Ana María Ibarra
Una reflexión sobre la fe, verdad teologal, fue lo que más de cincuenta personas escucharon del teólogo y conferencista Fernando Casanova, quien a través de la plataforma Zoom presentó esta charla organizada por el grupo de evangelización de la parroquia El Señor de la Misericordia y realizada el pasado sábado 6 de marzo.
Para dar espacio a que las personas se fueran conectando a la plataforma, los organizadores dirigieron un momento de oración y alabanza.
Confianza
De entrada, el ponente nombró las tres verdades teologales: la fe, la esperanza y el amor, y aunque resaltó que al final de los tiempos será el amor lo que permanecerá, es la fe lo más grande para continuar por el camino terrenal.
“La fe es algo que no se ve. Por fe, Abraham caminó como peregrino en la tierra que nunca poseyó, por eso le llamamos el padre de la fe. Nosotros estamos en ese peregrinaje y por fe anticipamos la gloria del cielo”, expresó.
El conferencista invitó a los oyentes a ver la fe con otros ojos, no sólo como sinónimo de creer.
“Si sólo fuera eso, Abraham no tuvo fe. Se habla de fe porque perseveró en la promesa. Fe es confiar”, señaló.
Por lo tanto, resaltó que las obras dan vida a la fe, tal y como lo indican las escrituras: “la fe sin obras, está muerta”.
Obediencia
Agregó que la fe lleva a la obediencia plena de Dios.
“Creer en Dios y en todo lo que ha mandado nos lleva a obedecerlo en todo, me convenga o no, gane o pierda, humanamente hablando. No se puede creer en algo sí y en lo otro no. Por la autoridad de Dios, creemos. Dios prometió a Abraham que sería el padre de naciones, él creyó y obedeció”, dijo.
En este mismo aspecto, Fernando indicó que la fe lleva al amor y al respeto a Dios.
“No es tener miedo, sino respeto. Él es nuestro Padre y nos ama, el temor es a defraudarlo”.
Otro ejemplo de fe, dijo, es Santa María, quien respondió con fe sin saber lo que le esperaba al aceptar ser la Madre de Jesús.
“A Santa María la sostuvo la fe, permaneció creyendo a pesar de todo. Esa es la fe que debemos cultivar ustedes y yo a partir de hoy”.
Tesoro invaluable
Agregó que la fe es tan determinante que aquello que el cristiano no ha visto, es anticipado.
“El hecho de que Jesús está realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar es más cierto que cualquier otra verdad matemática o científica. Hay que cuidar la fe como un tesoro invaluable, y ustedes y yo no vamos a ponerla en riesgo”.
Hacia el final de su conferencia, Casanova invitó a los fieles a cuidar todo lo que entra por sus sentidos: lo que escuchan, lo que leen, los espectáculos que ven.
“La fe está íntimamente relacionada con la pureza, si usted se entretiene en impurezas es fácil que deje de creer. Recordemos una de las bienaventuranzas: bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios”.
El teólogo se despidió con una oración pidiendo a Dios, en nombre de los que se enlazaron, un corazón lleno de fe.