Diana Adriano
Cinco congregaciones religiosas femeninas que trabajan en Ciudad Juárez han unido fuerzas en una comunidad inter congregacional para apoyar a los migrantes y desplazados.
“Estamos colaborando en una nueva tarea a favor de los migrantes más desprotegidos, como parte de nuestra misión como consagradas en nuestra diócesis”, dijo la hermana María Antonia Aranda, Sierva del Inmaculado Corazón de María.
“Esta iniciativa se originó hace un año en un esfuerzo por revitalizar la vida consagrada en la diócesis y promover una nueva comprensión de su propósito en la comunidad”, agregó.
Proceso de discernimiento
Después de un proceso de discernimiento y a través de reuniones colaborativas, las cinco congregaciones -Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor, Hermanas Misioneras de María Dolorosa, Hermanas Siervas de los Pobres, Hermanas del Verbo Encarnado y Hermanas Siervas del Inmaculado Corazón de María- identificaron un objetivo común: brindar apoyo a los migrantes.
“Hace un año comenzamos con unas inquietudes de cómo comenzamos a vivir la vida consagrada aquí en Juárez, porque realmente en ocasiones no se escucha mucho lo que hacemos. Y lo que queremos es que la gente descubra la vida consagrada de otra manera”, dijo la hermana Antonia al destacar que debido a esa limitada percepción, se ha reducido el número de mujeres que buscan integrarse a la vida consagrada.
“Cuando íbamos caminando nos dimos cuenta que las cinco congregaciones tenemos cosas en común y una de ellas es nuestra preocupación y/o atención por los migrantes”, abundó.
Signo de los tiempos
Así, con base en reconocer que la migración es uno de los signos de los tiempos en la realidad fronteriza, la idea evolucionó hasta convertirse en una realidad.
“Buscamos una manera de integrarnos en este tema, y nos dimos cuenta de que podíamos colaborar en la asociación ‘Sembrando hoy Cosechando mañana A.C.’ como un grupo inter congregacional, apoyando en las necesidades que tienen los migrantes”, dijo la entrevistada.
Explicó que esto se hará a través de los ministerios y los dones que cada una de las congregaciones ya tiene y desarrolla en la diócesis en áreas de salud, apoyo psicológico, espiritualidad, vivienda y alimentación. Además bienestar emocional y espiritual de los migrantes.
Requieren apoyo
Pero las religiosas desean extender su servicio y ayuda más allá de los refugios de migrantes, para dar asistencia a quienes se encuentran fuera de estos lugares.
Por ello, piden la ayuda de la comunidad, pues buscan un espacio adecuado para llevar a cabo esta tarea de manera más integral.
“Deseamos que esta tarea se haga más grande y por ello hacemos un llamado a la comunidad diocesana para conseguir un lugar que nos puedan prestar y, de esta manera, realizar este trabajo de una manera más integral. Queremos extender nuestras manos y nuestro amor a aquellos que están en situaciones vulnerables, pero hacerlo de manera más efectiva», dijo la hermana Antonia.
Remarcó que esta comunidad inter congregacional es un poderoso testimonio de cómo la diversidad puede ser una fuerza impulsora para abordar los desafíos contemporáneos y un ejemplo inspirador de solidaridad y compasión en acción.
“Nuestra labor como religiosas en el tema de migración no solo beneficia a la comunidad de migrantes, sino que también resalta la importancia de trabajar juntos para marcar una diferencia significativa en la vida de aquellos que enfrentan dificultades en su búsqueda de un hogar y una vida mejor en la frontera de Juárez”, finalizó.
Para saber…
Si deseas apoyar este grupo como voluntario, o deseas más información, puedes comunicarte al teléfono 656 201 47 29, o enviar un correo electrónico Shcmpub@gmail.com