Ana María Ibarra
Como un pastor cercano y sensible a las necesidades de la feligresía, recuerdan laicos de la diócesis a don Renato Ascencio León, obispo emérito de Juárez quien falleció el pasado 27 de junio.
Líderes y miembros de algunos movimientos y agrupaciones diocesanas compartieron con Periódico Presencia sus recuerdos con quien fue el tercer obispo de Ciudad Juárez e impulsor de grandes proyectos para esta grey particular.
Total apoyo al MFC
Bertha y Antonio Jiménez, presidentes Diocesanos del Movimiento Familiar Cristiano en el trienio 2007- 2010, fueron nombrados como tal por don Renato, teniendo como asesor del MFC al padre Hesiquio Treviso (qepd).
“Don Renato fue muy cercano al MFC, esto nos dio confianza para acercarnos a él como un padre de familia que nos ama, que está presente, que nos exigía y nos tenía la paciencia para esperar resultados”, compartió el matrimonio.
Bertha y Antonio recordaron con cariño que monseñor Ascencio los recibía en su oficina del obispado para escuchar los planes de trabajo y darles las recomendaciones siempre con respeto a los lineamientos y estatutos del MFC, porque él los conocía.
En el 2007, los entonces presidentes del movimiento, compartieron con don Renato la intención de aumentar de tres a seis sectores, lo que implicaba una estructura para atender por parroquia.
“Le pedimos que nos ayudara hablando con algunos sacerdotes para facilitar el proceso y nos dijo: No, eso les corresponde a ustedes como matrimonio, ustedes vayan y platiquen con los sacerdotes y enamórenlos del MFC con su servicio y participación en las parroquias”, recordaron.
Gran lección fue para Bertha y Antonio al ver que don Renato respetó la autoridad y la libertad de decisión de cada sacerdote.
En otra etapa del movimiento, el matrimonio mostró a don Renato la inquietud de apoyar al grupo de Madres Responsables (MaRes), madres solas que dirigen una familia.
“Nos dio el total apoyo porque nos compartió que él venía de un Madre Responsable que lo guió en el camino de Dios. Gracias a Dios por ponernos a don Renato Asencio León en nuestro camino. Un gran padre, pastor y evangelizador”, recordaron.
Apoyo a la vida con el CAMJ
Otro grupo que siempre se sintió apoyado es el Centro de Ayuda a la Mujer Juarense.
“La primera vez que bautizó a los niños, lloró cuando estaba echándoles el agua y en la cena que tuvimos con las señoras nos comentó el motivo de su llanto”, compartió el doctor José Ruíz.
Dijo que en ese momento de verter el agua en la cabeza de los niños salvados del aborto, él pensaba cómo esos niños podían estar muertos, desmembrados, y que no nada más habían nacido a la vida corporal, sino también a una vida espiritual.
El doctor Ruiz recordó que a don Renato le gustaba mucho la magia y en algunos eventos del CAMJ, disfrutaba los trucos de magia que solía presentar uno de sus hijos.
“Él decía que quería mucho al laicado de Juárez, que lo admiraba mucho, que en ninguna parte de México tenía un laicado tan comprometido como en Ciudad Juárez, lo recordaré con mucho cariño”, dijo el doctor Ruíz.
Motivaba a buscar la Vida Eterna
Al enterarse de la triste noticia de la partida del obispo emérito don Renato Ascencio León, Sergio Caro, coordinador del Movimiento de la Renovación Católica Carismática, dijo experimentar el vacío de quien siente la ausencia de un ser querido.
“Don Renato se ganó el cariño de la feligresía de la diócesis, tenía una manera peculiar de enseñar, instruir, de aconsejar, de llamar la atención”, expresó Sergio.
Agregó que en la Renovación será recordado siempre ya que atesoran gratas memorias.
“¿Cómo olvidar su disposición para acompañarnos en la Eucaristía de cierre tanto de un congreso, un evento masivo o un pequeño retiro de comunidades, para alentarnos, para aconsejarnos y motivarnos a no claudicar en nuestra misión evangelizadora?”.
Y añadió: “Nuestras oraciones están con él y con cada uno de sus familiares para que Dios dé consuelo, mucha fortaleza, pero sobre todo en aquello que él siempre nos animó: la vida eterna”.
En frases…
“Mantenía comunicación con él desde que se fue de Juárez y me mandaba bendiciones. Siempre bendeciré a Dios por nuestro querido señor obispo emérito Don Renato, quien desde un inicio me guió como padre y pastor y apoyó cuando nos invitaron a mi esposo y a mí a trabajar en Ciudad Juárez para iniciar la bendita Obra de la Cruz, de Conchita Cabrera de Armida.
Su consejo, siempre lleno de Dios, su cuidado como pastor, hizo que fuera posible que la Espiritualidad de la Cruz siguiera viva en nuestra diócesis. ¡Muchas Gracias, Don Renato!
Tita Terrazas de Álvarez/ Las Conchitas.
Mis hijos sirvieron con don Renato el último año que estuvo aquí. Después de cada misa en Catedral, se quedaba con ellos como media hora y no se quería ir de su lado. Siempre fue muy atento, amable y cariñoso con ellos. Teníamos contacto por whatsapp y me mandó mensaje con su bendición. Fue un buen pastor y amigo cercano. ¡Hasta siempre, don Renato!”
Yadira Urquiza Portillo/ Servidora en Catedral