- El sacerdote Guillermo Sías explica cómo la Comunión Espiritual es una dimensión que está presente desde el Bautismo y se puede poner en práctica en este tiempo de contingencia.
Diana Adriano
Una preocupación para los católicos que surge en este tiempo de lucha contra el Covid-19, se enfoca en la imposibilidad de recibir el Cuerpo de Cristo, ante la suspensión de la celebración de misas con la asistencia de fieles, y con el cierre temporal de templos ordenado por el obispo don J. Guadalupe Torres.
Por este motivo, Presencia consultó al padre Guillermo Sias, director espiritual del Seminario Mayor sobre cómo se puede practicar la Comunión espiritual y su valor en estos tiempos.
Comunión con Cristo
El sacerdote explicó que el evangelio (Jn 4), Jesús menciona que el culto cristiano es “en espíritu y verdad”. Por eso, en cualquier lugar y situación, el creyente se puede encontrar con Dios y sentir la unión, la comunión con él.
“La comunión espiritual es una decisión del alma y del corazón para recibir a Jesús en la vida, ante la imposibilidad de recibirlo sacramentalmente por esta situación, ya que obviamente Dios va más allá del tiempo y las circunstancias. Él puede llegar a los corazones y a nuestra vida para así poder ser dignos de su perdón”, explicó.
Una guía
Son muchos los santos que han invitado a las personas a utilizar la comunión espiritual en momentos en los que acceder a la comunión sacramental se vuelve imposible.
El padre Guillermo explica cómo se pueden unir al Pan de Vida a través de ella.
“Los pasos que se requieren son muy sencillos: Primeramente un acto de fe ante la realidad de no poderlo recibir sacramentalmente, yo sé que Dios no está limitado a espacios o circunstancias, puede venir a nuestro corazón y en nuestra vida”, dijo.
Por otro lado, resaltó que no se tiene que olvidar que dentro de este acto debe estar el amor, ya que es un gesto del corazón del hombre que le busca, ama y necesita de Dios.
“Se tiene que tener el deseo de recibirlo, porque cuando hay un deseo explícito, eso significa que está en la disposición de la voluntad y en la libertad para recibirlo, y Dios se dejara encontrar por aquel que le busca con sincero corazón”, puntualizó.
El padre Guillermo también dijo:
“Tenemos que decirle al Señor que se quede en nuestro corazón y en la vida. La iglesia no sólo son los templos, sino somos cada uno de nosotros que la conformamos”, agregó.
Sin embargo, a pesar de que no hay fórmulas establecidas, la clave es hacer consciente este deseo de recibir a Jesús y que Él sea aliento de vida cotidiana.
Recordó que el Papa Francisco, en una de sus homilías recientes, comentó que basta con abrir a Dios nuestro corazón desde lo más profundo de nuestro ser y con un espíritu arrepentido, para tener comunión con Él.
“Tenemos que confiar en la misericordia del Señor y que Él será la respuesta”, finalizó.
Guía práctica para hacer Comunión espiritual
Aleteia
Hay diversos motivos que pueden impedirnos recibir la Eucaristía en la misa. Quizás hayamos roto el ayuno de una hora, estemos en un estado de pecado mortal o incluso confinados en casa por razones imperiosas, incapaces de salir para asistir a la Misa.
Hoy, estamos imposibilitados por la contingencia sanitaria presente en todo el mundo ante la presencia del Coronavirus (Covid-19).
En estos casos, la Iglesia nos anima a hacer un acto de “comunión espiritual”, donde nos unimos a Dios a través de la oración. Es una hermosa manera de expresar a Dios nuestro deseo de estar unidos a Él cuando no podemos completar esa unión en la recepción de la Sagrada Comunión.
¿En qué consiste?
San Alfonso María de Ligorio nos lo explica muy claramente: “consiste en el deseo de recibir a Jesús Sacramentado y en darle un amoroso abrazo, como si ya lo hubiéramos recibido”.
Esta devoción es mucho más provechosa de lo que se piensa y muy fácil de realizar. Pero cada uno pude meditar y realizar la comunión espiritual sin necesidad de acogerse a una receta específica, aunque para que sea bien hecha, se recomienda que se haga:
* un acto de fe en la Eucaristía (creo que estás presente en la Eucaristía);
* un acto de amor (te amo sobre todas las cosas)
* un acto de deseo (deseo recibirte en mi alma).
* Por fin, un pedido: (ven espiritualmente a mi corazón, permanece en mí y haz que nunca te abandone).
Oración
Aquí una oración tradicional de comunión espiritual que muchos santos han rezado a lo largo de los años. Se puede orar si te encuentras en misa sin poder recibir la Eucaristía, ahora que escuchas la misa por las redes sociales o incluso en medio de tu trabajo diario, elevando tus pensamientos a Dios.
La meta final de nuestras vidas debería ser la comunión con Dios, así que un acto de comunión espiritual puede ayudarnos a acercarnos a esa meta.
Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Quédate conmigo y no permitas que me separe de Ti. Amén.
Los santos y la comunión espiritual
Innumerables santos incorporaron este tipo de oración en su vida diaria, no contentos con recibir a Jesús en la Eucaristía una vez a la semana o incluso una vez al día. Hacer un acto de comunión espiritual para ellos era una parte esencial de la vida y los acercaba a Dios cada día.
San Josemaría Escrivá animaba a todos a hacer la comunión espiritual tantas veces como pudieran: “¡Qué fuente de gracias es la Comunión espiritual! Practícala frecuentemente y tendrás más presencia de Dios y más unión con Él en las obras”.
El Padre Pío también tenía el hábito de hacer una comunión espiritual durante todo el día aparte de la celebración de la misa. Deseaba estar siempre unido a Jesucristo en todo lo que hacía.