Lectio Divina correspondiente al cuarto Domingo de Adviento. Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico San Jerónimo…

Samuel Pérez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Mateo 1, 18-24.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto. Mientras pensaba en estas cosas, un ángel del Señor le dijo en sueños: «José, hijo de David, no dudes en recibir en tu casa a María, tu esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el Señor por boca del profeta Isaías: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros. Cuando José despertó de aquel sueño, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor y recibió a su esposa.
Ahora hagámonos las siguientes preguntas:
¿De qué manera vino Cristo al mundo?
¿Qué referencias da el relato sobre José, esposo de María?
¿Cuál decisión toma José al saber que ella estaba esperando un hijo?
¿Qué mensaje transmite un ángel del Señor en sueños a José?
¿Qué nombre deberán poner al niño y cuál es la razón?
Al suceder todo esto, ¿qué profecía se cumple?
Al despertar José ¿qué sucede?
Interioricemos en el texto
El evangelio en palabras de san Mateo presenta un momento trascendental en la historia de la salvación: el nacimiento de Jesucristo. No solo narra un hecho milagroso, sino que también nos enseña sobre la fe, la confianza y la obediencia a Dios, virtudes fundamentales en la vida cristiana. También nos invita a contemplar el misterio de la Encarnación desde la fe obediente de José, un hombre justo que sabe escuchar a Dios. La justicia de José se refiere a que cumplía con la ley, pero está mitigada por su compasión que le evita la pena completa de la ley, la lapidación (cfr. Deuteronomio 22, 20-21). En medio del desconcierto y el temor, el Señor le revela que la vida que María lleva en su seno es obra del Espíritu Santo: es Jesús, el Salvador prometido quien logrará esta salvación a través de su muerte y por la proclamación del reino de Dios (cfr. Mateo 28,28; 4, 17). José acoge con docilidad el plan divino aun cuando supera su entendimiento humano convirtiéndose en custodio fiel de María y del Hijo de Dios. Su obediencia nos enseña que Dios actúa también en nuestras incertidumbres y que confiar en Él trae verdadera paz. Este pasaje nos recuerda que Dios cumple sus promesas y es cercano: es Emmanuel, “Dios con nosotros”. Al igual que José y María, estamos llamados a abrir el corazón a Cristo que viene, para que su presencia transforme nuestra vida con amor, esperanza y salvación.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
¿En qué me hace reflexionar y a qué me invita este evangelio para reconocer la presencia de “Dios con nosotros” en esta Navidad?
¿En qué me interpela este pasaje sobre la importancia de confiar en los planes de Dios, aunque no los entienda por completo?
Al igual que José y María ¿con qué acciones puedo colaborar con Dios en llevar esperanza y salvación en esta Navidad?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús, Emmanuel, Dios con nosotros,
gracias porque vienes a nuestra vida para salvarnos.
Danos un corazón como el de San José:
obediente, humilde y confiado en tu voluntad.
Que, aun en medio de las dudas, temores y ruidos mundanos,
sepamos escuchar tu voz y acogerte en nuestra vida.
Haz que tu presencia transforme nuestra historia con tu amor y tu paz.
¡Ven Señor Jesús!
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces durante la semana un versículo de la Sagrada Escritura para que alimente nuestra fe:
«Ya llega el Señor, el rey de la gloria» (Salmo 23).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En la última semana de Adviento el evangelio del nacimiento virginal de Jesús nos lleva a la fe de reconocer su origen divino con una realidad profunda, es el nacimiento del Hijo de Dios. Hagamos evidente esta fe con acciones.
Propuesta: Compartamos con nuestros hermanos que se encuentran en la Casa del Migrante ropa para que no parezcan frío y alimentos no perecederos. ¡Lleva la alegría que nos trae el Niño Jesús!

































































