Fray Mauro Muñoz/ Párroco de Santos Mártires Mexicanos
La única gran composición discursiva del Evangelio de Marcos, el “discurso sobre el fin de los tiempos” (Mc 13), de donde se toma el texto de este domingo, habla de las catástrofes políticas y cósmicas como presagio del fin del mundo, pero desde su clímax, la segunda venida / llegada («Parusía») de Cristo.
Marcos usó las palabras mismas de Jesús para estructurar el discurso; además, obviamente, también ha procesado materiales tradicionales de lo apocalíptico (revelación) y, por último, pero no menos importante, ha marcado repetidamente los acentos que son importantes para él.
En la investigación se coincide en gran medida en que el breve texto de hoy está conformado y estructurado por una serie de imperativos, y que estos imperativos se remontan al trabajo editorial de Marcos: estad alerta, velad (v. 33), por tanto, velad (v. 35) y ¡Velad! (v. 37).
Marcos quiere reforzar el tono práctico al final del discurso. La palabra bastante rara velad podría, en opinión de algunos comentaristas, haber sido una antigua introducción a las parábolas.
Es posible que el texto ya haya sido revisado en la era anterior a Marcos, ya que hay dos hileras de imágenes (parcialmente fragmentarias) una al lado de la otra: por un lado, el hombre que viaja al extranjero y otorga poder a sus sirvientes porque tiene la intención de permanecer fuera por un período de tiempo más largo (así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer), y por otro lado, el hombre que viaja al extranjero, que sale de su casa y ordena al portero que vigile (y encarga al portero que esté velando).
Marcos probablemente encontró o recibió el texto en una forma «dividida» y finalmente él lo unió.
Kairós
¡Ten cuidado y mantente despierto! Porque no sabes cuándo está ahí la plenitud del tiempo (= el kairòs).
Como en los vv. 5.9.23, esta sección del gran discurso comienza con el imperativo “¡mira / presta atención!” La rara palabra velad (Pablo usa el sustantivo para las noches de vigilia en 2Co. Es también un término propio de la literatura sapiencial. ¿Qué podría significar la palabra velad? Literalmente significa «no dormir». En textos del Antiguo Testamento encontramos textos con “vigilad” (por ejemplo Sal 126,1) o con la imagen de la puerta. Es necesario estar atento ya que se desconoce el momento de la venida del Señor.
Es como un hombre que salió de su casa para irse de viaje: dio toda la responsabilidad a sus sirvientes, cada uno con una tarea específica; ordenó al portero que estuviera alerta.
¡Así que mantente alerta! Porque no sabes cuándo vendrá el dueño de la casa, ya sea por la tarde o a medianoche, ya sea al canto del gallo o al principio, por la mañana.
Les hace saber si de repente viene, no los debe encontrar durmiendo. Por ello les dice a todos: ¡estén atentos!
Parusía
El punto de la parábola es el regreso impredecible del dueño de la casa; obliga al portero a estar alerta en todo momento. No se debe identificar al portero de esta parábola con el de la parábola de Lc 12,39, que es responsable de la seguridad de la casa ante los ladrones; éste sólo se encarga de vigilar.
Esta parábola de Jesús estaba ahora bien adaptada para ser transformada en una parábola de parusía. Ahora el Señor se va del país y su regreso se retrasa. El hecho de que se incorporen más sirvientes con poderes y tareas especiales en la historia condensa una posible alegorización; el portero gana ahora una especie de posición especial.
La iglesia para la que escribe Marcos espera con ansias el día del Hijo del Hombre, pero no debe esperarlo de brazos cruzados. Como cristiano, dejarse determinar por el final no significa añorar febrilmente el día, calcular la fecha o mirar a la serpiente como un conejo, sino seguir con atención las «señales de los tiempos», las del ejercer la autoridad encomendada y ser consciente de que será necesaria la rendición de cu