctrinal; más bien de una manera muy delicada y bonita, en los primeros capítulos confirma toda la doctrina sobre el matrimonio, la sexualidad humana, la diferencia sexual, pero con un lenguaje pastoral de acogida y de misericordia.
4. ¿Que nos dice el documento sobre la Comunión de los divorciados vueltos a casar?
Eso se encuentra en torno a los numeros 300-305, igualmente con decepción para las personas que les gusta lo original, viene a confirmar la práctica de la Iglesia y hace una distinción muy importante entre dos niveles. El nivel de lo objetivo, es decir, hay actos que objetivamente son pecaminosos; y el nivel subjetivo, que por la situación de la persona, que puede ser por ejemplo de miedo, ignorancia, despiste, subjetivamente puede no ser tan grave su situación. Pero esto en realidad la Iglesia lo viene manejando desde el principio, sólo que no se había subrayado tanto. Una cosa es la Iglesia y otra cosa son los fieles acercándose a la Comunión. Entonces la Iglesia lo que siempre ha dicho es que no puede admitir a la Comunión a las personas que se encuentran en estado objetivo de pecado grave, pero en el fondo son las personas las que saben si se acercan o no a la Comunión. No es que la Iglesia esté revisando a ver quien está en pecado, porque eso es imposible. Una cosa muy bonita de la Revelación Cristiana es que el corazón del Hombre no lo conoce más que Dios. A veces ni siquiera nosotros conocemos nuestro propio corazón, muchas veces ni siquiera sabemos exactamente si estamos o no en gracia, menos los demás. Entonces la Iglesia nunca se mete en el fuero interno de la conciencia, pero sí dice, ‘no puedo dar la Comunión’, pero está en la responsabilidad de la persona el acercarse o no, y en esos números del documento, digamos los más picosos, los más espinosos, no se menciona la Eucaristía, se mencionan más bien en general los sacramentos. Entonces hay situaciones que, juzgadas desde fuera y objetivamente, son un callejon sin salida y la persona se encuentra en pecado grave, no puede comulgar ni confesarse sin renunciar a un estado de vida pecaminoso, eso, objetivamente. Pero subjetivamente la persona puede no estar en un pecado grave por muchas razones, las que te decía antes, por que la situación en la que viven no fue fruto de una decisión libre, sino incluso de abandono de injusticia por parte de otras personas, entonces están esos dos planos, el subjetivo y el objetivo.
5. ¿Y qué nos dice sobre los homosexuales?
La primera cosa es que la Iglesia en el trato a las personas homosexuales ha sido bastante barca, por así decir, a lo largo de dos mil años. La homofobia y esto, son de unos dos siglos para acá, y más bien han sido de origen protestante y esto saltó a la Iglesia católica y concretamente en este documento aparece la necesidad de dar una atención a estas personas, porque no dejan de ser católicos o hijos de Dios y que las primeras que tienen que acoger a estas personas son las familias. Muchas veces estas personas se encuentran solas y a veces son las familias las primeras que los rechazan y no se les puede discriminar, mucho menos en nombre de Dios, que eso sería una aberración.
6. ¿Cuál considera que es el mayor desafío que presenta la exhortación apostólica?
Sobre todo, el primero, que es una exhortación que esta dirigida a todos los católicos, entonces todos los católicos, toda persona más o menos inteligente, aunque no sea católica debería tener la inquietud y la curiosidad de leerlo y segundo, que la Iglesia, comenzando por los sacerdotes y los obispos, cambien de perspectiva y no traten o se dirijan a individuos, sino que proyecten la Iglesia desde y para las familias. Muchas veces en las parroquias hay grupos de jóvenes, grupos de catequistas, entonces, no deberia haber grupos de familias, sino que debería haber una parroquia compuesta de familias y muchas veces eso se pierde. Eso implica otra cosa que es la formación que deben seguir los sacerdotes desde los Seminarios o ya siendo sacerdotes, en cuestion de familia, porque es impresionante, pero es muy grande la ignorancia y la ausencia en la formación de los sacerdotes en cuestiones como sexualidad, amor, matrimonio, familia, y no sólo los aspectos pastorales, sino la problemática. El papa menciona que las personas, para sentirse acogidas, deberían acudir a los sacerdotes a que los orienten. Yo me pregunto cuántos sacerdotes hay que son capaces de dar una asesoría o acompañamiento a los graves problemas que hay en la actualidad, como las divisiones. Cuántas veces los mismos sacerdotes aconsejan un divorcio o ruptura cuando todavía se pueden salvar las cosas; cómo manejar o sobrellevar un divorcio, cómo hacer un examen de conciencia, por ejemplo en dos personas divorciadas, decir ¿yo qué hice para romper esto?, ¿cómo está la otra persona?, todas estas cuesiones… y eso exige una formación psicológica, pedagógica, en derecho y con buenas bases antropológicas y eso es lo que ofrece Juan Pablo II.
7. ¿Cómo impactará este documento a las familias mexicanas?
Eso dependerá del acercamiento que tengamos, del interés que tengamos por leeerlo, dependerá de la difusión que se dé desde la Iglesia, que se hagan grupos de discusión, de análisis y la ventaja, a diferencia de los documentos de Juan Pablo II, los documentos de este papa son mucho más sencillos, más pastorales, mucho más cercanos, más fácil de leer, incluso por cualquier persona. Habrá un impacto, pero ese dependerá de los sacerdotes y de los obispos que se pongan a difundir y a introducir esto a la realidad mexicana.
8. ¿Cómo sugiere que se estudie la exhortación en las diócesis?.
Se puede hacer de mil maneras, se pueden organizar foros, encuentros, pero incluso a nivel diocesano o a nivel parroquial se podría ir dividiendo el documento o quizá tomar algunos párrafos más importantes, hacer unos folletitos y repartirlos o venderlos a un precio simbólico en las parroquias, de manera que la gente diga, ¡ah caray! la Iglesia se está preocupando y en estos retos que enfrentamos a diario, hay Alguien -con mayúscula- que nos acompaña.
Para saber..
El Instituto Juan Pablo II para la familia y el matrimonio es la Sección Mexicana del Pontificio Instituto Juan Pablo II para estudios sobre matrimonio y familia, confiada a la Legión de Cristo e integrada a la Red de Universidades Anáhuac. Su misión es impulsar la investigación y la formación integral de la persona, el matrimonio y la familia.
El Pontificio Instituto Juan Pablo II fue fundado el 13 de mayo de 1981 por San Juan Pablo II con el fin de ofrecer a toda la Iglesia una reflexión teológica renovada en torno al amor humano, el matrimonio, la familia, y todas sus implicaciones pastorales, ayudando así a la Iglesia en el cumplimiento de su misión evangelizadora.
En México, el Instituto tiene una sede central en la Ciudad de México, en la Universidad Anáhuac México Norte y 5 planteles: Guadalajara, Monterrey, Puebla, Mérida y León, desde donde se ofrecen los programas formativos a más de 20 ciudades de la República.