- Falleció el padre Jesús Figueroa Lucero, sacerdote de vocación tardía que ejerció un año y medio su ministerio sacerdotal, con toda la entrega que le fue posible…
Presencia
A los 65 años de edad y debido a una enfermedad prolongada, el pasado martes 20 de octubre por la noche falleció el sacerdote Jesús Figueroa Lucero, ordenado en el ministerio hace apenas un año y medio y quien fungía como vicario de la parroquia Santa María Magdalena.
El obispo don J. Guadalupe Torres Campos dio a conocer la triste noticia a través de redes sociales, y celebró una misa por el eterno descanso del padre Chuy, como era conocido, el jueves 22 de octubre, en la parroquia La Sagrada Familia.
Misa privada
“El padre Jesus Figueroa ha sido llamado a la Casa del Padre, ya está en el Cielo y descansa en paz. Nos unimos en oración y les pido por favor que oren por su eterno descanso y que el Señor conforte a su familia”, dijo el obispo en un mensaje a través de Periódico Presencia y Radio Guadalupana.
Monseñor Torres Campos agradeció las oraciones que se ofrecieron por el padre Jesús, quien supo de su enfermedad unos meses después de haber sido ungido sacerdote.
Igualmente pidió oraciones por el todo el presbiterio y la diócesis para “que Dios nos fortalezca y nos mantenga unidos en la fe y en la esperanza”, dijo.
“Sigan orando por todos los sacerdotes y oremos unos por otros, para que el Señor nos cuide y nos proteja en cualquier circunstancia en estos momentos complicados que estamos viviendo”, añadió.
La misa por el eterno descanso del padre Jesús fue transmitida por Radio Guadalupana y redes sociales de la diócesis, ya que se realizó de forma privada con un número reducido de sacerdotes y miembros de la familia Figueroa Lucero.
“Sigamos cuidándonos, muy atentos y conscientes de los momentos que estamos viviendo, y tomando todas las precauciones y recomendaciones ya conocidas y cuidemos a los demás con mucha caridad y fraternidad”, pidió.
Vocación tardía
“A lo mejor ejerzo 5 años del sacerdocio y me muero, pero -yo mismo decía- 5 años está bien, y si nomás es un año, pues también está bien…estoy siguiendo el camino que Dios quiere, y voy a durar hasta donde Él quiera que dure”…
Esta es una de las frases que el padre Jesús Figueroa compartió a Periódico Presencia en una larga entrevista que concedió unos meses antes de conocer la fecha de su ordenación al diaconado, y luego al sacerdocio.
La entrevista se realizó para destacar el camino vocacional de un personaje ciertamente llamativo en el Seminario Conciliar de Ciudad Juárez, pues era un hombre de alrededor de 60 años formándose entre seminaristas 30 años más jóvenes que él.
Don Chuy, como era conocido, fue un profesionista exitoso, que además de haber viajado mucho, instaló su propia empresa y prácticamente “lo tenía todo”. Pero fue llamado por Dios a otra misión, en lo que en la Iglesia se conoce como una “vocación tardía”.
Durante algún tiempo don Chuy puso como pretexto su edad para responder al llamado de Dios, sin embargo, ya estando en servicios parroquiales en La Sagrada Familia, recibió la sugerencia de su párroco, el padre Efrén Hernández y decidió “salir de la duda” e ingresar al Seminario.
Así fue como siguió el camino que lo llevó hasta recibir el sacramento del Orden el pasado mes de febrero de 2019.
Dios lo premie
Pero tal y como él mismo lo llegó a pensar, Dios le permitió vivir su ministerio muy poco tiempo, apenas un año y medio, que, no obstante, fue tiempo suficiente para dejar honda huella de amor.
“Fue enriquecedor escuchar su camino andado. Fue siempre muy entregado en la cuestión Pastoral y siempre dio lo mejor de él en cada misa, en cada trabajo que se le encomendó aquí en Ahumada”, dijo el padre Fernando De Santiago, párroco de Santa María Magdalena, a donde estaba asignado el padre Chuy.
“Le gustaba mucho ir a los ejidos y convivir con la gente. Además de siempre sonreír ante cada situación. Dios le premie todo el bien que hizo para esta comunidad y para toda la gente que le conoció”, finalizó el padre Fernando.
Si Dios quiere que llegue a la ordenación, voy a llegar. Si quiere que dure 10 ó 15 años ejerciendo el sacerdocio, o nomás la primera misa, creo es lo de menos. Si ahorita me muriera, ¡me moriría muy feliz!… no me arrepiento de haber entrado al Sem