Claudia Iveth Robles
Manuel y Teresa Alarcón fueron servidores de tiempo completo en la parroquia Nuestra Señora de la Paz. Desde1980 ofrecieron su vida a Dios en el servicio parroquial y como parte de esa misión se convirtieron en promotores de Periódico Presencia, semanario al que le tienen gran cariño.
Hoy, aunque ya desde el retiro debido a la enfermedad de Teresita, ambos siguen fieles a la misión de difundir el evangelio pues lo siguen haciendo con gusto, cuando se puede, promoviendo el periódico de la diócesis.
Fundadora de parroquia
Teresita fue pionera en su comunidad. Comenzó a trabajar ahí cuando ni si quiera contaba con un templo y las misas se celebraban en un terreno baldío.
Don Manolo, su esposo, recordó que fue el padre Agustín Navarro quien se echó a cuestas la construcción del templo, con un grupo en el que lo apoyaba el hoy sacerdote Mario Manríquez.
En ese entonces, don Manolo atendía su negocio y aunque Teresita le insistía, no le interesaba integrarse a la Iglesia.
“Yo era muy renuente, siempre ponía pretextos para no ir”, recordó el entrevistado.
Dijo que fue en un Encuentro de Matrimonios, al que “lo obligaron a ir”, donde Dios “lo jaló”.
“El Señor Jesús me dijo: vente a trabajar y que me jalan y desde entonces me integraron”, recordó.
Nueva librería
Ya en la parroquia, el padre Agustín Navarro lo asignó como coordinador del equipo de Liturgia y así, junto a su esposa, comenzaron a dar clases de Biblia y Catecismo.
Años más adelante, ya con el padre Humberto Haro como responsable de la comunidad, se comenzó a construir una librería, que fue atendida por Teresita.
Y fue ahí donde comenzó a vender el Periódico Presencia.
“También se llevaba unos cuantos a la casa y lo repartía con los vecinos. O te lo compraban o tú lo regalabas, todo para introducir el periódico en el gusto de la gente”, relató don Manolo.
Dijo que años después, él mismo se hizo cargo de recoger el periódico los viernes en la oficina, para llevarlos a la parroquia.
“Al principio se batallaba, porque la gente no lo conocía, pero Tere lo promovía entre sus conocidos y después se fue vendiendo solo”, platicó don Manolo.
Manolo y Teresita viven hoy una nueva etapa en sus vidas, ya retirados y en reposo en casa. Pero hoy miran hacia atrás y ven con gran satisfacción el servicio que ofrecieron a Dios y los avances que ha tenido la aceptación del periódico entre los fieles.
Contenidos que agradan
“A veces recibía un ‘no, gracias’, pero muchas veces nos tomaron el periódico con una sonrisa”, relató don Manolo, quien junto con su esposa formó un equipo de voceadores que “le hacían competencia”, pues gritaban “¡Presencia, más barato que con don Manolo!”.
Hoy el entrevistado está feliz de que Periódico Presencia “se venda por sí solo”, y recordó que muchos le comentan sobre los contenidos que más les gustan.
“Señoras y señores lo buscan por los crucigramas, por el material para los niños, otros le dan una leída y luego lo dejan para que alguien más lo tome, siempre hay un motivo”, dijo.
Leer Presencia
Igual de emocionado que cualquier integrante del equipo que elabora Presencia, don Manolo elogia los artículos que en el semanario se presentan, como el editorial del padre Hayen, la sección “Pregúntele padre”, y los comentarios de los sacerdotes que colaboran.
“El periódico, con los artículos, siempre te hace encontrar algo de interés, una lucecita que te ilumine en una situación, en problemas de índole familiar o situaciones difíciles”, expresó.
“Si tiene uno algún problema, uno puede encontrar en Presencia una solución”, dijo quien se gastó y desgastó en la promoción de la “Palabra y testimonio de la Iglesia”.
“Presencia es un beneficio para todos. Los invitamos a que lo lean y lo sigan leyendo”, finalizó don Manolo.