Diana Adriano
El diácono permanente Alfredo Delgado Nevárez fue llamado a la Casa del Padre el pasado 8 de abril, luego de presentar un delicado estado de salud debido al cáncer de colon que padecía.
Para despedirlo, el viernes 9 de abril se celebró una misa especial en la parroquia Santa Cecilia, ya que fue en esta comunidad donde nació su amor y vocación al ministerio del diaconado permanente.
La Santa Misa fue presidida por el padre Luis Soriano, sobrino del diácono, y se transmitió por la página de Facebook de la parroquia San Martín de Porres, en un gesto de unir a la comunidad a la que servía, y que no pudo estar presente.
Esperanza en la resurrección
En la homilía, el sacerdote Daniel Sierra, párroco de San Martín de Porres dio un mensaje de ánimo a la familia y amigos. Dijo que en este contexto de fe, por el tiempo Pascual que se vive, se debe tener la esperanza en la resurrección.
“La muerte para nosotros puede tener un rostro de tristeza, un rostro de dolor humanamente entendible, pero también recordar que somos hijos de Dios y que nosotros vivimos también desde la fe”, expresó el sacerdote.
Mencionó que como cristianos debemos ver en cada acontecimiento de la vida la presencia de Dios.
“Aunque la pérdida de un ser querido nos duele, nos marca, nos quedan aún muchas cosas y debemos recordar la alegría de la resurrección, ¡Cristo ha vencido a la muerte! y Cristo nos conduce siempre a la Casa del Padre”, añadió.
El padre Daniel recordó cómo Dios fue configurando la vida del diácono “en la perfección de Cristo nuestro Señor” y dijo que don Alfredo ya vive la recompensa del justo, en el gozo y la alegría en Cristo.
Por otra parte, en el Facebook de la parroquia San Carlos Borromeo, otra de las comunidades donde el diácono sirvió, se publicaron mensajes de condolencias.
“Estamos seguros que el diácono Alfredo perdurará en nuestros corazones y en nuestras memorias”, dice uno de ellos.
Un hombre de servicio
Tras la misa de exequias, el padre Benjamín Gaytán, director de la Escuela de Ministerios Laicales y Diaconado Permanente, dirigió unas palabras a nombre del obispo don José Guadalupe Torres, quien no pudo estar presente.
“Quiero resaltar y agradecer a Dios el ministerio de Alfredo, breve, sencillo, humilde, disponible, un hombre dispuesto a la formación y al servicio, siempre con una bondad muy natural”, dijo.
Recordó con tristeza la pérdida de cuatro diáconos en el lapso de un año.
“Dios tiene sus planes, obviamente nos duele, nos deja desconcertados, no más que a la familia, no más que a la comunidad, por esto ofrecemos al Señor este servicio que tenga a bien recompensar”, finalizó.
Su vida
Alma Gloria Soriano, quien compartió 39 años de matrimonio con el diácono Alfredo, hizo una breve reseña del caminar de su esposo en la vida de la Iglesia.
Recordó que fueron invitados a un retiro de matrimonios y luego de esto sirvieron durante 20 años en Asambleas de matrimonios y que el padre Sergio Hernández, entonces párroco de Santa Cecilia, envió a su esposo a la Escuela de Diaconado, donde recibió formación durante diez años.
Don Alfredo fue ordenado diácono el 1 de diciembre del 2018 en la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.
“Para él fue una alegría inolvidable, nunca pensó que podría llegar a ese momento”, dijo Alma Gloria.
A Alfredo le sobreviven su esposa y sus tres hijos Luis, Agustín y Magaly.
Comunidades en las que sirvió
Santa Cecilia
San Martín de Porres
San Carlos Borromeo