Claudia Iveth Robles
Con meditaciones sobre el tema de los cristianos perseguidos, se realizó el pasado viernes 14 de abril el Solemne Viacrucis de la Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe, que este año, ante la dificultad de realizarlo en la Plaza de Armas, se efectuó en el interior del templo, donde se recorrieron las estaciones colocadas a lo largo de la nave.
Encabezado por el párroco, padre Eduardo Hayen, el viacrucis incluyó meditaciones sobre las formas en que actualmente se presenta la persecución a los cristianos, desde la intolerancia, injusticia, hasta la violencia y muerte a causa de la fe.
Así, se citaron los casos de las religiosas misioneras de la Caridad asesinadas en Yemen, el cruel asesinato de un sacerdote francés mientras celebraba misa, ambos a manos de extremistas islámicos, así como el caso de una exhibición sacrílega autorizada en España.
En el Viacrucis, mientras el padre Hayen leía la meditación desde el ambón, el padre Jesús Ramírez, vicario de Catedral, pasó de una estación a otra acompañado de los monaguillos y los fieles seguían las reflexiones y oraciones.
Ese Viernes Santo, por la tarde, el obispo presidió la solembe celebración litúrgica de la Pasión y Muerte del Señor, al final de la cual se realizó la adoración de la Cruz y la procesión del Cristo del Santo Entierro y la Virgen de los Dolores.
Pésame a la Virgen y Quema de Judas
El Sábado Santo, los fieles católicos juarenses se acercaron a los diferentes templos para dar el pésame a la Virgen María, en los actos litúrgicos que se realizaron por la mañana, como fue el caso en la Catedral, donde el pésame se ofreció a las 10 de la mañana.
Ahí, los fieles oraron ante una imagen de la Virgen Dolorosa, colocada en el presbiterio junto a la figura del Cristo del Santo Entierro que se guarda en la Misión de Guadalupe.
Al finalizar el pésame a la Virgen la comunidad salió al atrio de Catedral para atestiguar la “Quema de Judas”, que por segundo año consecutivo se realiza con la quema de figuras de Judas Iscariote, elaboradas como piñatas.
Esta devoción popular se realiza desde hace muchos años para ayudar a los fieles a reflexionar sobre la traición de Judas a Jesús, al dejar pervertir su corazon por el pecado. Por eso pide a los fieles que anoten sus pecados en papelitos que son quemados junto a la figura de Judas, como un simbolismo de condenar el propio pecado, para poder celebrar la Pascua resucitando junto a Jesús.