Ana María Ibarra
Después de momentos difíciles por el cáncer que su madre Bertha Alicia padece, Ángeles y sus hermanos ven una luz en el camino gracias al Colectivo Chopeke, quienes en el mes de octubre iniciaron la construcción de una casa para la mujer de la etnia tarahumara.
Agradecida con el grupo de jóvenes, Ángeles compartió con Presencia la admiración que siente por este grupo pues, dijo, en estos tiempos es difícil que los jóvenes se preocupen por ayudar al prójimo.
Un aliciente en la enfermedad
Gracias a una amiga de Bertha que les comentó el caso, Colectivo Chopeke llegó a Lomas de Poleo, donde viven Bertha Alicia, sus hijas y sus nietos.
“Mi mamá está en tratamiento por el cáncer y viaja seguido a Chihuahua. Tiene cuatro años peleando contra esa enfermedad. Es muy cansado tanto para ella como para nosotros. Pero no baja bandera, sigue echándole ganas, que es lo importante”, expresó Ángeles.
Para la familia es difícil ver a su madre padecer la enfermedad y para todos es complicado solventar los viajes a Chihuahua.
“A veces batallamos mucho con los viáticos, por eso su amiga le mandó esta ayuda, para que pudiera pasar por su enfermedad más tranquila”, dijo convencida Ángeles, quien considera que la vivienda que Colectivo Chopeke construye para ella será un espacio de descanso y de distracción para su mamá.
“Ella se dedica a la costura. Ahí podrá tener su taller y hacer su costura”, dijo entusiasmada.
Al momento de la entrevista Bertha se encontraba en Chihuahua para recibir la quimioterapia, ya que el cáncer había invadido sus huesos. Pero Ángeles y sus hermanos hablan con ella a diario y le comparten lo que el colectivo está haciendo por ella.
“Ella vino para los primeros de octubre, cuando los muchachos vinieron por primera vez y los conoció, pero se tuvo que regresar por su tratamiento. Para nosotros es un gusto enorme que nos ayuden porque con un sueldo de maquila muy difícilmente se vive. Tengo una niña, llevo toda su manutención, con lo que le puedo ayudar a mi mamá y los gastos de la casa es imposible hacer otro cuarto”, dijo.
Agradecimiento
Con lágrimas en los ojos, Ángeles recordó lo difícil que fue para la familia la enfermedad de su madre, pero con la ayuda de Dios, y ahora de Colectivo Chopeke, ven un mejor futuro.
“Al principio yo sola tenía que ver por ella, la acompañaba a Chihuahua para su tratamiento, ahora gracias a Dios ella le echa muchas ganas. Verla enferma es difícil”, dijo con un nudo en la garganta.
Es por eso, que Ángeles ve en esa habitación un lugar donde su madre pueda estar tranquila.
“Cuando le daban las quimios se ponía muy débil, no es lo mismo estar sola en su casa, porque los niños le hacen ruido, no la dejan dormir. Ahora ella va a tener su privacidad, va a poder descansar”, expresó.
Y agregó: “Estamos muy agradecidos con estos jóvenes. Cada vez que vienen los tratamos lo mejor que podemos, les damos alguna comidita, humildemente lo que podemos dar.
Es admirable lo que ellos hacen, muy poca gente ayuda a otras personas. Les agradecemos mucho por su ayuda y que Dios se los regrese con muchas bendiciones, muchas gracias”, finalizó.