Manual básico para ser un católico sin complejos
El siguiente tema sobre los ataques a la moral de la Iglesia es relativo a la vida y la muerte… la palabra de la Iglesia sobre asuntos como el aborto, la eutanasia o la manipulación genética le generan muchos detractores y ataques viscerales que no acaban…aquí un análisis alusivo.
José González Horrillo/Autor católico
El término «cultura de la muerte» se refiere a una mentalidad, a una manera de ver al ser humano y al mundo, que fomenta la destrucción de la vida humana más débil e inocente por parte de los más fuertes y poderosos. Fue acuñado por Juan Pablo II en su encíclica “El Evangelio de la vida”, publicada el 25 de marzo de 1995.
Dice el Papa: Con las nuevas perspectivas abiertas por el progreso científico y tecnológico surgen nuevas formas de agresión contra la dignidad del ser humano, a la vez que se va delineando y consolidando una nueva situación cultural que confiere a los atentados contra la vida un aspecto inédito y, podría decirse, aún más, inicuo, ocasionando ulteriores y graves preocupaciones: amplios sectores de la opinión pública justifican algunos atentados contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual y, sobre este presupuesto pretenden no sólo la impunidad, sino la autorización por parte del Estado con el fin de practicarlos con absoluta libertad y además con la intervención gratuita de las estructuras sanitarias. (El Evangelio de la vida, nº 4).
El aborto, la eutanasia y la manipulación genética son los ejemplos más tristes de esta situación que describe el Papa. Ya no se trata principalmente de una matanza de seres inocentes por medio de guerras y atropellos bélicos, sino de una silenciosa y sutil, pero aún más nefasta, destrucción de la vida humana, que cuenta incluso con la aprobación de un gran sector de la sociedad, con el amparo de la ley, y que es perpetrada precisamente por algunos de aquellos que se supone son los primeros defensores de la vida: los médicos y otros profesionales de la salud.
Hija de Darwin
La ideología en la que descansa la cultura de la muerte es la llamada «eugenesia», hija directa de Darwin: si las especies se trasforman por «selección natural», hay razas inferiores y razas superiores. El científico declaraba: Entre los salvajes, los cuerpos y las mentes enfermas son rápidamente eliminados; los hombres civilizados, en cambio, construyen asilos para los imbéciles, los discapacitados y los enfermos, y nuestros médicos ponen lo mejor de su talento en conservar la vida de todos y cada uno hasta el último momento, permitiendo así que se propaguen los miembros débiles de nuestras sociedades civilizadas. Nadie que haya trabajado en la reproducción de animales domésticos dudará de que esto es sumamente perjudicial para la raza humana.
Galton, primo de Darwin, inventó la teoría eugenista aplicada a los seres humanos: el reemplazo de la selección «natural» por una selección voluntarista. Sus dos objetivos eran: favorecer las razas llamadas superiores (Eugenismo positivo) y hacer desaparecer las razas llamadas inferiores (Eugenismo negativo).
Esta visión cientifista, exclusivamente materialista, donde el hombre es sólo un engranaje de un mecanismo más grande (la sociedad o el Estado) pretende «mejorar» la raza humana hasta generar el «superhombre». Nietzsche es el promotor de esta nueva especie, y personajes como Hitler se aprendieron muy bien esta lección.
Aplicaciones actuales
Hablemos a continuación de las aplicaciones actuales de la eugenesia:
- El aborto: asesinar a una persona antes de que nazca. Podemos distinguir dos tipos:
- a) El aborto «terapéutico», que nada tiene de terapia, pues no cura a nadie. Además, los progresos de la obstetricia hacen que ya no sea absolutamente necesario matar al niño para “salvar a la madre”. No obstante, algunos médicos ejercen presión psicológica en las mujeres embarazadas, especialmente en las mayores de 35 años. El diagnóstico prenatal (con el que además se corre el riesgo de dañar al niño) tiene la finalidad casi exclusiva de proponer el aborto si el bebé tiene alguna posibilidad de malformación.
- b) El aborto legalizado, denominado «interrupción voluntaria del embarazo», proviene de una manipulación de las mentes acompañado de presiones económicas y psicológicas. Para imponer este aborto se ha recurrido a diversos mitos; el principal es el del hijo no deseado. Por último, el aborto provocado involuntariamente que por lo general se provoca en los países occidentales bajo el nombre de «contracepción» pero con medios que en realidad son abortivos (mecánicos o químicos), ya que intervienen después de la concepción.
