Ana María Ibarra
Como parte de los festejos a su santo patrono, la comunidad de San Isidro Labrador se reunió el pasado 15 de mayo en el Estadio de Beisbol “Chon Puebla” para celebrar la fe y la unidad con una misa de acción de gracias.
La celebración fue presidida por el obispo diocesano, don J. Guadalupe Torres Campos, y concelebrada por los padres Edgar Arellano, Eduardo Mendoza, Gary Reyes y Jesús Caldera.
La fiesta que inició el fin de semana continuó ese lunes 15 con una procesión en punto de las 6:00 de la mañana. Los fieles acompañaron a San Isidro en su recorrido en un ambiente festivo, acompañados por el grupo de matachines.
Al lugar donde se celebró la Eucaristía llegaron fieles de los distintos poblados del Valle de Juárez, haciendo de este evento un festejo de unidad.
El obispo inició la celebración dando la bienvenida y pidiendo a Dios por todo el decanato de El Valle de Juárez, especialmente por la comunidad de San Isidro en ese su día.
Tomar su ejemplo
A campo abierto se llevó a cabo la Eucaristía teniendo la imagen del Santo Patrono frente al altar.
“La figura de San Isidro es una invitación para nosotros buscar un mundo más humano. Nos estamos deshumanizando, hay mucha violencia, egoísmo, individualismo, cultura de la muerte, lo que importa son los poderes del mundo. Necesitamos recobrar nuestra humanidad a ejemplo de San Isidro, humilde y sencillo”, expresó el obispo.
Monseñor Torres resaltó en el santo su fe y su trabajo.
“El corazón de San Isidro fue tocado por Dios. Le dio una fe inquebrantable. Ofreció su vida a los pobres, a los necesitados. ¿Qué tanto abrimos nuestro corazón para que el Señor nos toque?”, cuestionó el obispo.
El obispo invitó a los fieles a pedir a Dios la gracia de tener un corazón dispuesto para dejarse tocar por el Señor y enamorarse de él.
“Los invito a abrirse al Espíritu Santo y dar testimonio con la palabra y con las obras.
San Isidro es gran testimonio. Que la alegría de esta fiesta nos lleve a una entrega más profunda”, finalizó el obispo.
El padre Edgar, quien guía a la comunidad de San Isidro, agradeció al obispo por disponer su corazón de pastor y hacerse presente a celebrar con la comunidad su fiesta patronal.
La comunidad le agradeció con aplausos.
Fiesta completa
Al finalizar la celebración, el obispo dio a la comunidad una bendición especial, pidiendo a Dios el regalo de la lluvia para el beneficio de los campos.
Además, esparció agua bendita sobre el pueblo, algunos animales y maquinarias utilizadas para el trabajo de la tierra.
En ambiente festivo, el obispo y los sacerdotes fueron invitados a un desayuno.
La convivencia fraternal entre la comunidad y los pastores dejó en la comunidad anfitriona un gran gozo en el corazón.
Monseñor Torres se dijo alegre de poder compartir la Eucaristía y los alimentos con los fieles.
La comunidad continuó con su festejo durante todo ese día lunes en honor a su santo patrono, San Isidro Labrador.