Entrevista al postulador de la causa de canonización de san Juan Diego, canónigo honorario de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe, quien participó en el Congreso Mariano realizado en Ciudad Juárez…
Ana María Ibarra
El mensaje guadalupano siempre es actual. Así lo dijo monseñor Eduardo Chávez, postulador oficial de la causa de canonización de San Juan Diego, quien participó en el Congreso Diocesano Mariano para hablar de la Santísima Virgen de Guadalupe y del documento Nican Mopohua.
El sacerdote, quien forma parte del venerable cabildo de la Basílica de Guadalupe, en la Ciudad de México, y es director General del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, se dijo honrado de haber sido invitado al evento mariano que se realizó en Ciudad Juárez y compartió con Presencia el mensaje guadalupano.
Aquí la entrevista:
En la conferencia nos habló del mensaje del Nican Mopohua ¿Cuál es la relevancia de este mensaje de la Virgen de Guadalupe a san Juan Diego para la actualidad, para la realidad complicada que vive México hoy?
La Virgen de Guadalupe es un evento histórico, del 9 al 12 de diciembre de 1531, pero, sobre todo, es un evento que trasciende tiempos y espacios. Efectivamente, una fuente es el Nican Mopohua, pero no es la fuente primigenia. La fuente primigenia es la tradición oral, la imagen como códice y los signos de los tiempos. Posteriormente, y gracias a Dios, Antonio Valeriano lo puso con caracteres latinos y sonido náhuatl, en 1545, 1546 en este manuscrito que se le llama Nican Mopohua que nadie conoció, porque no se sabían caracteres latinos. Los indígenas no sabían leer y los españoles no entendían náhuatl, solo un grupito pequeñísimo en aquel entonces. Nican Mopohua es un manuscrito, no es un libro best seller que todo el mundo tenía, ni mucho menos. Permaneció guardado, no oculto porque no se trataba de ocultarlo, pero nadie lo entendía, nadie lo sabía leer hasta que después sale la traducción en 1926 y vamos dándonos cuenta de la importancia de lo que ya todo mundo sabía por tradición oral, pero eso de saberlo directamente de la boca de Juan Diego, ya que Nican Mopohua es todo lo que entendió Antonio Valeriano de la boca de Juan Diego y lo puso con caracteres latinos en este documento, claro que es una fuente importante, pero no por ella se conoció lo que es el evento guadalupano. Y lo que también resulta sumamente importante es un que todo está centrado en Jesús y lo que está sentado en Jesús es histórico, trasciende.
Es importantísimo para nuestro pueblo entender que somos hijos de Dios a través de la Virgen de Guadalupe que es nuestra Madre, que todavía dice: tengo el honor, la dicha de serlo. Si supiéramos el valor tan grande que cada uno de los seres humanos somos para Dios, no habría esos complejos ni esa superioridad, sentirse más que los demás o que el otro te puede hacer sombra, etcétera. Somos hijos de Dios y la Virgen de Guadalupe y no hay nada que temer ante la vida, ante la muerte buena. Dios es el verdadero Dios por quien se vive y ha destruido la muerte. Así que, si conociéramos esto desde el corazón, no tendría razón de ser ni guerras, ni drogas, ni carteles, ni nada de este tipo de cosas que nos destruyen a los demás. Si pudiéramos conocer más a la Virgen de Guadalupe y saber que ella nos lleva a Jesús sería otra cosa.
¿Cuáles diría que son las principales enseñanzas que pueden tomar de san Juan Diego los hombres y mujeres de hoy?
Ante la adversidad se manifiesta lo más valioso de lo que tú estás hecho. Y ante la adversidad entendemos y sabemos que Juan Diego es humilde, sencillo, obediente. O sea, surgen esos valores que no es por el cristianismo. Los indígenas tenían estos mismos valores, la humildad, la sencillez, la honestidad, la verdad. Los mismos indígenas, aquellos que tenían los sacrificios humanos, que es terrible, tenían una cultura tan maravillosa, tan profunda que es toca el corazón a través de la Virgen de Guadalupe y lo lleva a la plenitud en Aquel que es la vida. Así que, Juan Diego, es un hombre humilde, sencillo, obediente, una persona recta, linda, esa humildad que lo lleva a decir: no soy nada ni nadie. Sin embargo, la Virgen de Guadalupe le vuelve a confirmar el gran valor que tiene. Imagínate, ser embajador, intercesor, de Dios a través de la Virgen de Guadalupe es algo grande y les recuerdo que Juan Diego es el primer indígena canonizado de todo el continente americano y allí cumplió la Virgen lo que le dijo: Yo te honraré, te voy a pagar, te voy a premiar en todo esto. La Virgen cumple. Soy testigo de eso como postulador de la causa de canonización de Juan Diego.