- La Eutanasia es matar a una persona enferma. Su finalidad es reducir el costo de mantenimiento de las personas de edad avanzada y de aquellas que se han convertido en socialmente «inútiles» y, por no alcanzar ciertas normas de «calidad de vida», son considerados como «indignos de vivir». El sistema permite perpetuar los sistemas de jubilación para las personas activas con buena salud. Aquí también hay una gran hipocresía: se habla de reducción del sufrimiento de los enfermos, de calidad de vida, de muerte digna, etc.
- La manipulación genética es la utilización de personas humanas como ratas de laboratorio. Una de ellas es la fecundación in vitro con transferencia de embriones. Se realiza así el sueño de los eugenistas: separar totalmente la procreación de la sexualidad. Si el padre es estéril, se selecciona un donante de «calidad» y luego, entre los embriones, se elige al que se ha de implantar en función de criterios de «calidad». La fecundación in vitro con transferencia de embriones, aun cuando no haya selección, es muy mortífera: se fecundan una cantidad de óvulos procreando así una cantidad de seres humanos hasta el estado embrionario. De éstos, sólo una minoría tiene alguna posibilidad de llegar a término.
- Proyecto del genoma humano. Lanzado por la Sociedad Americana de Genética Humana (SAG), fundada por el Dr. Franz J. Kallman, que había trabajado con los nazis. El conocimiento del mapa del genoma humano permitirá afinar la selección de los hijos antes del nacimiento, e incluso su producción industrial. Estas investigaciones se presentan como animadas por la finalidad de la «terapia génica»; ésta en realidad es la muerte del enfermo, en este caso, la de seres humanos embrionarios.
Podríamos hablar de otras dos aplicaciones de la eugenesia, que son: la esterilización involuntaria o forzada (nazis, China, etc.) y la injerencia del Estado en la familia con políticas que perjudican a la misma. En este orden de ideas suele suceder que el Estado pretenda inmiscuirse en la educación de los hijos cuando este ámbito pertenece a los padres y ellos sólo delegan su autoridad.
Según los expertos de estos temas, entre los eugenistas encontramos dos grandes familias: la de los capitalistas oportunistas que encuentran en la eugenesia una justificación a su egoísmo, y la de los socialistas materialistas. Muy pronto los primeros financiarán a los segundos. Por cierto, a la cabeza del activismo eugenista nos encontramos a la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF).
Trataremos ahora con detalle el tema del aborto:
Sobre el aborto
En la Evangelium Vitae podemos leer: En la búsqueda de las raíces más profundas de la lucha entre la «cultura de la vida» y la «cultura de la muerte” es necesario llegar al centro del drama vivido por el hombre contemporáneo: el eclipse del sentido de Dios y del hombre; perdiendo el sentido de Dios se tiende a perder también el sentido del hombre y de su vida.
La Iglesia Católica, a lo largo de toda la Historia ha condenado el aborto calificándolo de homicidio. Los más antiguos documentos de la Iglesia lo denuncian con severísimas palabras por ser contrario a la ley natural y a la ley divina. No hay razón alguna que pueda darnos el derecho a disponer de la vida de un ser inocente e indefenso en el seno materno.
La primera pregunta que nos surge al tratar este tema es la de determinar cuándo comienza la vida. El ser humano tiene una reproducción sexuada. Depende de dos células: el espermatozoide del hombre y el ovocito de la mujer, cada una de las cuales, por separado, es altamente especializada, pero no es un ser humano. Sin embargo, en el momento en que estas dos células se unen, hay concepción, llevando cada una su mensaje genético dentro de 23 cromosomas y entonces comienza la vida de un nuevo ser humano con sus 46 cromosomas. Desde ese instante, el nuevo ser humano ya tiene su sexo, determinado por el espermatozoide. También en ese momento de la concepción está determinado el color de sus ojos y de su piel, así como otras características físicas, incluso hasta la posibilidad de algunas de las enfermedades que este nuevo ser humano pueda sufrir en el futuro.
