Diana Adriano
Con el inicio de la Cuaresma, muchas familias en todo el mundo se preparan para vivir este tiempo de reflexión, oración y penitencia.
Y aunque a veces la Cuaresma se asocia solamente con la privación y el sacrificio, para los niños puede ser una oportunidad única para aprender la importancia de la oración, la penitencia, la ayuda a los demás y crecer en su fe.
El padre Salvador Magallanes, párroco de San Judas Tadeo y coordinador de la Comisión Diocesana de Adolescentes, Juventud, Laicos, Familia y Vida, compartió con Presencia la importancia de que los niños participen activamente en las prácticas que la Iglesia propone para este tiempo litúrgico.
Además, invitó a los padres de familia para que aprovechen este tiempo para enseñar a sus hijos valores como la generosidad, la humildad y la solidaridad.
Predicar con el ejemplo
Ya que para los niños la Cuaresma puede resultar confusa o aburrida, es importante que los padres les expliquen de una forma apropiada su significado, así como les enseñen a vivirla de manera adecuada.
Los padres son figuras fundamentales en la educación de sus hijos y su formación en valores, pero para el padre Salvador, lo más efectivo es que ellos prediquen con el ejemplo.
“Es importante que los papás también les digan a los niños el valor de un sacrificio, verlo como un desafío, un reto para ellos por amor a Dios. Esto implica que los padres acompañen a sus hijos en este camino, porque no se podrá llegar a nada si los dejan solos”, dijo el sacerdote.
“Es crucial que los padres den ejemplo viviendo la Cuaresma de manera consciente y coherente. Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que se les dice, asi que enseñen a los hijos con su ejemplo y de esta forma podrán motivarlos y les ayudarán a crecer en carácter”, agregó.
Pequeñas acciones
Los padres pueden animar a sus hijos a realizar pequeñas acciones de penitencia, como renunciar a algún tipo de comida o realizar alguna tarea que les cueste, y a la vez, promover acciones de caridad, como la donación de alimentos o ropa a personas necesitadas.
“Algunos consejos prácticos que yo les puedo brindar es dejar de ver una hora la televisión, dejar dos horas el celular, ir al parque cuando no quieran salir, hacer un quehacer en la casa, hacer una oración solos todos los días”, sugirió.
“Hay muchas cosas prácticas, no se trata de sacrificios que saquen sangre, sino de pequeños detalles que nos enseñan poco a poco a vivir la Cuaresma. Quizá los niños no lo comprenderán del todo, sin embargo, con el pasar del tiempo se retroalimentarán e irán entendiendo lo que significa este tiempo a profundidad”, señaló.
Oración y reflexión
Por otro lado, el padre Magallanes remarcó la importancia de que los padres enseñen a sus hijos el valor de la oración y la reflexión durante la Cuaresma.
Y recomendó que los niños participen en las actividades religiosas que se realizan en la parroquia, como la misa dominical, los actos litúrgicos de la Semana Santa, y que se les anime a rezar en familia.
“Tienen que estar conducidos, si nosotros no les enseñamos a rezar, ellos no van a rezar nunca. El problema es que solo le queremos dar puras cosas bonitas a los niños, pura resurrección, y no les hemos enseñado el valor de la Cruz, del sacrificio, del rezo, de la atención, eso le hace mucha falta a la niñez y a la juventud de hoy”, dijo.
El padre Salvador dijo que la oración es una actividad que puede resultar complicada para los niños ya que requiere de una cierta concentración y atención. Sin embargo, la práctica familiar les puede facilitar la tarea y ayudarlos a fortalecer su vida espiritual.
Igualmente dio algunos consejos para que los padres pueden fomentar en los niños, la práctica de la oración.
“Una opción es invitarles a participar en las actividades religiosas que se realizan en la parroquia durante la Cuaresma, como la misa o el rezo del rosario. Otra opción es dedicar un tiempo diario para la oración en familia, en el que se lea un pasaje de la Biblia y se pida por las intenciones de cada miembro de la familia”, dijo.
“Enseñarles a vivir la Cuaresma de manera adecuada es una tarea importante que debe ser asumida con responsabilidad y coherencia por parte de los padres”, concluyó el presbítero.
Sugerencias concretas
Preparar el Miércoles de Ceniza
Primeramente hay que vivir plenamente el Miércoles de Ceniza. Se trata de un día de penitencia, que expresa nuestro deseo de volver a Dios.
Es muy importante, incluso para los niños pequeños, que este espíritu de penitencia esté bien marcado, que entiendan que este miércoles no es un día como cualquier otro.
Es necesario que cada uno, según su edad y posibilidades, pueda unirse a este proceso de conversión de toda la Iglesia.
Es muy deseable que todos los niños puedan participar en la misa y recibir las cenizas: este rito inusual siempre les sorprende y provoca el surgimiento de nuevas preguntas.
Las cenizas son una señal muy reveladora. Los niños pueden ver que las cenizas no son casi nada, sólo un poco de polvo. Las cenizas nos recuerdan que sin Dios no somos nada.
Expliquémosles también, si es necesario quemando un pequeño trozo de papel delante de ellos, que las cenizas provienen de la combustión. Así evoca todos nuestros pecados que queremos quemar en el fuego del amor de Dios.
Ese día, también estamos obligados por la doble prescripción de ayuno (privación de alimentos) y abstinencia (privación de carne).
Aunque esto no es un requisito para los niños pequeños, es muy importante que vean a sus padres y mayores ayunar y que puedan unirse de alguna manera.
Oración, penitencia y compartir/Mosaico en Cruz o camino cuaresmal
El ayuno, la oración y la limosna deben ser vividos cada día de Cuaresma. Para alentar a los niños y apoyar su perseverancia, es posible sugerirles que anoten sus esfuerzos de manera simbólica, por ejemplo, pegando stickers en una gran cruz (como en un mosaico).
También se les puede dar una hoja en la que se marca el camino hacia la Pascua. Este camino se divide en tantas porciones como días de Cuaresma haya. Se indican las fechas y los domingos se marcan en negrita para que el niño pueda orientarse fácilmente.
Cada porción tiene tres casillas: una para la oración, otra para la penitencia y otra para compartir.
El niño está invitado a preguntarse a diario qué va a hacer (o, si es por la noche, qué ha hecho) para progresar en cada una de estas tres cuestiones. Puede, si quiere, marcar o colorear en las casillas correspondientes.
Por supuesto, esta hoja es para uso personal y secreto. Esta forma de consignar sus esfuerzos debe usarse con precaución, para no distraer del espíritu de la Cuaresma, que no es competencia.
Rumbo a la Pascua/Corona de espinas
En familia se puede elaborar una corona de espinas con algunas ramas secas y con palillos de madera para simular las espinas.
La actividad consiste en que conforme vayan pasando los días y se hagan pequeños sacrificios o buenas acciones, vayan cambiando las espinas por flores, y cuando se llegue el Domingo de Resurrección, ya se tenga una corona de flores para ofrecerle a Jesús.