¿Cuáles son sus principales satisfacciones personales como difusor del mensaje guadalupano y como impulsor de la canonización de san Juan Diego?
Sinceramente y de corazón te lo digo, no sé por qué. No sé por qué. Es decir, ya es grandísimo el hecho de mi ordenación sacerdotal, lo entiendo perfecto. Pero entender más y confirmar eso a través de la Virgen de Guadalupe ha sido un don, una experiencia que sigue siendo una experiencia constante y continua. Es un don que, ahora sí que como Juan Diego, que se buscara a otro, no sé por qué, pero así han pasado las cosas. Solamente confirmo que es Ella, su aliento, sus palabras, su voz y que, eso sí, estoy enamorado de la Virgen de Guadalupe y quizás necesito ser más honesto, más recto, más en todo sentido, más guadalupano, porque las exigencias son grandes, muy grandes. Como le decían a Juan Diego, tienes que ser santo; como les decían a los niños chiquitos, tienes que ser santo como Juan Diego. La verdad no te sé decir qué pasó, qué sucedió, simplemente sé confirmar que es la misericordia de Dios en Ella.
El Instituto Superior de Estudios Guadalupanos que usted fundó y dirige está por cumplir su 20 aniversario ¿Podría hablarnos brevemente sobre este instituto y sus logros a lo largo de dos décadas?
El 1, 2 y 3 de septiembre cumplimos veinte años. El por qué se hizo el Instituto es por la canonización de San Juan Diego. Es un momento en el cual se ha profundizado tremendamente con documento en mano, porque la canonización, como todas las canonizaciones, va implícito el dogma de la infalibilidad del papa. Así que tiene que ser muy bien comprobado, muy bien actualizado, muy bien cimentado todo lo que se dijera de Juan Diego y por ende de la Virgen de Guadalupe, porque está el dogma de la infalibilidad del Papa en esto, así que el hecho de que haya sido fruto del proceso ya es muy grande. Don Norberto Rivera Cabrera quería que no se perdiera todo ese esfuerzo, todo ese trabajo, todos esos documentos que se recopilaron a lo largo de este proceso. Por eso se crea el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos donde tenemos tres cosas muy importantes: una, continuar investigación, porque esto sigue y sigue. Segundo, formar formadores, y tercero difundir el evento guadalupano al mundo entero. Ahora con la Novena Intercontinental Guadalupana, -estos nueve años antecedentes a sus 500 años de apariciones-, y a través del Instituto, estaremos preparándonos para Jesús a través de María, a Jesús por María, eso es algo que les gustó mucho a los obispos en México. La Novena Intercontinental Guadalupana es una idea que surge en el Instituto Superior de Estudios Guadalupanos y de algunos otros hermanos nuestros. Así que, el Instituto sigue tratando de difundir el evento guadalupano en el mundo entero, porque -repito- es un evento hacia los cuatro rumbos del universo, es para el mundo entero, no es solamente para México…y ahí estamos comprometidos hasta donde la Virgen de Guadalupe quiera y mande, porque a fin de cuentas estamos bajo su servicio, bajo sus órdenes, nosotros somos humildes servidores nada más.
¿Algún mensaje en especial que quiera dar a la Diócesis de Ciudad Juárez?
Esta diócesis es una diócesis que está cerca de la frontera de Estados Unidos. El mensaje más grande que Ella nos da es que, en el amor de Jesús, en el amor de Dios que Ella nos trae, no hay fronteras, no hay divisiones, no hay distancias, somos hermanos. Por eso su tez mestiza, su piel mestiza nos recuerda siempre lo que dijo a Juan Diego, Soy tu Madre, la madre de todos aquellos que en esta Tierra están en uno y de las demás variadas estirpes naciones. El mensaje más grande es que nos tratemos como hermanos, no como rivales ni mucho menos como enemigos, somos de la misma familia de Dios. Lo vimos cuando vino el Papa Francisco: cómo unió a los pueblos, no existían fronteras, con el Papa todos somos hermanos y esto es algo que necesitamos hacerlo desde corazón.