Ana María Ibarra
Como un hombre sencillo, alegre, lleno de energía y de amor a Dios y al servicio de los más pobres, será recordado en las comunidades Las Alas, Las Alitas y el Banco de Comida, el sacerdote jesuita Jack Vessels, quien falleció el pasado 19 de enero en Louisiana, Estados Unidos.
El padre Jack dedicó sus últimos ocho años a servir en las citadas comunidades, dedicadas al servicio de los más necesitados en Ciudad Juárez y El Paso.
Su llegada
Atento a la comunidad de Las Alas, en El Paso, Texas, el padre provincial de la Compañía de Jesús, pidió al padre Jack misionar esa comunidad. Era julio del 2009.
“Cuando lo vi me pareció ver al padre Richard Thomas. Ese día él no hizo ni dijo nada, sólo se sentó escuchó, observó y se fue. Después le dijo al provincial que sí quería venir a esta comunidad”, compartió Ramona Marrufo, coordinadora del Banco de Comida en Ciudad Juárez.
Dijo que cuando el padre Jack visitó por primera vez el Banco de Comida, se asombró muchísimo de las obras del padre Thomas.
“Nos dijo que aquí tenemos un tesoro porque servimos y estamos tratando de hacer lo que Dios pide. Él estaba feliz de estar en la comunidad”, recordó Ramona.
Enamorado de Dios y del servicio
Desde su llegada, el padre Jack se involucró en todos los ministerios. Acudía al Banco de Comida, visitaba a los presos, a los enfermos mentales del Centro Psiquiátrico Libertad, entregaba despensas, visitaba enfermos y les impartía los sacramentos.
“Los lunes celebraba misa en el Banco de Comida y en Santa María de los Ángeles, los sábados iba a Las Alitas, en Loma Blanca, donde confesaba y celebraba la Eucaristía. Si algún sacerdote le pedía que lo ayudara con una misa, con gusto lo hacía”, dijo la entrevistada.
Ramona resaltó que el padre Jack era un hombre sencillo y lleno de amor, especialmente por los más sufrientes.
“Nos dejó un gran amor. Él hacía el esfuerzo para ir a visitar a los enfermos, tenía mucho amor a los enfermos, y nos dejó un profundo amor por lo que hacemos. Él hacía todo con mucha entrega, no se reservaba nada, no se limitaba, así anduviera enfermo nunca decía que no”, compartió Ramona.
Igualmente el padre guió a la comunidad a profundizar la Palabra de Dios.
“Tenía un ministerio los jueves donde se reunían a profundizar el Evangelio del domingo. El padre Jack penetraba profundamente la Palabra de Dios, cuestionaba todo y nos hacía pensar mucho, nos dejó mucha sabiduría”, expresó.
Será recordado
Dentro de su servicio, compartió Ramona, el padre Jack siempre estaba de buen humor, trataba a la gente con mucho cariño y será recordado por ese amor que entregó.
“Era muy alegre, muy divertido. Nos traía muy movidos, le gustaba que se hicieran las cosas bien, pero que fuéramos rápidos en atender a la gente”, recordó Ramona.
Agregó que al andar por las calles del sector del Banco de Comida, le gustaba saludar a toda la gente que se encontraba.
Ramona recordó que cuando se despidió en Las Alas, dijo que su deseo era pasar sus últimos días en estas comunidades y morir en la frontera y ser sepultado “con todo y botas”. “Pero un jesuita va a donde su superior lo mande, y mi superior me dice que regrese a Lousiana y eso es lo que voy hacer”, dijo Ramona citando al padre Jack.
“Para la gente es muy triste su muerte. Cuando lo recordamos lloramos de alegría pero también de saber que lo vamos a extrañar mucho. Dejó un hueco muy profundo en nosotros”, finalizó Ramona
Su biografía
El padre Jack Velsses nació en Oklahoma el 16 de septiembre de 1926 pero fue criado en McAllen Texas. Ahí estudió la preparatoria y al concluir sus estudios, ingresó con los Jesuitas el 30 de julio de 1944.
Fue ordenado sacerdote el 6 de julio de 1957 en la iglesia de San Ignacio en Roma, Italia. Pronunció sus votos finales en la escuela Jesuita de El Paso, Texas el 8 de septiembre de 1962. Sirvió en Brasil y Estados Unidos. En el 2016 sus superiores le pidieron regresar a Louisiana para hospedarse en la casa de retiro que tienen los Jesuitas.
Falleció el 19 de enero de 2017 en Louisiana a la edad de 90 años. Sus funerales se llevaron a cabo el sábado 28 de enero.
“Fue una dicha conocer y convivir con el padre en los ministerios. Nunca había tratado a un sacerdote y estos ocho años con el fueron de mucha alegría. Doy gracias a Dios por haberlo conocido”
Armando Solano, coordinador Banco de Comida.