Presencia
El obispo de Ciudad Juárez envió hoy lunes 10 de agosto una felicitación a los diáconos permanentes de la diócesis, al celebrarse hoy su día.
En su carta, monseñor J Guadalupe Torres Campos llama a los diáconos “mensajeros y heraldos del Evangelio”, que hacen presente a Cristo.
Explica los alcances de este grado del Sacramento del Orden, mediante el cual la Iglesia les encomienda las funciones de “enseñar, santificar y pastorear”, así como los anima y felicita.
“Por ello mis queridos diáconos, hoy me es grato felicitarles por este medio y animarlos a que sigan adelante en la tarea que el Señor les ha encomendado”, dice, para luego expresarles:
“Rezo por ustedes cada día y les pido que recen por mí, para que juntos, diáconos, presbíteros y obispo respondamos con alegría y generosidad a la construcción del Reino de Dios, por medio del sacramento del Orden”.
San Lorenzo, su patrono
Como se sabe, desde hace algunos años en la diócesis, en el día de san Lorenzo los diáconos permanentes renuevan sus promesas diaconales en una celebración especial presidida por el obispo.
Esto porque San Lorenzo es considerado patrono de los diáconos, debido a que él mismo fue diácono y santificado tras su martirio por defender los tesoros de la Iglesia.
Este año, debido a la pandemia, esta misa de renovación de promesas debió suspenderse, al igual que todos los festejos que tradicionalmente se realizan en torno a san Lorenzo.
Sin embargo, el Obispo no quiso dejar pasar la fecha para felicitar y animar a los 23 diáconos permanentes que sirven actualmente en la diócesis.
Luz para la Iglesia
En su carta de felicitación, don Guadalupe recuerda el decreto Conciliar Ad Gentes, que propuso la restauración del diaconado como ministerio permanente, así como frases de san Juan Pablo II que exaltan las experiencias de comunión, servicio y misión que desempeñan los diáconos permanentes en su trabajo pastoral, aparte de la misión que realizan en el mundo secular: familia , matrimonio (algunos) y trabajo civil.
“En este sentido, el diácono ayuda a dar a luz a la Iglesia como una realidad de comunión, de servicio y de misión (discurso de Juan Pablo II a diáconos permanentes 1985)
La carta de felicitación del Obispo concluye con bendiciones:
“Que Santa María de Guadalupe y San Lorenzo los acompañen y los bendigan hoy y siempre”