Presencia
Las pantallas son ya parte del diario vivir en casi todos los hogares. Tabletas, teléfonos móviles, computadoras que funcionan en la práctica como un televisor… los dispositivos móviles han inundado los hogares, pero con el confinamiento su papel ha pasado de protagonista a hegemónico. ¿Qué efectos están teniendo en esta pandemia?
Los efectos en los niños, aunque sin olvidar sus consecuencias en jóvenes, adultos e incluso personas mayores que viven solas, ya asustaban a los expertos antes de la llegada a nuestras vidas del coronavirus, pero ahora la situación puede calificarse de “alarmante” a nivel psicológico.
En entrevista, la psicóloga Adriana Castañón nos explica qué pasa en este sentido.
¿Cuáles son los efectos del uso de las pantallas en el comportamiento de las personas?
Cuando es en exceso hay varias conductas. No a todas las personas les pasa, pero cuando llega a suceder, hay un proceso de ansiedad, les empieza a generar una cuestión de adicción pues empiezan a tener ansiedad y nervios. El uso de la tecnología también puede causar una sensación de inseguridad que va aumentando. Hay una serie que les he estado recomendando mucho a mis pacientes que se llama “El mito de las redes sociales”, que habla del sistema de inseguridad que se les genera a los adolescentes porque no les dieron likes suficientes, porque no fue tan aceptada su foto y empieza a generarse un sistema de inseguridad y de baja autoestima porque le están dando un peso que no es válido ni real a la aceptación de sus cosas. También por la exposición a las críticas y porque quieres aparentar una vida a través de las fotos, que muchos sabemos que no es tan real. Otro aspecto que se presenta es obviamente el aislamiento. Al estar tanto en las redes sociales se hace un aislamiento físico y aunque ahora estamos en pandemia, también se presenta eso. La gente dejó de aprender a interactuar de manera personal al usar tanto las pantallas y las redes.
¿Tienen un efecto especial en los niños y adolescentes? ¿Por qué?
Se veía mucho antes de la pandemia que estando, en restaurantes, los chavos con sus celulares, no estaban conectando físicamente, no diálogos reales. Desde entonces se daba un término a la dependencia de las redes y de los celulares y las pantallas que se llama “nomofobia”. La nomofobia es la dependencia total de los celulares, de las pantallas y cuando ya tienes este tipo de trastorno empiezan dolores de cabeza, estrés, pensamientos obsesivos por no tener el teléfono o porque se te cayó la red, entonces empiezan los chavos, los niños a hacer berrinches porque no tienen conexión y sienten como si se les fuera la vida. Otra investigación habla de la falta de atención por el uso de este tipo de cosas (pantallas/ redes sociales). Las imágenes son muy rápidas y los niños se están acostumbrando a su estímulo visual. Por ejemplo una clase en la escuela, no tiene la misma velocidad de los videojuegos, ahora los chavos en Tik tok no tardan ni medio segundo cuando ya están viendo otra imagen y el mismo cerebro te está pidiendo que le des cosas muy rápidas, entonces unos maestros lentos en Internet, ¡imagínate! ¿cuál atención van a tener?… Disminuye el proceso de atención y esto es un problema.
Otro problema es el estrés, es otro factor que se estuvo dando debido a las tecnologías pues vivimos en un mundo interconectado, entonces cuando sales del trabajo, sales preocupado, respondiendo llamadas, correos.
¿Ustedes como psicólogos tienen una preocupación específica sobre el efecto que las pantallas puedan estar causando en los niños y adolescentes?
Tanto tiempo expuestos puede causar depresión en los adolescentes y trastornos psicológicos que preocupan para un sistema social. Hay una preocupación fuerte en este aspecto, porque nosotros como psicólogos estamos buscando brindarle equilibrio a las personas y el uso excesivo de esto está desequilibrando a mucha gente.
La OMS desde el 2018 ya incluyó las adicciones de los videojuegos como una enfermedad mental. También hay problemas neurológicos, ya en muchos lados lo han visto, por ejemplo las epilepsias debido a la foto sensibilidad. Eso es algo que tienen que estar cuidando mucho las madres porque el exceso les puede generar esta epilepsia foto sensible, por la misma rapidez del video juego y por la cantidad de tiempo que ven. No todos los niños que usan videojuegos van a caer en epilepsia, pero si usas demasiado tiempo el video juego, puedes caer en esto.
