Diana Adriano
Con motivo de la Trigésima Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra el 11 de febrero, es importante resaltar la labor y gran esfuerzo que el personal de la salud ha prestado durante este tiempo de pandemia.
Muchos han sido los testimonios de doctores y enfermeras que se han puesto al servicio del otro, con gran caridad, pese a las circunstancias actuales.
Por ello el Santo Padre no ha dudado en elogiar la labor del personal de la salud, denominádolos ‘puentes de compasión’ para quienes tienen dificultades.
Hoy, algunos agentes sanitarios compartieron con Periódico Presencia su experiencia, los retos y las respuestas de misericordia que han visto como parte de su labor, durante este tiempo de pandemia.
Ayudar a los demás
Carmen Pineda Hernández es una enfermera general que tiene una convicción muy grande por ayudar al prójimo, pues a ella siempre así se lo inculcaron sus padres.
“Yo estudié enfermería porque desde muy pequeña me ha gustado ayudar a los demás, y es una gran profesión, donde uno da lo que tiene para apoyar a quien más lo necesita”, compartió Carmen.
Y aunque desde antes de la pandemia Carmen atestiguaba de muchas formas la misericordia de Dios en medio de sus labores en el hospital, considera que esta emergencia sanitaria ha hecho que más personas de su entorno laboral pongan su vida y su servicio en manos de Dios.
“La misericordia de Dios yo la veo tanto en los pacientes, en sus familiares y en mis compañeros y compañeras enfermeras”, dijo la entrevistada.
“Cuando voy con un paciente no me interesa su estatus social o a qué se dedica, solo veo una persona necesitada. Obviamente, hay momentos difíciles y complicados, pero es en esos momentos cuando me pregunto; ‘si fuera Jesús o la Virgen María ¿cómo los trataría?’ sobre todo con aquellos pacientes que se ponen agresivos o renuentes al tratamiento y al cuidado de enfermería”, relató.
Explicó cómo pese a tanta situación difícil que se puede llegar a presentar en su labor, siempre está agradecida con Dios por los dones que le brinda.
“La misericordia de Dios también la veo en mí, al darme paciencia en mi trabajo, por permitirme siempre traer una sonrisa en el rostro para quien está pasando por un mal momento, y sobre todo por aumentar mi fe”, añadió Carmen.
La entrevistada resaltó que en ocasiones puede haber crisis en los servicios de salud, y más en esta situación de pandemia, pero los enfermeros y enfermeras siempre tratan de brindar y asegurar la mejor asistencia posible para los enfermos.
Una ardua tarea
Raúl Gutiérrez, Médico Familiar, Director de la clínica 48 del IMSS y su esposa Mara Gutiérrez, Médico Pediatra del IMSS, compartieron con Presencia cómo ha sido la dinámica en su trabajo durante estos últimos dos años.
“Como personal de salud, la exposición física al coronavirus, el exceso de horas de trabajo ininterrumpidas y la demanda emocional en la atención a pacientes contagiados, nos ha convertido en personas más propensas a desarrollar malestares psíquicos como angustia, preocupación, miedo y temor a enfermarse y contagiar a nuestros seres queridos”, compartió el matrimonio.
Explicaron que el llegar a casa y realizar minuciosamente el lavado de manos completo y correcto, y de preferencia tomar un baño y separar su ropa para que sea lavada independiente de la del resto de la familia, se ha convertido en una rutina.
“Lamentablemente a lo largo de nuestros años de formación como médicos, nunca se nos formó para enfrentar una crisis sanitaria como la que estamos viviendo, por lo que esta pandemia ha sido de mucho aprendizaje, no sólo para el personal de salud, sino en general para el sistema nacional de salud y la población en general”, resaltó Raúl.
Mara agregó que han tenido que aprender el significado de la palabra ‘resiliencia’ en todo su esplendor, y aprender a ser agentes de cambio en su entorno laboral, con la finalidad de que la salud de sus pacientes se vea lo menos afectada ante este virus.
“Estamos conscientes que nos encontramos aún ante un riesgo importante de transmisión y muerte, no obstante sigue prevaleciendo el espíritu de servicio que caracteriza al personal de salud, tanto que el mismo personal sigue comprometidos con salvar vidas y hacer el mayor esfuerzo posible para enfrentar a la actual crisis sanitaria”, mencionaron los entrevistados.
Apoyo en comunidad católica
Resaltaron que invariablemente se presentan episodios de angustia o desolación, pero por fortuna, en su caso, forman parte de una hermosa comunidad de matrimonios, jóvenes y madres responsables dentro del apostolado que Dios nos ha encomendado, lo que sin duda los ha fortalecido y animado a seguir difundiendo la misericordia de Dios desde su labor profesional.
“Estar cerca de nuestra comunidad y de nuestros seres amados, sin duda ha sido una de las principales válvulas de escape ante estos meses que hemos vivido como profesionales de la salud”, mencionó el matrimonio.
“Invitamos a la población en general a confiar en la información fidedigna de las autoridades de salud, y sobretodo aprovechar los avances de la ciencia y vacunarnos en la primera oportunidad que tengamos. Asimismo, no caer en la Infodemia que tanto daño ocasiona a la población y usar adecuadamente los servicios de salud con los que contemos como sociedad”, concluyeron los entrtevistados.
Frase…
Queridos agentes sanitarios, su servicio al lado de los enfermos, realizado con amor y competencia, trasciende los límites de la profesión para convertirse en una misión. Sus manos, que tocan la carne sufriente de Cristo, pueden ser signo de las manos misericordiosas del Padre. Sean conscientes de la gran dignidad de su profesión, como también de la responsabilidad que esta conlleva.
Papa Francisco en la Jornada Mundial del Enfermo.