Ana María Ibarra
Con gozo y alegría, matrimonios de la comunidad Dios Padre recibieron a más de cien parejas procedentes de distintas parroquias de la diócesis, que asistieron a vivir la Asamblea Interparroquial del Movimiento Congreso de Matrimonios Católicos el pasado viernes 30 de mayo.
Danzando y alabando a Dios inició el evento, en el cual los matrimonios tuvieron un encuentro con Dios a través de la oración, pero también a través de la reflexión que dirigió el padre Juan Carlos López, párroco de la comunidad sede y recién nombrado asesor del Movimiento Congreso de Matrimonios Católicos.
“El sí de María es el sí de cada matrimonio”, fue el tema preparado para esa noche, cuando estaba concluyendo mayo, nombrado en la Iglesia como el “mes de María”.
Tres sí
“El matrimonio es la iglesia doméstica, por eso necesitamos todo eso que encontramos en María. Ese ‘sí’ que engloba toda la persona de María”, expresó el padre Juan Carlos, quien reflexionó tres momentos en que María dijo a Dios: Sí, uniendo cada uno con lo que viven los matrimonios.
El primer sí es el de la fe, “El primer hágase: María sabe quién es ella, es la esclava del Señor, es una mujer atenta, pero sobre todo sabe qué quiere”, dijo el sacerdote.
El segundo sí, es el del silencio: “María sabía mirar su vida y todos esos momentos importantes los guarda a en su corazón”, mencionó el padre Juan Carlos para invitar a las parejas a guardar los momentos bonitos en el corazón, pero igual los momentos difíciles.
“Solamente con amor se superan las dificultades. El amor de familia no se basa solamente en los momentos bonitos, sabemos que aunque nos amemos hay momentos difíciles, pero no rompe el amor familiar. El sí de María es un sí en el amor. María nos enseña que hay que vivir una vida matrimonial desde el amor”, resaltó.
Seguir adelante a pesar de la prueba, fue el tercer sí de María que reflexionó el padre Juan Carlos.
“Aunque Simeón le dijo: una espada te atravesará el corazón, María siguió adelante. El hecho de que el matrimonio tenga dificultades no es motivo para abandonarlo. Las dificultades son motivo para orar y esperar que Dios los sostenga. Dios está con ustedes en los momentos difíciles, pero hay que creerlo. María confía y sigue caminando”, señaló.
Con la Iglesia
El sacerdote dijo que el sí de María se sostiene con la vida de la Iglesia, por lo que destacó: “Un matrimonio que quiera ser verdaderamente cristiano debe estar unido a la Iglesia”.
Agregó que en su camino María no estuvo sola, sino que José estuvo a su lado, en silencio, enfrentando las dificultades, confiando en el Señor, viviendo en familia y trabajando por su familia.
“La invitación de María es a vivir en la vida cristiana como matrimonio. Pidan al Señor ser hombres y mujeres de fe, que no salgan corriendo y que sepan amar su vida común, que ahí es donde se saca adelante a la familia”, concluyó.