El padre Juan Manuel Orona, rector del Seminario, tomó dos cursos para ayudar a padres de familia a lograr que sus hijos tengan un uso responsable de dispositivos y contenidos. Compartió con Presencia su aprendizaje.
Diana Adriano
En la actualidad, la mayoría los padres de familia permiten que sus hijos sean “educados” a través del Internet y las redes sociales, lo que hace que niños, adolescentes y jóvenes sean más vulnerables a la violencia y a la falta de convivencia.
Ante esta situación, el padre Juan Manuel Orona, rector del Seminario Conciliar, asistió virtualmente a dos talleres titulados “Familia y Tecnología en el siglo XXI” y “La Nueva Droga del siglo XXI: La pornografía”, con la finalidad de ayudar a los padres de familia de la institución que dirige.
El sacerdote compartió con Periódico Presencia el aprendizaje adquirido con relación a educar a los hijos en el ámbito de redes, Internet y uso de dispositivos modernos.
“Los dos talleres fueron enfocados hacia un uso responsable, positivo del internet y las pantallas, dígase celular, computadora, consola de videojuegos. Un uso responsable es establecer límites, poner atención a los contenidos, a los riesgos y peligro que todos podemos encontrar en estos medios tecnológicos”, mencionó el sacerdote.
No irse a los extremos
“Dentro de este taller aprendí a que debemos evitar dos extremos ante la tecnología y uso de las pantallas. Un extremo es decir que todo internet es malo y perjudicial o que el celular es malo y que la computadora es el demonio”, expuso.
Pero habló de evitar el otro extremo de no poner límites en el uso de la tecnología, no contemplar los peligros que existen por no querer formar y educar en un uso responsable.
“Nosotros acudimos a la tecnología por tres motivos: informarnos, comunicarnos y encontrar diversión. Pero caemos en el error de utilizar la tecnología sin ningún razonamiento y ningún objetivo”, dijo el sacerdote.
Explicó que cada vez que acudimos a la tecnología debemos tener presente el objetivo “y recordar que el internet y las pantallas son un medio, pero no un fin”.
Riesgos que podemos encontrar en Internet
El padre Juan Manuel quiso resaltar estos riesgos en el uso de Internet:
* Tardamos demasiado tiempo en el Internet y en las redes sociales, estableciendo con ello relaciones superficiales y distorsionadas. El riesgo es que se establezcan relaciones ficticias y que nos aparten de las relaciones reales con la familia, con los amigos, esposa, esposo.
* El peligro cada vez mayor de la pornografía que se convierte en un lastre para adultos, ancianos, jóvenes y los niños, que son más vulnerables. La pornografía desvirtúa las relaciones de las personas, ofrece una visión falsa de la sexualidad y del cuerpo humano, que es don de Dios. Cada vez crece más en jóvenes el famoso sexting y el enviarse fotos semidesnudas con un lenguaje vulgar, o bien imágenes que se salen de control y después ya está en muchos dispositivos y es causa de burla y discriminación.
* Peligro de acoso, secuestros, extorsiones. Esto sucede cada vez con más frecuencia porque el joven o adolescente no pone límites. Cree que no le va a pasar y puede exponerse a esto. Hay que entender que detrás de las redes sociales hay gente que hace el mal. Promueve la pornografía infantil, la prostitución. Hay que estar muy atentos.
Propuestas para un uso adecuado de la tecnología
* Formarnos en el uso correcto y aprovechamiento positivo de la tecnología. Por ejemplo con talleres de Guardia Net.
* Establecer un reglamento básico, que venga de parte de los padres de familia y llegar a acuerdos. El reglamento puede incluir horario, lugar para usar las pantallas y los contenidos a los que se puede tener acceso.
* Dialogar con los jóvenes sobre el uso responsable del Internet. Cosas muy prácticas como que cuando comemos en familia, no se permite usar el celular.
* Establecer filtros en el propio celular y la computadora para que no se introduzcan contenidos pornográficos nocivos para niños y jóvenes. Estos filtros en Google no tienen costo – se puede consultar con un especialista-.
* Aprovechar este tiempo de pandemia para potenciar otras dinámicas que favorezcan la comunicación y la confianza en la familia. Ser creativos con algunos juegos de mesa que permitan vernos a los ojos y competir sanamente. Son medios que nos ayudarán y serán un alimento muy bueno para que la relación sea más profunda en la familia y sobre todo que se construya de manera sólida.