Ana María Ibarra
Saberse perdonada y amada por Dios, dejó paz en el corazón de Mary Hernández, quien que se encontraba abatida después de que en su juventud pasó por dos abortos voluntarios y dos espontáneos.
Esto fue fue gracias al acompañamiento que recibió de Graciela Vidal, psicóloga del Centro de Ayuda para la Mujer Juarense, a través del programa “Amor curativo” y que recientemente se ha enriquecido como “Proyecto Guadalupe”.
Manipulada
A la edad de veinte años, Mary, hoy de 44 años, quedó embarazada de quien en aquel entonces era su novio, y aunque parecía una relación formal con planes de matrimonio, el joven la manipuló para que abortara, pues ninguno tenía un trabajo estable.
“No me había dado cuenta de que dependía tanto de él y hacía lo que él me decía, me manipulaba de una forma cariñosa y yo no lo dimensionaba. Me hizo ver que era un problema que teníamos que resolver pronto. Nunca me detuve a pensar que estaba matando a un bebé”, recordó Mary.
Sin dejar pasar más tiempo, el joven entregó a Mary unas pastillas que ella ingirió. Cólicos y sangrado fueron señal de que el bebé había sido expulsado.
Pasado el tiempo, Mary nuevamente quedó embarazada y el procedimiento se repitió.
“Estaba muy confundida, porque desde que era adolescente mi papá me metió en la cabeza que no podía quedar embarazada. Después del segundo aborto me cuestioné cuántas veces más iba a pasar por eso estando con ese muchacho. No veía planes a futuro para casarnos y era él no se hacía responsable. En mi familia ya se habían dado cuenta que me dominaba y terminé la relación”, compartió.
Formar una familia
Al pasar de los años, Mary sintió el deseo de tener una relación sana y formar una familia.
“Tenía 35 años y quería tener un hijo. Me embaracé, pero al poco tiempo tuve que ir al hospital, fue un aborto espontaneo. Sentía que se me pasaba el tiempo y nuevamente busqué el embarazo y nuevamente tuve un aborto espontáneo. Eso me trajo mucha culpa, sentí que era un castigo por los dos hijos que maté años atrás”, señaló la entrevistada.
El embarazo se volvió una obsesión para Mary y buscó la inseminación artificial. Justo días antes de ir al procedimiento, tuvo comunicación con quien fue su primer novio en su etapa de secundaria.
“Yo seguía soltera y hacía tiempo que él se había separado de la mamá de sus hijas. Empezamos a tener contacto, hasta que decidimos iniciar un noviazgo. Le dije que quería ser mamá y él me dio la opción de formar una familia”.
Madre de una niña
Con mucho reposo y cuidados durante su embarazo, Mary logró ser madre de una niña, y aunque su matrimonio era estable, el ajustarse fue difícil, especialmente en el área de la comunicación.
“El matrimonio se estaba volviendo muy pesado para mí. No soy de Juárez y pensaba en regresarme a mí lugar de origen. Un Viernes Santo fui a la parroquia y había confesiones. Nunca había confesado mis abortos y sentí que era el momento de hacerlo. El padre me dio datos de 40 Días por la Vida y hablé con Vicky Porras”, señaló.
Vicky la canalizó al CAMJ y Mary fue atendida por Graciela Marcos.
“Fui muy motivada. Desde que hablé con Vicky Porras me dio mucha tranquilidad, me trató con mucho respeto y me sentí muy confortada. El Sábado Santo acudí a la Vigilia Pascual y pude comulgar. Me siento perdonada”, mencionó.
Sanar heridas
Mary inicio su proceso en el CAMJ en el programa de “Amor Curativo”, y aunque le tomó muchos meses el proceso, al ir tratando el tema de los abortos, se fueron descubriendo otras heridas.
“Era complicado estar repitiendo lo que pasó, con muchos detalles. Fue algo muy difícil de remover. Realmente es algo que uno quisiera olvidar, pero siempre está ahí. Graciela hacía oración por mí y me atendía sin prisas. Es un lugar que me dio mucha confianza, me sentía a salvo”, afirmó.
El acompañamiento fue muy profesional, con respeto, y el servicio es gratuito, abundó Mary, quien fue dada de alta, aunque siempre con las puertas abiertas para regresar cuando ella sintiera esa necesidad.
“Realmente empecé a sentir paz y tranquilidad. Ya no con culpa, ni auto rechazo. Fue empezar a vivir con plenitud”.
Actualmente, por sugerencia de su párroco, Mary y su esposo son integrantes de 40 Días por la Vida y de Encuentro Matrimonial,
“Acercarnos a Dios nos cambió la vida y estamos cambiando la dinámica como familia, educando a nuestra hija a favor de la vida”, compartió.
Y añadió: “Quienes hayan pasado por un aborto, sé que es un tema complicado, pero hay que trabajarlo. Los invito a aprovechar la oportunidad que nos brindan en el CAMJ. El acompañamiento es con respeto y profesional. No será fácil, pero hay que seguir para lograr estar bien y salir de ese estado de depresión y tristeza”.
Proyecto Guadalupe, espacio para sanar
Proyecto Guadalupe es parte del apoyo que ofrece el Centro de Ayuda para la Mujer Juarense, CAMJ, a las personas (hombres y mujeres) que sufren del Síndrome Post aborto.
Tiene como objetivo propiciar la reconciliación de las personas dañadas por el aborto, con Dios, con su hijo, consigo mismas y con las demás personas que intervinieron en su aborto. Esto, a través de un acompañamiento logoterapéutico que culmina con el retiro Salve Guadalupe.
La misión del proyecto es que las personas que sufren por causa del aborto, se encuentren con el amor misericordioso de Jesucristo, que sana todas las heridas del cuerpo y del alma.
Asimismo, tiene como visión que exista en todos los CAM de la República Mexicana y de Latinoamérica, para la atención tanto psicológica como espiritual, y junto con el retiro Salve Guadalupe, permitan la sanación de las heridas provocadas por el aborto.
Síndrome Postaborto (Algunos síntomas)
* Ansiedad.
* Depresión
* Flashback
* Alteración en las funciones cognitivas
* Deseos intensos de volverse a embarazar
* Alteraciones en la alimentación
*Llanto constante
* Alteraciones del sueño
* Miedo
*Aislamiento
*Culpa
* Ideas o intentos suicidas
*Promiscuidad
Para saber…
Proyecto Guadalupe está encomendado a El Señor de la Misericordia y a la Virgen de Guadalupe
El Logotipo está basado en el Nahui Ollin, símbolo náhuatl plasmado en la Virgen de Guadalupe, que representa la presencia de Dios, la plenitud, el centro del espacio y del tiempo.
* La Virgen de Guadalupe, con este signo, se presenta como la Madre del verdadero Dios por quien se vive y que viene a ofrecer el amor de su Hijo.