Mons. José Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con afecto y cariño. Seguimos comentando palabras y consejos del Papa Francisco.
Hoy quiero compartir con ustedes la virtud de la esperanza. Estamos viviendo tiempos difíciles, hoy una de las manifestaciones de la humanidad es la desesperanza; tenemos poca paciencia, rápidamente nos desesperamos.
Por eso es muy importante para todo ser humano y para el cristiano más todavía cultivar la esperanza.
La esperanza es una convicción que nos impulsa a sentir que nuestros sueños y deseos terminarán por convertirse en realidad.
Si no tenemos ilusiones, sueños, metas, y no tenemos esperanza no los vamos alcanzar, al menos no habrá un impulso espiritual afectivo que nos lleve a alcanzar aquellos sueños. Aunque nos sintamos temerosos o inseguros, la esperanza tiene tanta fuerza que nos empuja hacia nuestros objetivos y nos anima a continuar.
Son tres aspectos importantes: tener objetivos,
- ¿Hacia dónde vamos?
- ¿A dónde dirigimos nuestra vida?
- ¿Qué nos motiva desde la fe o la familia, desde muchos puntos de vista?
Debemos de tener muy claros nuestros objetivos, nuestras metas y la esperanza nos anima, es ese ‘motorcito’ emocional del corazón afectivo que nos anima a continuar adelante, a no desalentarnos, es uno de los principales motores de nuestra vida.
La esperanza es el valor que nos permite mirar hacia delante, con optimismo, ver el lado positivo de las cosas y soñar a lo grande. A veces caemos en la depresión, hoy se dice ‘estoy en la depre’, sobre todo a nivel juvenil. A veces nosotros mismos ponemos frenos, nos limitamos.
La esperanza nos debe dar optimismo, animosidad, ver las cosas del lado positivo. Esa es una virtud natural y si a eso le agregamos la esperanza como virtud teológica, más todavía, espero en Dios.
Confío en Dios todos mis proyectos, mis planes, mi vida tiene el ‘motorcito’ que me ayuda a caminar, pero también tiene la esperanza en Dios porque me acompaña, me impulsa a seguir adelante.
Por eso el Papa Francisco nos dice:
“La esperanza guía nuestros sueños”
“Renuncien a la vía de las armas y vayan al encuentro del otro con el diálogo, el perdón y la reconciliación, para reconstruir a su alrededor la justicia, la confianza y la esperanza”
Tenemos que trabajar en ese sentido en el diálogo, el perdón, unirnos, reconciliarnos todos para trabajar juntos.
Hoy se requiere justicia, confianza y esperanza, que son distintas maneras de no pasar de largo. Tenemos que acercarnos a todos nuestros hermanos, especialmente a los que más necesitan.
La esperanza no es sólo un sentimiento bonito, lleva de la mano la justicia y la solidaridad. También me lleva a unirme de corazón con el otro, con el hermano, con el que sufre.
Especialmente a los jóvenes yo los invitó a trabajar mucho en la esperanza, en la ilusión, sueños, en no quedarse estancados con la apatía, con esa autoestima baja… ¡no!, ¡ánimo!
Confíen en ustedes mismos, pongan su confianza en Dios, por eso dice el papa a los jóvenes “la juventud es para arriesgarla”, bien, con esperanza, no es un arriesgar por arriesgar a lo tonto, sino con esperanza.
Tengo esta meta, este sueño, este objetivo y espero en Dios. La esperanza es para apostarla con grandes cosas, se puede volver una virtud importante que nos fortalece, que nos invita a construir nuestro castillo, hacerlo realidad, que no se queden truncados nuestros proyectos.
Tú puedes, joven; tú puedes, niño; tú puedes adulto, seguir trabajando, adelante, con fuerza, con ese ‘motorcito’ bien alineado que te va impulsar hacia adelante.
Termino con esta otra frase del Papa Francisco:
“La esperanza se presenta como la capacidad de sopesar todo y quedarse con lo mejor de cada cosa”
Se requiere pues, inteligencia, tengo un gran abanico de cosas, tengo muchas opciones y ofertas.
Esto no me sirve, no es el momento, no va de acuerdo con mi fe, me ayuda, es bueno, es positivo, es el plan de Dios, elegir lo mejor de cada cosa.
Que tú joven, tú adulto, seas un hombre de esperanza. Cultiva la esperanza, pon tu confianza en Dios, espera en Dios y conseguirás alcanzar tus proyectos, anhelos y ser feliz siendo un hombre de esperanza. ¡Felicidades! ¡Gracias!