Este mes de septiembre festejaron su 74 aniversario de erección canónica.
Diana Adriano
Con gran júbilo y alegría, el pasado 15 de septiembre, en la fiesta en honor a la Virgen Dolorosa, la comunidad religiosa de Misioneras de María Dolorosa celebró una misa de acción de gracias con motivo de su aniversario número 74.
La santa misa se llevó a cabo en la capilla de San Antonio, en Senecú, donde con gran solemnidad el obispo don José Guadalupe Torres, presidió la celebración.
Grande amor de María
Fundada en Ciudad Juárez por monseñor Baudelio Pelayo, la congregación de Misioneras de María Dolorosa fue aprobada un 24 de febrero y este 15 de septiembre se celebran los 74 años de su erección canónica.
“Hoy resaltamos la alegría de sabernos consagradas y de que hemos sido la manifestación de Dios, tocando con nuestro carisma los lugares donde hemos realizado nuestro apostolado, en especial entre los niños y los ancianos”, se escuchó en la monición de entrada.
En su homilía, el señor obispo reflexionó en el ejemplo y el testimonio de María Dolorosa, y cómo el dolor en María tiene un sentido de salvación, amor y entrega.
“Damos gracias a nuestra madre por cuidarnos, en tu amor, y nos comprometemos a continuar, a mantenernos adelante siempre con gozo, dicha, valentía y con un gran corazón caminar”, expresó el obispo a las religiosas.
De la misma forma, resaltó que hace 74 años se fundó la congregación bajo el carisma de ser como María, tiernas, compasivas y misericordiosas con los más pobres y necesitados, miembros de la iglesia doliente.
“Ya desde la monición de entrada se nos motiva a salir al encuentro de cada uno de los lugares recobrando ese carisma, siempre con intrepidez y audacia. Dios nos da misión a todos, y a ustedes les da una encomienda especial como a María”, dijo.
Año jubilar
Al concluir la celebración se leyó el decreto del año jubilar, que inició el 15 septiembre del 2021 y concluirá el 15 de septiembre de 2022, rumbo a sus bodas de diamante como congregación.
“Iremos realizando algunas actividades donde reconoceremos lo que Dios ha hecho por medio del carisma que le concedió a nuestro fundador y a las nueve primeras hermanas; gracias a Dios aún contamos con la dicha de tener entre nosotras a una de ellas, la madre Gracia Torres”, se leyó en el decreto escrito por la hermana Nereida Vargas, superiora general.
La hermana Gracia ingresó a la congregación a los 17 años de edad y en 1947, junto con otras cuatro hermanas, recibió la profesión religiosa perpetua, el mismo año en que se erigió canónicamente la congregación.
“…Hoy pues, nos toca a nosotras aprovechar este momento de gracia que Dios nos permite, para que podamos ser signos de amor, ternura, compasión, y misericordia a ejemplo de María Dolorosa a los pies de la cruz”, finalizó la religiosa