Ana María Ibarra
Su estancia de tres meses en el hospital siendo sometido a cinco cirugías, fueron motivo de solidaridad en la comunidad de la parroquia La Asunción de María, que se unió en oración, pero también para apoyar económicamente a familia del joven Axel Arámbula, del 18 años, quien a consecuencia de un accidente deportivo estuvo al borde de la muerte.
Su historia
A consecuencia de un rodillazo que recibió al jugar futbol, Axel comenzó con dolores fuertes en el estómago. Sin embargo, en el hospital del Seguro Social les dijeron que no tenía nada grave.
“A la semana lo llevamos con un médico particular y nos dijo que algo no estaba bien, que lo lleváramos nuevamente al Seguro. Un médico lo valoró, nos dijo que era pancreatitis y decidió meterlo a cirugía, pero nos dijo que probablemente no resistiría”, compartió Rafael, padre de Axel.
Cinco horas después el médico salió del quirófano para informar a la familia que el joven tenía perforado el estómago, ya que por el golpe se le hizo una ulcera y al no recibir atención inmediata se le había carcomido el 80 por ciento de su estómago.
Los padres de Axel pudieron verlo una hora después y aunque los médicos les habían dicho que todo salió bien, a los tres días volvieron a ingresar a Axel a quirófano, ya que no había sellado el intestino con el estómago.
“La primera cirugía fue un lunes. Lo metieron a quirófano nuevamente el jueves, y al siguiente lunes se volvió a poner grave, porque le comenzó a salir un líquido por la herida. El martes lo metieron a cirugía otra vez. Otro médico nos dijo que como habían pasado ya varios días, los ácidos se había comido parte del páncreas. Otra vez estaba grave”, recordó.
Tres meses hospitalizado
Los médicos no tenían la certeza de que Axel fuera a recuperarse, pues a la siguiente semana, fue operado otra vez ya que no encontraban la fuga del líquido que le salía por la herida.
“El líquido dejó de salirle solo. Su médico se hizo a un lado y otra doctora comenzó a atender a mi hijo. Después de eso, Axel solo entró a quirófano para aseos quirúrgicos. De ahí se comenzó a recuperar”, resaltó Rafael.
Rafael agregó que su hijo en ningún momento sintió dolor en su herida y a pesar de lo grave de su situación, los médicos no entendían por qué no había entrado en coma ni ingresado a terapia intensiva e incluso se encontraba consciente.
“Cuando salía de la cirugía, a la hora despertaba. Sus cirugías dejaron una herida de 40 centímetros”, compartió.
Tres meses y medio fue lo que Axel duró en el hospital desde la primera cirugía el 16 de mayo de este 2023.
Siempre acompañados
Durante todo ese trance de incertidumbre y dolor por el padecimiento de su hijo, Rafael y Erika estuvieron acompañados por su comunidad de matrimonios de la parroquia La Asunción de María, y por toda la comunidad parroquial, tanto de manera física, como de forma económica y, por supuesto, en oración.
“Se organizaron para hacer venta de comida, tuvo muchas oraciones, el padre César Campa ofrecía misa diaria por él y lo ungió dos veces. Cuando fue la tercera cirugía, se comenzó a unir toda la comunidad en oración, por eso mi hijo empezó a mejorar, quizá muy lento, pero siempre con la esperanza de que todo saldría bien”, dijo el padre de familia.
Para Rafael, esto fue signo de que la fe triunfó sobre los diagnósticos médicos, y especialmente la familia agradece a la Virgen María por su intercesión.
“Nunca dejé de rezar el Rosario. Cuando entraba a cirugía lo rezaba afuera de quirófano todo el tiempo que duraba. Busqué siempre el momento para ir al Santísimo a la parroquia La Sagrada Familia. Cuando se ponía grave, iba al Santísimo. Todo ese tiempo no trabajé porque estuve al pendiente de él”, compartió.
Unidad parroquial y familiar
Además de la unidad parroquial, Rafael afirmó que hubo también unidad familiar.
“Aprendimos a decir te quiero, te amo, estuvimos más unidos como familia. Hubo un cambio en la familia. Sabemos que para Dios no hay imposibles, nunca perdí la fe, aunque hubo momentos en que sentí que no me escuchaba, pero siempre puse todo a su voluntad”.
Ver a su hijo regresar a su casa fue el milagro concedido, el cual es celebrado no solo por la familia, sino por toda la comunidad.
“Toda la parroquia estuvo al pendiente de él. Al salir del hospital ofrecimos una misa por él. La gente se acerca a saludarlo cuando lo ve”.
Siempre valorar la vida
Axel, de 18 años de edad, compartió que desde que se comenzó a sentir mal e incluso al saber que estaba muy grave con pocas posibilidades de vida, nunca pensó en la muerte.
“Tuve una plática con Dios, le dije que les diera las herramientas necesarias a los médicos para poderme curar. En el quirófano estuve rezando hasta que me pusieron la anestesia y me quedé dormido. Nunca tuve un pensamiento de que me fuera a morir. No me sentía mal. Solo algunas molestias”, dijo el joven en entrevista con Presencia.
Cada día, recordó Axel, le daba gracias a Dios por permitirle un día más de vida y especialmente agradeció cuando salió del hospital.
De igual manera, dijo estar agradecido con la gente que ayudó a sus padres y que oró por él.
“Me siento muy agradecido porque hicieron oración por mí. A todos los que me saludan les doy las gracias por sus oraciones y por su ayuda”.
Segunda oportunidad
A pesar de su juventud, el entrevistado está consciente de que esta es una segunda oportunidad que Dios le dio.
“Debo valorar más esta segunda oportunidad de vivir. La vida es un regalo muy bonito que Dios me ha dado y tengo que valorarla”, expresó Axel.
Por su parte Rafael agradeció a la comunidad por su ayuda económica, además de por sus oraciones.
“Quiero también agradecer al padre Campa que siempre estuvo al pendiente. Invito a la comunidad a tener fe, a confiar en Dios. Todo pasa por algo, aún las enfermedades, pero siempre vendrá la recompensa”, finalizó el padre de familia.