Diana Adriano
El pasado 29 de marzo, un grupo de jóvenes maristas tuvieron una experiencia espiritual única al vivir la meditación del Viacrucis en el bordo fronterizo. El recorrido llevó a los participantes a revivir el camino de Jesús al calvario, hasta su crucifixión y muerte.
Durante el camino, se hicieron presentes los hermanos migrantes, quienes enfrentan innumerables desafíos al salir de sus países en busca de una vida mejor. Los participantes oraron por ellos y confiaron en que Dios los escucha y acompaña en su búsqueda.
El grupo estaba compuesto por alumnos y personal de la preparatoria, quienes caminaron juntos y salieron de su zona de confort para unirse en oración por todos aquellos hermanos que han perdido la vida en su búsqueda de una vida mejor.
Muestra de solidaridad
Esta experiencia fue una muestra de la solidaridad y empatía de los maristas hacia los hermanos migrantes. La reflexión y la oración ayudaron a los jóvenes a entender mejor los desafíos que enfrentan los migrantes y a mostrar su apoyo en su camino.
La maestra Nadxielli Ruvalcaba, docente del Instituto, señaló que es importante que los jóvenes de la preparatoria participen en este tipo de experiencias para sensibilizarse. En su opinión, vivir el Víacrucis en el bordo fronterizo fue una decisión difícil de tomar, ya que había miedo, pero también confianza en que era algo que valía la pena.
“Los jóvenes se mostraron impactados ante el valor que tienen los migrantes al decidir cruzar sin pensar en los riesgos, se mostraron respetuosos y participaron también realizando representaciones de las estaciones que invitaban detenerse a orar por todas las situaciones que vivimos actualmente”, señaló la maestra.
Cabe mencionar que fueron alrededor de 150 los alumnos los que participaron en esta experiencia espiritual, coordinada por los maestros Gerardo Ortiz y Braulio Tejeda.
La maestra Nadxielli destacó que los alumnos participantes se mostraron comprometidos y respetuosos durante la meditación del Víacrucis, lo que refleja su madurez y responsabilidad como miembros de la comunidad educativa marista.
Una triste realidad
Durante el recorrido, los jóvenes maristas y sus maestros experimentaron cansancio debido a la larga caminata; tristeza al ver a migrantes cruzando y siendo detenidos, olores desagradables, presencia policiaca de ambos lados y la sorpresa de un helicóptero que pensaron que era debido a su presencia en el bordo.
Así, los alumnos se dieron cuenta de la realidad que viven los migrantes y se sintieron interpelados.
La entrevistada dijo que los alumnos tuvieron la oportunidad de conversar con algunos migrantes, quienes les contaron algo de lo mucho que han vivido al salir de sus países y así los alumnos valoraron el arrojo de estas personas al decidir salir lejos a buscar una vida mejor.
“Los alumnos valoraron el camino que Jesús vivió y el que viven los migrantes en búsqueda de mejor calidad de vida. La experiencia les permitió sensibilizarse y comprender mejor la realidad que enfrentan los migrantes, lo que les ayudará a ser más empáticos y solidarios con ellos en el futuro”, remarcó la entrevistada.