También el problema neurológico asociado con las pantallas es la cuestión de las migrañas. El dolor de cabeza se provoca porque tu cerebro está demasiado estimulado entonces empiezan estos dolores crónicos de cabeza, y uno piensa que es otra cosa, pero es el uso excesivo de este tipo de cosas.
¿Cómo se pueden evitar los riesgos emocionales y hasta físicos por el uso excesivo y exposición a las pantallas ahora en este confinamiento?
Estamos viviendo situaciones atípicas con el problema de la pandemia. Lo que he estado notando con las consultas es que hubo una resistencia a la nueva realidad de estar guardados… nunca se hizo un plan de “estamos guardados y ahora qué hacemos”, y es lógico, porque como no hubo una aceptación. Cuando tu aceptas algo, haces cambios: ya sentí que está lloviendo, entonces saco mi paraguas, pero si tú no aceptas que está lloviendo, entonces te vas a seguir mojando y vas a estar con la expectativa ‘a ver si deja de llover’ y no te vas a preparar. Es un ejemplo, pero el punto es que hubo una negación a la realidad: no me gusta, no quiero estar, no puede ser, y entonces no hubo una planeación. No se dijo: ‘bueno, ahora que estemos en casa vamos a poner nuevas reglas, nuevas formas, nuevas actividades’. Alguna gente sí lo llego hacer y cuando entras en este proceso de aceptación se hacen unos planes y reglas más concretos con los muchachos: cuánto tiempo podemos estar en los celulares, administrar bien sus tiempos. Aquí era hacer esas planeaciones y acuerdos con los muchachos antes de que se les vinieran encima. Si no planeaste, tienes a un adolescente pegado a la televisión, a la Tablet o al celular todo el bendito día. Y es lo que yo sugiero todavía, porque seguimos en pandemia: hacer acuerdos, hacer planeaciones, hacer cosas nuevas, motivarlos a hacer nuevas actividades. Ofrecerles nuevas cosas, porque si no les ofreces nada, los chavos se van a ir a lo que tienen a la mano, que son las pantallas. Hacer un plan en el día, agenda de la semana con actividades concretas. Les sugiero poner actividades para colaborar en la casa ya que terminen con sus horarios de clase, los trastes, la limpieza de los muebles. Hablarles de la colaboración en la casa y ofrecerles actividades alternas para que estén haciendo algo distinto.
¿Qué otras recomendaciones hace en medio de un confinamiento?
Otra cosa que les estoy sugiriendo a los padres son estas video llamadas familiares. Tener bien claro que por la pandemia, al menos dos veces por semana tener video llamadas con los abuelos, con los tíos. Es cuestión de ponerse creativo para hacer estos enlaces sociales que antes se hacían: los domingos, después de que escuchemos misa en la televisión, comer y luego hacer llamada con los abuelos. Estos círculos sociales abrirlos y también sugerirles a los muchachos hagan grupos con sus amigos para que platiquen por Zoom o algo así. Cuando aceptas que estás en una realidad, tratas de hacer estos cambios que necesitas para incluir lo que se está dejando fuera: lo social, lo familiar. Que no se sienta ese hueco que lo van a terminar llenando con cosas no sanas. Algo que me comentó una madre de familia es que después de misa, dialogan la homilía: ¿qué les pareció la homilía?… nunca se había dado esta oportunidad…obviamente siempre tratando de ser creativo y atractivo con relación a la edad del joven o del niño.
Más que otra cosa, que se administre de manera adecuada los tiempos de cada quien. Me da mucha tristeza que se cometió el error de, estando en la pandemia, cada quien se encerró en sus cuartos o en sus cosas, no se dio oportunidad de hacer estas convivencias porque, aunque se estuvo junto bajo el mismo techo, hubo estos bloqueos porque no hubo una planeación, no hubo una aceptación de la realidad que ya estábamos viviendo.
Algo más que desee agregar
También de lo que hablamos mucho es del sistema de esperanza, una frase que tenemos los psicólogos es: “No te afecta lo que está pasando, sino la interpretación que le das a lo que te está pasando”, entonces como padres, nosotros podemos ayudar a nuestros hijos a interpretar esta pandemia como una oportunidad para valorar, para sacarle la parte más humana al ser humano. Es una pandemia que con el favor de Dios vamos a pasarla y hay que sacarle el mejor jugo posible. Si te enfocas en lo negativo, va a ser más difícil llevarla. Entonces interpretarlo con la esperanza de saber que vamos a estar bien, no va a ser perpetua y mientras, tratar de sacar lo mejor de nosotros, con fe y esperanza para sacarla adelante con las herramientas y dones que Dios nos dio.