Puesto que la ética antigua no ha sido completamente abolida, ha sido necesario separar la idea del aborto de la de matar a un ser humano, pues esta última continúa siendo socialmente repugnante. El resultado ha sido una curiosa evasión del hecho científico, que todo el mundo conoce, de que la vida humana comienza en la concepción y continúa dentro o fuera del útero hasta la muerte. Los enormes eufemismos y giros semánticos que se requieren para racionalizar el aborto y presentarlo como algo que no se relaciona con acabar con una vida humana (interrupción voluntaria del embarazo, por ejemplo), serían ridículos si no fuera por la aprobación de la sociedad hipócrita que no quiere ver la realidad.
Argumentos vs el aborto
Pero si queremos un buen argumento en contra del aborto, nada como presenciar uno, ver fotos o videos que demuestren la realidad de lo que es y de cómo se lleva a cabo. Por eso analizaremos brevemente los tipos de técnicas abortivas más usuales:
- Inyección salina: después de extraer el líquido amniótico que hay dentro de la bolsa que protege al bebé, se introduce una larga aguja a través del abdomen de la madre y se inyecta una solución salina concentrada en la bolsa amniótica. El bebé ingiere esta solución que le produce la muerte pasadas doce horas por envenenamiento, deshidratación y hemorragia del cerebro y de otros órganos. Esta solución salina produce quemaduras graves en la piel del bebé. Unas horas más tarde la madre comienza el parto y da a luz un niño muerto o moribundo, muchas veces en movimiento. Este método se utiliza después de las 16 semanas de embarazo.
- Succión o aspiración: se inserta en el útero un tubo hueco que tiene un borde afilado. Una fuerte succión (28 veces más fuerte que la de una aspiradora casera) despedaza el cuerpo del bebé que se está desarrollando, así como la placenta y absorbe «el producto del embarazo», o sea, el bebé, depositándolo después en un balde. El abortista introduce luego una pinza para extraer el cráneo, que no suele salir por el tubo de succión. Algunas veces, las partes más pequeñas del cuerpo del bebé pueden identificarse Casi el 95% de los abortos en los países desarrollados se realizan de esta forma.
- Dilatación y curetaje: en este medio se utiliza una cureta o cuchillo provisto de una cucharilla filosa en la punta con que se va cortando al bebé en pedazos con el fin de facilitar su extracción por el cuello de la matriz con ayuda de un forceps. Se usa durante el segundo o tercer trimestre del embarazo.
- Aborto de nacimiento parcial (D&X): éste es el método más espantoso de todos. Suele hacerse cuando el bebé se encuentra muy próximo a su nacimiento. Después de haber dilatado el cuello uterino durante tres días y guiándose por la ecografía, el abortista introduce unas pinzas y agarra con ellas una pierna, después la otra, seguida del cuerpo, hasta llegar a los hombros y brazos del bebé. Así, extrae parcialmente el cuerpo de la criatura, como si fuera a nacer, salvo que deja la cabeza dentro del útero. Como la cabeza es demasiado grande para ser extraída intacta, el abortista clava unas tijeras en la base del cráneo del bebé, que está vivo, y la abre para ampliar el orificio. Entonces inserta un catéter y extrae el cerebro mediante succión. Esto hace que el bebe muera y que su cabeza se desplome. A continuación, extrae la criatura y le corta la placenta.
- Operación cesárea: este método es exactamente igual que una cesárea hasta que se corte el cordón umbilical, salvo que en vez de cuidar al niño extraído, se le deja morir.
- Prostaglandinas: este fármaco provoca un parto prematuro durante cualquier etapa del embarazo. Se usa para llevar a cabo el aborto a mitad de la gestación y en las últimas etapas de éste. Su principal «complicación» es que el bebé a veces sale vivo. También puede causar graves daños a la madre. Recientemente, las prostaglandinas se han usado con la RU-486 para aumentar la «efectividad» de éstas. Se trata de un fármaco abortivo empleado conjuntamente con una prostaglandina, que es eficiente si se emplea entre la primera y la tercera semana de faltarle la primera menstruación a la madre. Actúa matando de hambre al diminuto bebé al privarlo de un elemento vital, la hormona progesterona. El aborto se produce después de varios días de dolorosas contracciones.
Pues bien, esto es lo que algunos partidos políticos incluyen en sus programas, por supuesto, de una forma camuflada, como una «medida progresista por el bien de los ciudadanos.
Pero, ¿dónde está la raíz del aborto? Eso lo veremos en la siguiente edición.