Mons. José Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez.
Les saludo nuevamente y sigo en contacto a través de Presencia y Radio Guadalupana. Es un gusto para mí comunicarme por estos medios.
Quiero iniciar una serie de temitas pequeños con relación al Papa Francisco. Se nos ha enviado una biblioteca de temas muy sencillos a manera de caricatura, donde el papa valora algunas palabras de él. Y así se titula: “En palabras de Francisco”. Son temas que resaltan un valor, son 15 palabras, 15 temas y cada viernes estaré comentado una palabra del Papa.
Quiero comenzar con la primera: “la alegría”. Yo estoy convencido de que la alegría, es muy importante en la vida del cristiano, la alegría es la manifestación de la felicidad, somos felices y esa felicidad se expresa con la alegría.
Cuando estamos felices la alegría es espontánea, brota, en un abrazo, en una canción, a carcajada, en unos ojos brillantes, queremos gritar por todos lados ¡soy feliz!.
Sin embargo, a veces reflejamos lo contrario. En un mundo que hoy que nos lleva al individualismo, al consumismo, tal parece que buscamos la felicidad equivocadamente, creemos que la felicidad es el dinero, el poder, que la felicidad es lo material y no; dice el papa, estamos equivocados, algo anda mal, algo esta faltando.
En ese sentido el papa nos invita a revalorar la alegría, que va de la mano de la felicidad y que busquemos y aprendamos juntos el valor de la alegría y a cimentar la verdadera felicidad en Dios, en Cristo y expresarla a través de nuestra vida.
Aquí algunas palabras del papa en relación a la alegría, son pocas palabras, pero muy importantes. Por ejemplo: la alegría brota del corazón abierto, sencillo y humilde y nos dice como recomendaciones que hay que vivir con la alegría las pequeñas cosas de la vida, no se requieren tantas cosas, en las cosas sencillas, pequeñas… no te prives de un buen día. A veces nos empeñamos en pasar un mal día, ¡no! ¡Vive un buen día!
Nos recomienda el papa para que seamos alegres, caminar en la luz, ser luz. Abran su corazón a la luz aunque cueste; el mundo es de ustedes, vívanlo en la luz y con alegría, porque el que camina en la luz, tiene un corazón alegre. Quien vive en la luz refleja luz en su rostro, en sus actitudes, se desborda esa luz en la alegría, en gozo; en cambio quien vive en tinieblas, en el enojo, en el coraje, en la oscuridad, refleja infelicidad, amargura; hay que ser luz, vivir en la luz.
Sigue el papa diciendo: nunca se dejen vencer por el desánimo, nuestra alegría no es algo que nazca en tener cosas, poseer; sino de haber encontrado a una persona, a Jesús, el Señor de la Alegría; ahí radica pues, para el cristiano, la verdadera alegría: tener un encuentro con Jesús.
El miércoles celebramos la fiesta de Santa María Magdalena, una mujer que tuvo un encuentro que le cambio la vida, que transformó su vida que a partir de ese encuentro con Cristo resucitado. Magdalena vivió en la alegría, en la luz.
¿En dónde está en el fondo la solución para vivir la alegría? dice el papa, el amor es la respuesta. Pero el amor tiene que ser algo concreto, los conceptos no se aman, las palabras no se aman, se aman las personas.
¡Qué palabras tan profundas del papa Francisco! porque efectivamente una tendencia del mundo de hoy es conceptualizarlo todo, caer en ideologías, entonces el hombre se convierte en un producto, en un concepto, en una idea. Dice el papa: lo que se ama es la persona, hay que amar concretamente, hay que amar la persona.
Y los frutos de ese amor, de esa alegría, son la unidad, el diálogo, la solidaridad, todo eso es fuente de alegría, no el individualismo, no el cerrarnos en nosotros mismos. Una persona alegre se une y une a los demás, se entrelaza. Una persona alegre es capaz de dialogar, de saludar, de acercarse y abrir su corazón transparente; una persona alegre es solidaria, que busca ayudar material, espiritual, moralmente.
Pero también la alegría está cimentada, nos dice el papa, en la esperanza. A veces como que caemos en la desesperanza y nos desanimamos y el hombre cristiano vive alegre porque tiene esperanza, esperanza en Dios, en la vida eterna, esperanza en algo mejor, en que Dios nos va bendecir y esa esperanza me mueve a tener una actitud alegre y entusiasta.
Estas son algunas palabras que el Papa Francisco nos invita a reflexionar en torno a la alegría. Este es el primer fascículo (de la serie), que luego se repartirá entre las parroquias para que también esté al alcance de todos los niños, las familias y (aquí) iremos comentando algunas de las palabras del papa Francisco.
Mi saludo y afecto y les mando siempre mi bendición. Gracias.