Al iniciar la campaña 2017 del Diezmo, el padre Alfredo Abdo Rohana, ecónomo de la diócesis, convocó a la comunidad católica a ser generosos con su Iglesia y realizar su aportación anual.
Ana María Ibarra
Llevar a cabo su misión evangelizadora es la principal tarea de la Iglesia Diocesana. Para realizarla se requieren estructuras, formación pastoral de agentes, personal, y todo lo que cualquier institución necesita.
Pero para cubrir lo anterior la Iglesia se vale en buena parte del diezmo, es decir, la aportación económica de los católicos, sin cuya ayuda, el funcionamiento de la Iglesia sería imposible. Por ello cada año se realiza una campaña intensiva del diezmo, la cual inicia el primer día de noviembre y concluye en marzo del año siguiente.
Generosidad y compromiso
El padre Abdo reconoció que la base de la economía de la diócesis local está fundamentada en el diezmo, pues las necesidades diocesanas se cubren mayormente con la aportación de todo el pueblo.
“Los católicos tenemos la obligación de sostener las necesidades de la Iglesia, sentirnos comprometidos de que la vida de la Iglesia, su caminar, su misión y la luz del evangelio recae en manos de todos”, expuso el sacerdote.
Por ello solicitó a todos los católicos de la diócesis su aportación conforme a su ingreso laboral.
“Quien trabaja tiene el compromiso de aportar a nuestra diócesis. Si es una persona asalariada, debe aportar un día de sueldo; quien tiene algún negocio o presta algún servicio a través de una profesión, se le solicita un día de ganancia. La Iglesia nos invita a, que ese día de sueldo o de ganancia, sea solo una base, lo más importante es la generosidad”, expresó.
En qué se usa
Al explicar en qué se utiliza el diezmo, el padre Abdo explicó que dado que se trata de la difusión del Evangelio, el uso del dinero tiene e diferentes formas, desde el pago a los empleados y espacios, mantenimiento de los templos y otros aspectos que implica la vida de la Iglesia.
“Hablamos de papelería y libros para difundir la catequesis y la evangelización. Del mismo diezmo sostenemos la administración diocesana, todos los servicios que implica la vida del obispado”, expuso.
Buen destino de los recursos
Como se recordará, el diezmo se distribuye de la siguiente manera: 35% lo administra la diócesis para operación del obispado y pastorales, así como sostenimiento a sacerdotes que salen para especializarse.
30% se destina a la parroquia que lo captó. 10% es para la asistencia sacerdotal y 25% se va a un fondo de subsidios, con el que se ayuda a parroquias de escasos recursos.
“Debemos comprender que la Iglesia no está exenta al pago de impuestos. Hay gente que piensa que tenemos concesiones o rebajas de gas o de luz, pero no es así. Hay muchos gastos y necesidades. Realmente a la Iglesia le hace falta el apoyo de la gente por medio del diezmo”, aclaró.
“Su aportación no sólo queda en manos de hombres, es también una obra del Señor. Hay más necesidades que recursos, pero el dinero lo usamos bien”, concluyó el sacedote.
frase…
“Demuestren su solidaridad, su cariño, su generosidad y sobre todo los valores que imprime la fe en nuestra relación con Dios, que va a los valores más profundos que simplemente remuneración material. Por eso Dios bendice al que da con generosidad”.
Pbro. Alfredo Abdo/ Ecónomo de la diócesis